Montserrat Salomón

EU, al filo del abismo

POLITICAL TRIAGE

Montserrat Salomón*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Montserrat Salomón
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

El presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy, vive una de sus horas más oscuras al enfrentar al ala más radical de su partido, el Partido Republicano, que le impide llegar a un acuerdo en torno al presupuesto federal, lo que podría culminar con un cierre del Gobierno.

Este enfrentamiento entre las filas del propio Partido Republicano muestra la gran influencia que tiene el expresidente Trump entre sus seguidores y, por tanto, entre los políticos con ansias de poder.

Los extremistas quieren que el cierre de Gobierno suceda sin importar las consecuencias. Incluso la línea presupuestal que suele generar un mayor consenso, la de la defensa nacional, ha quedado suspendida en unas negociaciones que muestran nula voluntad de acuerdo y una gran sed de caos. Para Trump y sus fieles seguidores en la Cámara de Representantes, la meta es la suspensión de pagos que conlleva el cierre de Gobierno. Esto, generaría que se detuvieran apoyos para educación y salud, por ejemplo, a la par que los servidores públicos fueran despedidos temporalmente y el personal básico tuviese que trabajar sin recibir un salario. Un golpe mortal para la imagen de cualquier presidente al poder.

McCarthy y el ala moderada ya habían hecho su trabajo al negociar con el presidente Joe Biden recortes importantes en el presupuesto, más en sintonía con la línea conservadora tradicional republicana. Sin embargo, el ala trumpista, que es minoría, lo que busca es sangre y hasta amenazan con destituir al propio McCarthy en el caso de que trate de hacer una alianza entre los republicanos moderados y los demócratas.

Trump sabe lucrar con el caos. En estos momentos, ya hace propaganda de mentiras y medias verdades en torno a las propuestas presupuestales mientras que exige lo de siempre, lo más vendedor entre su base electoral: dinero para fortalecer las fronteras y detener la migración ilegal. Sin embargo, ése es sólo el humo que esconde la carambola que pretende el exmandatario. Si el Gobierno cae en suspensión de pagos, una de las dependencias afectadas será justamente la fiscalía que lo tiene en jaque con varias causas penales en su contra. Un retraso en estas actividades le daría el tiempo que necesita para afianzarse en su candidatura a la presidencia.

McCarthy vive en carne propia el secuestro del Partido Republicano por parte de Trump. Lejos quedan las verdaderas preocupaciones conservadoras en torno al grueso del Estado y la eficiencia presupuestal. Ahora todo tiene un nombre y un interés particular: Trump. Es una pena que el sistema electoral y el bipartidismo estén mostrando su extrema vulnerabilidad ante una democracia que nunca se sintió más endeble.