El país en llamas y los políticos en campaña

ES LA ESTRATEGIA...

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Falta casi un año para la jornada electoral de 2024. Pero para nuestra clase política, parece que el país está detenido hasta resolverse la sucesión presidencial.

Porque, tanto desde el oficialismo como desde la oposición, la agenda pública en nuestro país gira totalmente alrededor del proceso electoral del próximo año.

Pero mientras gobierno y partidos se enfrascan en una disputa discursiva sobre el futuro, el país está en llamas y nadie parece ponerle atención a eso.

Sí, a muchísimos mexicanos nos interesa el debate entre quienes buscan gobernar a México los próximos seis años. También es cierto irrupción tardía pero fuerte, de la oposición en la narrativa sucesoria, ha emocionado por primera vez a los millones de electores opositores al presidente López Obrador. Y deben seguir aprovechándolo.

En especial, la frescura con la que Xóchitl Gálvez aterrizó en un proceso que se antojaba como un día de campo para Morena, ha despertado muchísimo debate. La fijación de AMLO de erigirse, más claramente que nunca, como jefe de campaña de su partido y como principal francotirador contra la precampaña de Gálvez, ha generado para muchos una muy democrática sensación de incertidumbre en el resultado de la próxima elección.

Pero tarde o temprano, quienes aspiran a gobernar este país deberán pasar del discurso polarizador a abordar el tema que más preocupa y más lastima a los mexicanos: la inseguridad.

México está en llamas. Y aunque la pérdida de control sobre territorios frente al crimen organizado es algo que se ha dado progresivamente desde 2007, hoy, el país está al borde de conflictos sociales graves. Una sociedad que se siente abandonada por sus autoridades es un caldo de cultivo para la descomposición.

Tan sólo en las últimas semanas, hemos sido testigos de comandos armados que secuestran trabajadores públicos en Chiapas; grupos “ciudadanos” que toman por la fuerza el palacio municipal de Chilpancingo, la capital de una de las 32 entidades federativas; y el secuestro y asesinato de otro periodista más a manos del crimen organizado. Todo esto sin contar la violencia cotidiana que se vive a lo largo y ancho del país.

Frente a ello, ni el gobierno ni la oposición parecen tener una solución. O al menos, no enfocan en ello su discurso.

Aunque es lógico que la disputa electoral pasa por el contraste político y personal, quien busque gobernar este país deberá articular una estrategia para enfrentar este problema que tanto lastima a las familias mexicanas. Y, quizá igual o más difícil, comunicarla de una manera creíble y confiable para los mexicanos.

En estas semanas de precampañas, sólo Marcelo Ebrard le ha entrado al tema. Pero poco o nada de atención y confianza logró sumar con su proyecto “Ángel”, que más que una estrategia de combate a la violencia, fue un catálogo de innovaciones tecnológicas que no enfrentan la raíz de los problemas. Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López, por su parte, caminan por la delgada línea de la mimetización con AMLO, lo que ha convertido a su discurso una muy aburrida segunda voz de todo lo que desde hace 5 años repite el presidente.

Del lado de la oposición, si Xóchitl Gálvez se consolida como la aspirante presidencial, es urgente que presente un modelo y un equipo que le ayude a construir credibilidad y confianza en un tema en el que no tiene mayor experiencia. Quizá, es aquí, donde el acompañamiento de los partidos pueda aportarle más a la candidatura “no militante” de Xóchitl. 

Rodrigo López San Martín.

Estratega y consultor político. Socio Director de Agencia Pública.

Rodrigo López San Martín es consultor y estratega político. Socio Director de la firma Agencia Pública. Ha asesorado a más de 30 candidatos y gobiernos en México y Latinoamérica. Ganador del Reed Award 2018 como Consultor Revelación.