Montserrat Salomón

Covid-19: agente político del 2020

POLITICAL TRIAGE

Montserrat Salomón
Montserrat Salomón
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Aunque el 2020 estaba llamado para ser un año marcado por eventos importantes y mediáticos como las elecciones presidenciales en EU o las Olimpiadas en Tokio, pasará a la historia como el año de la pandemia que nos recordó nuestra vulnerabilidad y nos sumió en una crisis sanitaria y económica sin precedentes. Con más de 80 millones de contagios el coronavirus es el protagonista de este año que se va dejándonos a la espera de un 2021 complejo, pero con algo de esperanza.

El Covid-19 demostró que toda nuestra tecnología y estilo de vida acelerado, lleno de interconexión, movilidad y consumo, de poco valen ante la fragilidad de nuestra condición humana. De hecho, fue nuestro mismo estilo de vida el que provocó que la pandemia fuera tan veloz y contundente. Del mismo modo, nuestra capacidad de comunicación en segundos y tremendamente democrática hizo que las recomendaciones de salud de las autoridades científicas tuvieran que competir en los medios con las ocurrencias de cualquiera, llegando a grados de desinformación e ignorancia de los hechos científicos alarmantes y con consecuencias fatales.

La gran paradoja: el avance científico y tecnológico soporta la capacidad de difusión de las tan populares teorías de la conspiración y la falta de “creencia” en la ciencia. En aquellos lugares en los que esta actitud se ligó con el poder, como en el caso de EU y Brasil, miles de muertes innecesarias se sumaron a las estadísticas. Ha sido una vergüenza el manejo de la pandemia a manos de presidentes como Trump y Bolsonaro. Al menos en el caso del primero, en pleno año electoral, su actitud motivó a la gente a darle la espalda en las urnas en lo que hubiera sido, en otro escenario, una victoria sencilla para el mandatario.

Así como a Trump lo hundió, el Covid-19 fue la tabla de salvación de figuras como la del primer ministro de Israel o las autoridades de Pekín en Hong Kong. Las protestas en favor de la democracia fueron borradas del mapa con el pretexto de las regulaciones de salud y el movimiento que en 2019 parecía no tener freno se fue apagando poco a poco durante el año. Por su parte. Benjamín Netanyahu estaba por perder el poder y ser sometido a juicio por corrupción cuando la pandemia hizo necesaria una cabeza visible que organizara la respuesta sanitaria, el virus le ha dado el regalo del tiempo.

La pandemia también hizo renacer intentos de cooperación internacional, como en el caso de la Unión Europea, que decidió, por una vez, endeudarse en conjunto y plantear un sistema de ayuda económica de tinte federalista.

Así, con sus luces y sombras, el Covid-19 vino a reconfigurar el rostro de nuestro mundo. Esperemos que el 2021 nos permita reflexionar, aprender y seguir por nuevos caminos.