Mónica Argamasilla

Lectura en papel, digital o audiolibro

LAS LECTURAS

Mónica Argamasilla*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Mónica Argamasilla
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Con el comienzo del siglo XXI, la aparición de Internet y nuevas formas de comunicación, las grandes editoriales apostaban a que la lectura tradicional en papel sería cada vez una alternativa que elegiría menos gente; sin embargo, se equivocaron. La lectura en papel sigue siendo la preferida en la mayoría de los lectores. Involucrar el sentido del tacto, pasar las páginas, incluso el olor a papel, es una de las razones por las que muchos lectores no han querido emigrar a las alternativas digitales, y debo confesar que yo soy uno de ellos, leer en papel me sigue produciendo un placer difícil de explicar, pero reconozco que las nuevas alternativas abren el universo a nuevos lectores, y mientras más fácil sea acceder a los títulos que nos interesan, mayor será la cantidad de gente interesada en leer.

El formato digital tiene ventajas que se vuelven atractivas, y éstas van desde el precio, cuyo costo es mucho más económico, hasta la manera inmediata en que se baja un libro y que estamos impacientes por devorar. Incluso, ofrece la ventaja de poder acceder a títulos que no se editaron en nuestro país, o incluso encontrar novelas que ya no están a la venta en papel.

Otra de sus ventajas es el tamaño de la letra. Algunas ediciones en papel, sobre todo las llamadas de bolsillo, son ediciones baratas que tienen una letra muy pequeña lo que dificulta su lectura. En la alternativa digital se puede agrandar la letra, incluso se puede seleccionar una palabra que no entendemos y acceder a un diccionario, también se puede subrayar e incluso se puede cambiar la pantalla a negro para que la luz no moleste y podamos leer de noche. Y por supuesto, una de las grandes ventajas de la lectura digital se goza en los viajes. Una tablet o un Kindle ocupa poco espacio y casi no pesa, y ahí dentro pueden viajar con nosotros un sin fin de historias. (Yo en lo personal, me pongo nerviosa de no llevar suficientes lecturas cuando viajo, y de este modo jamás me quedo sin alternativas).

El audiolibro es otra alternativa que ha ayudado a sumar nuevos lectores. Personas ocupadas que deben manejar largos trayectos y quieren invertir ese tiempo en la lectura de un buen libro. Incluso cuando se puede escuchar mientras realizamos otras actividades, como correr, hacer ejercicio o mientras se cocina o se hace la limpieza. El audiolibro es además una herramienta inclusiva. La falta de visión ya no es impedimento para gozar de grandes historias, incluso algunas son narradas por los propios autores o celebridades. Además, el tiempo en que se escucha un libro suele ser menor al que nos toma leer, así que de esa forma también se puede acceder a más historias. Las plataformas donde se pueden bajar los audiolibros incluso funcionan con una cuota mensual, la cual también se vuelve atractiva a nuestros bolsillos.

La realidad es que no importa el formato con el que cada lector se acomode. La maravilla es que las alternativas suman la oportunidad de conquistar nuevos públicos, lectores que ahora se acercan de un modo casi inmediato. Lograr sumar lectores es sumar pensamientos críticos, mentes que se expanden. Cuando accedemos al maravilloso mundo de la imaginación guiados por la palabra, somos capaces de usar la mente y el cerebro ampliando el conocimiento y éste se traduce en cultura y empatía. Usemos la tecnología a nuestro favor y dejemos atrás excusas para comenzar con el gran hábito de la lectura, porque así como cuidamos nuestro cuerpo, la mente merece ser mimada con cuidados especiales.