Rafael Solano

Przeworski: el declive y erosión de la democracia

DE LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD

Rafael Solano*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Rafael Solano
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Esta semana el INE se vistió de gala, con la Conferencia Magistral del politólogo polaco, Dr. Adam Przeworski, sobre el Declive y Erosión de la Democracia; Przeworski es uno de los investigadores más agudos en todo lo relacionado con el “backsliding”, “declive”, “desconsolidación”, “erosión”, “retroceso”, “ocaso” o como se le denomine al periodo de cambio democrático que vivimos. En varias ocasiones aquí lo hemos citado, y hoy haremos la reseña de su conferencia.

De entrada, el polaco plantea que esto ocurre cuando los gobiernos en ejercicio usurpan el poder al formular políticas y violan las normas democráticas para quedarse en el poder. Esencialmente en dos dimensiones: discreción y ventaja electoral. La primera permite al gobierno actuar sin límites en contra de los intereses/ valores / normas de la oposición. Por su parte, la ventaja electoral significa que el electorado tiene menos posibilidades de reemplazar al titular en el futuro y que el gobierno no necesita ser responsable ante la ciudadanía.

Przeworski también aprovecha para establecer un análisis más objetivo ¿Tenemos una crisis general de la democracia o más bien estamos entrando a la subjetividad?, pone, por ejemplo, la batalla de V-Dem contra Freedom House, que se ha convertido en una auténtica guerra de expertos. Donde una casa nos dice que el estado de la democracia ha retrocedido a niveles de 1986 antes de la caída del comunismo, pero hay otra agencia que utiliza expertos que dice que nunca en el mundo ha habido tantos países democráticos como en 2022, es decir, medidas subjetivas de expertos.

Entonces quita el velo del alarmismo, se basa en los datos y establece que en algunos países la democracia anda bien y en otros mal, como ha sido en otros momentos; para él, este tono tuvo más eco a partir de lo que sucedió con el trumpismo, que puso a los académicos americanos con el grito en el cielo.

Como buen académico logra redefinir el planteamiento del problema, ¿por qué está sucediendo en estos lugares?, reconoce que no hay respuesta, sin embargo, coincide con Susan Strokes, en que una de las hipótesis está en la desigualdad, ya que es más frecuente encontrar estos eventos en sociedades desiguales.

Entonces también identifica la dinámica del declive; el retroceso procede por pasos: el gobierno da pasos, la oposición se moviliza contra estos pasos; en esto coincide con la visión de Levitski y Ziblatt, sobre cómo las secuencias varían, pero si es posible reconocer cuando está sucediendo; a veces el primer objetivo son las cortes, a veces los medios de comunicación, a veces el aparato estatal, a veces es la apuesta al divisionismo; es decir aún no está el patrón específico, pero sí las características.

Para ello enumera cuatro tipos de pasos que toman los gobiernos sobre esta vía, y que divide en flagrantemente antidemocráticos, sutiles, legales, pero perniciosos para la democracia y, por último, legales y despreciables para la oposición, pero sin afectar la democracia (o medidas discretas). La razón para hacer estas distinciones es que su carácter afecta las posibilidades de la oposición en dos vías ¿a qué prestar atención? y ¿cómo hablar de ellos?

Las medidas flagrantes, son los pasos que los autoritarismos dan contra las normas constitucionales o democráticas. Pasos que pueden ser tolerables para grandes porciones de población, como anulación de elecciones, referéndums para romper barreras institucionales, o la inhabilitación, disolución o empaquetamiento de tribunales constitucionales.

Sobre las medidas sutiles, podemos encontrar la excesiva politización de la burocracia estatal, sesgos o retrasos que impiden la ejecución de la ley, y medidas administrativas para lastimar presupuestos u organización. Sobre las medidas perfectamente legales y perniciosas para la democracia, Przeworski, enumera algunas como la extensión de derecho a voto de otros segmentos poblacionales que sesga resultados electorales, o el cúmulo de requisitos adicionales para emitir el voto, meter mano en los temas de financiamiento político, ya sea para abolir o agregar límites según resulte conveniente, decretos “por emergencia”, sesgos en el control de medios de comunicación.

Sobre las medidas discretas, establece que son aquellas que cuando se materializan, son perniciosas, ya sean de forma aislada o en conjunto, pero que podrían justificarse como consistentes con las normas democráticas, y que, sin embargo, terminan como mecanismos para desentrañar los derechos constitucionales liberales.

Por último, habla del dilema de la oposición en estos casos, donde la gente se divide en partidarios incondicionales y opositores incondicionales, es decir, se polariza; y donde puede llegar a ser más difícil cuando la gente no entiende las consecuencias, ya que regularmente predomina una retórica perversa donde se compite el mando de la “democracia”, y es donde las oposiciones deben entender si actuar o no actuar, a riesgo de parecer “antidemocrática”.

Un elemento fundamental es identificar los peligros temprano, ya que después puede ser demasiado tarde para las democracias. Przeworski habla de dos tipos de valores en esta defensa de la democracia liberal, extrínsecos, como la igualdad, libertad, justicia, y los intrínsecos que son la capacidad de destituir al gobierno en el futuro, rendición de cuentas, así como evitar conflictos violentos.

Propone el tono de esta defensa democrática en su versión positiva, donde la oposición debe ser más que un portavoz de la ira y de la resistencia. En cambio, debe ofrecer una visión positiva y alternativa de mejorar la democracia, donde la cuestión no es si se deben reformar las instituciones representativas sino cómo mejorar y no socavar la democracia.

Más conferencias de estas en México ¿Te suena familiar lo que dice Przeworski?