25N*

LA VIDA DE LAS EMOCIONES

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Encuestas nacionales indican que el 44 por ciento de las mujeres en México ha experimentado alguna forma de violencia por parte de una pareja actual o anterior durante sus vidas.

En 2022, de acuerdo al Inegi, fueron asesinadas violentamente en el país un total de tres mil 800 mujeres. Actualmente entre 10 y 11 mujeres son asesinadas al día, la tasa de impunidad es de más del 95 por ciento y sólo una de cada 10 víctimas se atreve a denunciar a su agresor. Una de las causas de esta violencia son las características psicológicas y de personalidad de los hombres que maltratan a su pareja. Se han hecho investigaciones durante los últimos 30 años y hay características que se repiten: características de tipo antisocial, narcisista, borderline y abuso de sustancias.

Las causas de la violencia hacia las mujeres se encuentran en distintos ámbitos:

1. Individual (desórdenes de personalidad, anomalías psicológicas y conductas adictivas).

2. Familia (graves problemas de comunicación, conflictos, disfuncionalidad, ausencia de apoyo familiar, aislamiento social).

3. Social (sociedades machistas, tolerancia al uso de la violencia, actitudes sociales sobre la violencia hacia la mujer en las relaciones de pareja).

A partir de 1980 se intentó describir a los maltratadores en contraste con hombres que no maltrataban. Los estudios indicaron que los hombres violentos suelen presentar carencias psicológicas, déficits cognitivos, desórdenes de personalidad, consumo abusivo de alcohol y drogas, pensamientos distorsionados sobre la inferioridad de la mujer, baja autoestima, dificultad en la comunicación y en la expresión de sus emociones y falta de control de impulsos. Esta revisión sugería que los problemas psicológicos o características de personalidad explicarían en parte la conducta violenta hacia la mujer, fundamentalmente la personalidad antisocial, trastorno narcisista y el trastorno límite. El trastorno de personalidad del tipo antisocial se caracteriza por el desprecio y violación de los derechos de los demás, el tipo narcisista por la grandiosidad, necesidad de admiración y falta de empatía y, por último, el tipo límite por presentar cierta inestabilidad en sus relaciones, identidad y estado de ánimo.

La clasificación empírica de Gottman et al. (1995) se basaba fundamentalmente en la respuesta psicofisiológica que los hombres violentos emiten ante una discusión de pareja. Realizaron una clasificación en un contexto de laboratorio y propusieron dos tipos de maltratadores en función de su respuesta cardiaca diferencial ante una discusión de pareja. Los maltratadores de tipo I (“cobra”) eran aquellos hombres violentos que, ante una discusión de pareja, manifestaban una disminución en su frecuencia cardiaca, exteriorizaban mucha agresividad y desprecio hacia la víctima y se comportaban violentamente con otro tipo de personas (amigos, desconocidos, compañeros de trabajo, etc.). Desde una perspectiva psicopatológica, mostraban características antisociales y agresivo-sádicas, así como una mayor probabilidad de drogodependencia. En este tipo de hombres violentos (20 por ciento), la conducta agresiva era planificada, expresaban un grado profundo de insatisfacción, no generaban sentimientos de culpa pero eran emocionalmente más abusivos que el grupo de hombres violentos de tipo II. Los maltratadores de tipo II (“pitbull”) eran aquellos hombres violentos que presentaban un aumento en su frecuencia cardiaca ante una discusión de pareja. Desde una perspectiva psicopatológica tendían a mostrar trastornos de personalidad por evitación y borderline, características pasivo-agresivas, ira crónica y eran emocionalmente dependientes. En este tipo de hombres violentos la conducta violenta era impulsiva, una conducta mediatizada por la ira que refleja la incapacidad en el control de los impulsos o en la expresión de los afectos.

Otros estudios indican que los factores implicados en la violencia doméstica son psicopatología y personalidad, control de la ira, estilo de apego, actitudes hacia la violencia doméstica, actitudes machistas, la empatía, autoestima y la deseabilidad social, así como consumo abusivo de alcohol y otras drogas. La comparación de los distintos subtipos de los hombres violentos entre sí e identificar cómo cada tipo de hombre violento se diferencia de los hombres no violentos podría aumentar la comprensión de la violencia conyugal y ayudar a identificar los diferentes procesos que subyacen en la violencia en la pareja. El desarrollo de una tipología de los hombres violentos permitiría un examen sistemático de cómo y por qué los hombres utilizan la violencia contra la mujer. 

*25 de noviembre: Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres.