Mauricio Leyva

La Tolerancia o cómo coexistir en un mundo desgarrado

FRONTERA DE PALABRAS

Mauricio Leyva*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Mauricio Leyva
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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La tolerancia o cómo coexistir en un mundo desgarrado es un ensayo importante de Yves Charles Zarka, el cual coloca a la tolerancia en el centro de la teoría política. Es interesante su análisis, porque las personas nos hemos vuelto menos tolerantes y los Estados lo son, a medida que el discurso lo requiere o se debe amoldar a la circunstancia política. Las religiones tampoco han demostrado ser tolerantes y una de las crisis actuales es la violencia originada por sistemas intolerantes en una sociedad cambiante, de nuevas formas de convivencia y con líderes que polarizan los ánimos de sus seguidores.

Yves Zarka analiza las democracias constitucionales como un espacio en el que las minorías son beneficiadas por la tolerancia de un Estado que se interroga sobre cómo reconocer la legitimidad de la diversidad de religiones, de culturas y de valores, sin transformar las sociedades democráticas en campos de enfrentamientos o en comunidades yuxtapuestas. En ello deriva la búsqueda de la coexistencia pacífica en el espacio común, la interacción respetuosa en donde el reconocimiento del otro y de lo que es, su cultura, valores y educación se anteponga como condicionante del trato social. Al respecto Zarka escribe: La tolerancia y un modo de ser sin la cual toda disposición legal o Constitucional sería insuficiente o incompleta. El plano del reconocimiento del Estado en el orden constitucional es en el planteamiento original de un peso capital en el ensayo.

El planteamiento del Régimen Internacional de la Tolerancia es de especial relevancia. Es la perspectiva de una reforma de las costumbres de los pueblos por una educación de la humanidad en la tolerancia lo que adquiere un primer plano. Esta reforma, de acuerdo con Zarka, parte del reconocimiento, la reciprocidad y traspasar las fronteras de viejos paradigmas considerando los siguientes desafíos: el Estado y la diversidad de religiones, las identificaciones colectivas, la tolerancia en la democracia, la tolerancia cultural y los derechos personales.

Al inicio, la tolerancia se funda en la libertad de conciencia que desarrolla una fundación ética de la tolerancia misma mientras que, el principio moderno de la tolerancia se basa en la dignidad humana: “El hombre no es el medio, es el fin”. Respecto a los nuevos desafíos de la tolerancia y las identificaciones colectivas, Zarka hace una división entre los tiempos modernos y los tiempos posmodernos, la tolerancia religiosa vista desde el problema que genera la profesión de confesiones diferentes en un mismo Estado y la necesidad de un punto de equilibrio.

El segundo aspecto es la tolerancia cultural, que difiere de la tolerancia religiosa ya que pondera al individuo indistintamente del grupo.

El tercer tema es la tolerancia en la democracia y ¿hasta qué punto el Estado puede mantenerse neutral? El tema preconcluyente es la tolerancia cultural y derechos culturales, estudio que plantea la reciprocidad si se conciben los derechos culturales como derechos colectivos de una comunidad determinante. Concluye Zarka planteando una educación de la tolerancia, con ello cree que la tolerancia misma sería proactiva, ejecutante de un valor mismo y garantía de convivencia.

Sin embargo, esta tolerancia debe tener en los líderes políticos, sociales y religiosos, a sus mayores referentes, porque son quienes marcan en buena medida la pauta de la conducta en las sociedades.