Montserrat Salomón

Por las tierras del absurdo

POLITICAL TRIAGE

Montserrat Salomón*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. 
Montserrat Salomón
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
 
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Si algo era admirable en nuestro país vecino era la certeza y orden que rodeaba su sistema democrático. Ejemplar en muchos sentidos, aunque ciertamente limitado por su bipartidismo, era un modelo a seguir que quedaba lejos del circo y del autoritarismo dictatorial que siempre ha rondado a las democracias latinoamericanas.

Sin embargo, en pocos años esta situación se ha dado la vuelta y ahora encontramos artículos en los principales diarios estadounidenses que hablan de la posibilidad real de una dictadura en esas tierras, en las que ahora se cuestionan si sus instituciones son en verdad tan fuertes como creían.

Y sí, como salido de una película de ciencia ficción, el 2024 promete ser un año bizarro para EU en el que bien puede suceder que el presidente electo termine siendo condenado a la cárcel. Esta crisis constitucional puede llevar al absurdo más grande a un sistema que no estaba preparado para el cinismo y descaro de un Donald Trump que ya ha dicho que de ser elegido se daría a sí mismo un indulto por los crímenes por los que ha sido imputado. En efecto, nada en la ley se lo prohíbe, puesto que a nadie se le había ocurrido que el caso pudiera darse. Pero si se interpreta de este modo la ley, sería como si el presidente pudiera darse a sí mismo permiso de violar cualquier ley e imponer autoritariamente su voluntad, a lo que en mi barrio se llama dictadura.

Una vez cruzada esa frontera, todo es posible. Así, Trump, entre la espada y la pared puesto que ahora necesita ganar la presidencia para evitar la cárcel, ha perdido cualquier recato y habla abiertamente de cómo perseguirá a sus detractores utilizando un tipo de lenguaje que recuerda a la Alemania nazi. Ya no tiene nada que perder. Va por todo y su base ama esta agresividad. Es lo que le da y quita votantes. Polarizante como el que más.

Biden tiene en Trump su carta más fuerte, lo cual es lamentable. Es el rechazo que genera su contrincante el argumento más fuerte que esgrime el presidente para buscar su reelección. Sin más que dar, se está quedando corto en las encuestas y todo apunta a que veremos un año alucinante lleno de elecciones ganadas por un expresidente sentado en el banquillo de los acusados, que terminará por erigirse como el personaje más antidemocrático de la historia estadounidense cuando jure una Constitución que violará, si no en su letra sí en su espíritu, en el primer momento en que empiece la oleada de indultos.

Este escenario es una vergüenza para la historia de la democracia estadounidense y un fracaso para un sistema bipartidista que se muestra agotado y desconectado de la realidad. Nos asomamos al vacío mientras somos incapaces de mirar para otro lado entretenidos por la política del absurdo.