Rodrigo López San Martín

Los gobernadores de la 4T y el 2024

ES LA ESTRATEGIA...

Rodrigo López San Martín *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Rodrigo López San Martín 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Para el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, el país vive un momento histórico. Desde su óptica, la suya es una administración que debe marcar un antes y un después en la vida pública nacional.

Pero esta Cuarta Transformación no servirá para el propósito que persigue si dura solo seis años. Por eso, todos los días vemos una agenda proactiva con la que AMLO busca asegurar la continuidad de su proyecto. Siempre con la mira puesta en la sucesión presidencial de 2024.

Esta agenda incluye desde reformas constitucionales hasta su lucha contra el INE, única institución que le compite en credibilidad y reputación. Pero otro punto estratégico, y quizá más importante, está en la elección de candidatos a gobernadores que ha hecho a lo largo de su sexenio.

El presidente sabe que una cosa es su popularidad y otra la de su partido y sus candidatos. A lo largo y ancho del país, ningún candidato morenista se acerca, siquiera, al arrastre de López Obrador. De ahí, su esfuerzo por volver a hacer campaña a través de la Revocación de Mandato.

Pero esa será su última aparición en una boleta electoral. Y sabiendo esto ha elegido a cada uno de los candidatos a gobernadores los últimos años. Y lo seguirá haciendo. AMLO no busca al mejor perfil, y cuando en una elección el triunfo se siente seguro para Morena, tampoco busca al más popular.

El principal criterio para la elección de candidatos de Morena es la lealtad. Personajes que, llegando al cargo, respalden incondicionalmente a su administración. Y, más importante, que en 2024 estén dispuestos a absolutamente todo por asegurar el triunfo y la continuidad del proyecto obradorista.

Porque no hay duda que había morenistas de mejor perfil que algunos finalmente postulados en algunas entidades. O con mejores aptitudes. Pero no los había más fieles. Más incondicionales. De ahí su defensa total a personajes que han pasado por el ojo del huracán.

En las últimas semanas que Morena ha definido sus candidatos a las seis gubernaturas que se disputarán este 2022, el criterio se ha repetido.

Hacia 2024, restan ocho procesos electorales donde se elegirá gobernador, lo que permitiría a Morena llegar con 24 gobernadores emanados de sus filas a la elección presidencial. Y en eso descansa el proyecto de continuidad. En que haya

quienes estructuren y capitalicen electoralmente la imagen y la política social del presidente.

Por eso, 2024 está en juego todos los días, y principalmente, el primer domingo de junio de 2022 y 2023.

AMLO prepara permanentemente su sucesión y el legado de su proyecto. La oposición debe entenderlo y construir, desde hoy, en esa misma lógica y visión a largo plazo. No se trata de dar por perdido el presente, pero si de construir un proyecto competitivo desde hoy.