Valeria López Vela

Los antihéroes del 2023

ACORDES INTERNACIONALES

Valeria López Vela*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Valeria López Vela
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Como cada año, dedico mi última columna a señalar a los personajes que con sus acciones o sus omisiones causaron un impacto negativo significativo en el desarrollo de la historia. La mayoría de las ocasiones se trata de personajes políticos —presidentes o líderes— que desatinaron en la conducción de sus acciones. Esta vez es diferente.

El grupo terrorista Hamas es, sin duda, la figura más perversa y que mayor caos introdujo a la historia mundial. Encuentro cuatro razones para sostener esto.

Primera, por perpetrar un pogromo en el nuevo milenio.

Fuimos testigos de un ataque inhumano realizado por el grupo terrorista Hamas en contra de ciudadanos israelíes. Vimos cómo la barbarie y la crueldad alcanzaron límites indecibles: actos de irracionalidad y violencia extrema que, al mismo tiempo, aprovecharon la tecnología más avanzada para amplificar la crueldad y el alcance de los daños. Para muchos, me cuento entre ellos, nada ha sido igual desde entonces, pues los hechos cimbraron la confianza en las instituciones internacionales y la esperanza en la construcción de la paz.

Segunda, por el desvío de recursos.

Porque si se hubieran dedicado las mismas horas de planeación, de estrategia y de insumos que gastaron en construir, fortalecer y crear oportunidades para los gazatíes, el destino de Palestina y de la región sería otro.

Tercera, por la campaña de desinformación global.

Durante años, Hamas creó y alimentó el imaginario que hace ver a todos los palestinos como inocentes víctimas, incapaces de cualquier mal. Y buena parte de los medios de comunicación y de los sectores universitarios lo creyeron; hoy, ser palestino es sinónimo de “menor de edad angelical”… y, si bien es cierto que esa narrativa es útil en este momento, también lo es que despoja de agencia, capacidad de futuro y responsabilidad a los gazatíes. Y nadie se merece eso.

Finalmente, por la polarización que sedimenta.

En varios lugares del mundo hubo manifestaciones que buscaban enmarcar la barbarie como parte del largo conflicto territorial, con el fin de normalizarla. Esto es, en sí mismo, inaceptable moralmente. Además, en varios países revivió un odio feroz que —hay que escribirlo— como humanidad nos habíamos prometido no permitir nunca más.

Intentar reflexionar sobre el asunto es garantía inequívoca de conflicto, confrontación y enemistad. Además de que la erosión a las instituciones internacionales —ONU, ONU Mujeres y Cruz Roja— ha sido significativo.

Y ése es, posiblemente, el mayor logro de Hamas que durante siete años planeó y organizó

la debacle moral y el intenso enfrentamiento bélico, en el que hoy nos encontramos. Porque, con independencia del resultado de la guerra, vencedores y vencidos tendrán más pérdidas que ganancias.

Lo más doloroso sobre los líderes de Hamas es que su talento es directamente proporcional a su capacidad de odiar.