La pala …

GENTE COMO UNO

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Imagen: La Razón de México
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En México esta semana nos quedó muy claro que por parte del Estado, para las madres buscadoras de desaparecidos hay indolencia y menosprecio; mientras que para las madres de los narcos se reservan los abrazos y las consideraciones. Los hechos hablan.

Cifras oficiales reportan cerca de 100 mil desaparecidos; colectivos aseguran que es casi el doble.
Cifras oficiales reportan cerca de 100 mil desaparecidos; colectivos aseguran que es casi el doble.Foto: Cuartoscuro

Ceci Flores, líder del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, quiso entregarle al Presidente Lopez Obrador la pala con la que busca a sus hijos, Alejandro Guadalupe Islas Flores (desaparecido en 2015) y Marco Antonio Sauceda Rochala (desaparecido en 2019).

Misma pala con la que ha encontrado los restos de los hijos de otras madres, que en una de las tantas fosas clandestinas donde se entierra el horror mexicano, ellas al menos encontraron consuelo, aún cuando se haya tratado del más macabro hallazgo.

“Hubo una señora buscadora que fue premiada, porque van a acusarme allá, con el Rey de España”, dijo el Presidente Lopez Obrador en su mañanera, refiriéndose a Guadalupe Aguilar, fundadora y dirigente de Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos Jalisco.

Lupita como muchos la llaman, no ha cesado en el intento de encontrar a su hijo José Luis Arana, desde enero de 2011, por todos los caminos donde pudo haber andado. Pero quien se lo llevó, no dejó rastro.

Como Guadalupe y FUNDEJ, el Colectivo Solecito de Veracruz también fue reconocido en 2018 por la Universidad de Notre Dame, por el trabajo de búsqueda de personas desaparecidas.

Ellas buscan desde hace 8 años, organizando a hermanas, hijas, esposas y madres que “varillan” la tierra hasta metro y medio, hasta encontrar ese olor a muerto y entonces empiezan a cavar. Así han encontrado más de 250 cráneos en 125 fosas ubicadas en Colinas de Santa Fe.

Hoy, todo parece indicar que 855 personas fueron nuevamente desaparecidas, al quedar borrados sus nombres del nuevo Censo de Personas Desaparecidas, según la revisión realizada por la organización Data Cívica, del último ejercicio que el Gobierno federal presentó sobre personas desaparecidas en México.

Técnicamente, 329 mujeres y 524 hombres de Veracruz volvieron a desaparecer, esta vez de forma institucional.

Data Cívica detalla en su plataforma que en el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y no Localizadas hay 62 mil casos en los que no queda claro si se sigue buscando a las víctimas, o no.

Hay más de 12 mil personas borradas, siendo Ciudad de México (1,530), Estado de México (1,155) y Veracruz, las entidades en las que más nombres se eliminaron sin explicación.

Asimismo, en siete de cada 10 casos quedó en blanco el renglón donde se anota el contacto de la persona que denunció la desaparición, el cual resulta “fundamental para seguir el proceso”, como lo señaló Data Cívica, dos días después de que la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, dijera que de acuerdo con las cifras oficiales sólo hay 99 mil 729 desaparecidos en el país y que la “gran mayoría se trata de ausencias voluntarias“.

Y mientras que desde los escritorios de la ineficacia se omiten cifras, las madres buscadoras no claudican en sus búsquedas, sin apoyo y haciéndole el trabajo duro y sucio al Estado, indolente y fallido.

Así lo hacen también las integrantes del colectivo 10 de Marzo A.C. en Tamaulipas, cuando en meses anteriores y aprovechando el estreno de la película Barbie, lanzaron una muñeca buscadora que como ellas, llevaba una playera con el rostro de una persona desaparecida, y las protecciones para el sol que llevan en los brazos, la cabeza y el cuello. Hasta ahí hemos llegado.

Rifas, donaciones o ventas son algunas de las alternativas que las madres buscadoras encuentran para financiarse y poder seguir con esa búsqueda que sólo es prioridad para ellas.

“Negar el problema solo prolonga la agonía”, escribió Ceci Flores en redes sociales, al abandonar Palacio Nacional sin haber encontrado nada, en la que quizá fue la mas estéril de sus búsquedas, porque el México que ella representa, desde las ventanas del Palacio no se ve ni se siente.

Sin embargo ella, como decenas de madres, hermanas e hijas, todos los días, seguirá con sus búsquedas en Sonora, donde apenas en enero pasado, su asociación encontró 33 fosas y 56 cuerpos al norte de Hermosillo, en lo que se calificó como un “panteón clandestino”.

Por eso de repente, en este país una simple pala toma un valor distinto, convirtiéndose en un símbolo, que más allá del dolor, representa la culpa, el desprecio y la impunidad.