Las infancias que el narco se robó

GENTE COMO UNO

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Imagen: La Razón de México
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En México el reclutamiento de jóvenes por parte del crimen organizado es una tragedia, ya tan expuesta, que organismos internacionales la observan con lupa y la miden con asombro.

“Por invitación de un amigo o a través de redes sociales, jóvenes han salido de sus lugares de origen con dirección a otros estados del país, para descubrir que dichas invitaciones son engañosas con el fin de obligarlos a participar en grupos delictivos”.

Es la conclusión que expuso la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora hace un par de semanas, luego de atender un caso conjunto con la dependencia homóloga en Colima:

La desaparición de tres jóvenes que salieron de su hogar en Hermosillo para ir tras una supuesta oferta de trabajo en Colima, donde al llegar quedaron bajo custodia, amenaza y advertencia de que serían obligados a vender droga, presuntamente para Los Mezcales, una célula emanada del Cártel Jalisco Nueva Generación.

Uno de los jóvenes habría logrado entrar en contacto con un familiar y fue así que se pudo emprender el operativo de su rescate. Es una de tantas historias de este tipo en México, aunque la mayoría no suelen tener un final tan afortunado.

El crimen organizado utilizando la tecnología y el internet como su principal herramienta, captura diariamente a decenas de niños y adolescentes que no volverán a ver el hogar del que salieron.

Una investigación de The Wall Street Journal en 2021 dejó constancia de la manera en que la red social Facebook es usada en particular por el Cartel Jalisco Nueva Generación, para reclutar niños y jóvenes en condiciones de precariedad.

En esa misma plataforma, textos simples ofrecen 18 mil pesos quincenales, comida y hospedaje, para trabajar para el “CDN” (Cártel del Noreste).

Para muchos jóvenes eso resulta una paga ideal, cuando por falta de recursos precisamente, no tienen la oportunidad de estudiar.

Como esos dos muchachos que en octubre pasado fueron detenidos en Amanalco, Estado de México, por participar en una agresión contra oficiales de la Secretaría de Seguridad durante un operativo.

Se trataba de una adolescente de sólo 14 años, junto a otro joven de 19, que portaban vestimenta que presuntamente los identificaba como integrantes de La Familia Michoacana y a quienes les fue asegurado un arsenal.

Hasta el año 2020 la Red por los Derechos de la Infancia en México estimó entre 30 y 40 mil niños, niñas y adolescentes reclutados por el crimen organizado.

El dato coincide con otros de la organización Reinserta, que señala que hasta 45 mil niños, niñas y adolescentes han sido aprehendidos y explotados por grupos criminales.

Esto equivaldría al 30% de todo el “personal” con el que cuenta el narcotráfico en México, de acuerdo a un modelo matemático desarrollado por Rafael Prieto Curiel, un investigador mexicano del Complexity Science Hub de Viena.

Este modelo de investigación ha determinado, a través de datos públicos sobre cifras oficiales de homicidios, personas desaparecidas e ingresos al sistema penitenciario, que son unos 175 mil los “empleados” del crimen organizado.

Lo anterior coloca al narco mexicano prácticamente como el quinto empleador del país, por encima de empresas como Pemex u Oxxo.

Dicho estudio también estima que “la carrera” de un joven dentro de un cártel mexicano no supera los 10 años, porque casi 40% de ellos estará en prisión o habrá muerto en ese lapso.

Así que no importa cuántos golpes exitosos se anuncien de parte de las autoridades o a cuántos asciendan las detenciones, porque el número de organizaciones delictivas, de todos modos, es cada vez mayor.

En 2022 los grupos criminales de México contaban con 60 mil integrantes más que en 2012.

Prieto Curiel también obtuvo resultados sobre las necesidades que los decesos de los reclutados le generan al narco, pues si en 10 años el 17% de las personas reclutadas mueren, para compensarlo, los cárteles deben captar 350 personas semanalmente.

Entonces, lograr reducir el reclutamiento de jóvenes podría ser una de las claves para ir disminuyendo al monstruo, pues el estudio también señala que si los reclutamientos de los cárteles se redujeran a la mitad, en 2027 su tamaño sería un 11% menor.

Desafortunadamente no es sólo un tema de estrategia de seguridad, sino de voluntad política a nivel federal, y esa es otra historia…

Desde Palacio Nacional la información aquí mencionada ha sido cuestionada y señalada de ser “difundida por un medio conservador”. El Presiente López Obrador ha asegurado que es falsa y que tiene cómo probarlo, aunque no lo ha hecho hasta hoy.

La matemática sobre el desmedido avance del narcotráfico en México y el reclutamiento de jóvenes para ello, está ahí, exhibiendo vidas perdidas todos los días, en la más desoladora estadística.