“No es lo que yo hubiera querido, honestamente”, expresó Jaqueline Palmeros al finalizar la tercera jornada de búsqueda de más restos de su hija, Jael Monserrat Palmeros Uribe, en el Ajusco; no obstante, aclaró que, si bien al menos sus nietos tendrán una tumba para su madre, ella continuará su lucha con las instituciones.
Al finalizar el último día de labores, la madre buscadora dijo tener “cierta paz” por haber hallado en noviembre pasado algunos restos de su hija, pero, aclaró, el Estado tiene deuda con las familias buscadoras.
“Yo y cualquier mamá que ha buscado en un contexto de desaparición de larga data quisiéramos llegar hasta el último resto, me vieron fuerte, porque así me necesitaba mi hija, pero es muy doloroso”, mencionó ante voluntarios, autoridades y medios de información.
Frente a las prendas, credenciales u objetos encontrados en la tercera jornada y que fueron colocados sobre plásticos azules, Jaqueline Palmeros expresó que aún no obtiene justicia y advirtió que le espera un proceso complicado con las autoridades para esclarecer los hechos. También dijo que con las pocas osamentas que rescató hace dos meses está más tranquila, pero continuará con su exigencia de justicia para ella y para otras víctimas.
Si de por sí el encontrar a una persona desaparecidas es prácticamente un milagro, el Ajusco es mucho más complicado; esto no se termina hoy, vamos a continuar hasta que descartemos lo que tengamos que descartarYadira González, Voluntaria
“Tengo un poco de paz en mi corazón, pero no completa, porque me espera todavía la lucha institucional por el acceso a la verdad y la justicia, puedo confiar en mí y en mis compañeras, en nuestros ojos y en nuestras manos, pero en las instituciones no y ese acceso a la justicia me va a costar más trabajo que encontrar a mi hija.
“Sus niños me decían: ‘abuelita, si por lo menos tuviéramos una tumba para llevarle una flor a mi mamá el Día de las madres’..., y no la tenía, hoy la voy a tener. A mi hija no le gustaba usar zapatillas, le gustaba usar tenis porque que, si alguien le quería hacer daño, cómo iba a correr y mi hija no pudo correr”, dijo con lágrimas en los ojos.
Lunes 27


Abrazada y respaldada por los integrantes del colectivo que creó para buscar a su hija, Una Luz en el Camino, la mujer explicó que hay muchas familias que tienen desaparecidos en el Ajusco. Todos exhortaron a las autoridades a vigilar la zona y a colocar arcos para que no se repita ningún delito.
Y es que el sitio escarbada se conoce como Llano del Vidrio y está en el punto más alto del Ajusco. Un sitio de difícil acceso, solitario y con mucho pastizal y árboles. Por ello algunos lo consideran como una zona roja, y lo fue, ya que hace 10 años el grupo criminal Los Camacho, el cual fue desarticulado, enterraba ahí a sus víctimas, aunque activistas consultados dijeron desconocer el caso.
Los trabajos que los activistas llevaron a cabo desde el pasado lunes se dieron casi dos meses después de una búsqueda que hicieron en el lugar y en la cual encontraron restos de la joven, quien fue reportada como desaparecida en 2020.
Yadira González, quien busca a su hermano y lideró al grupo en la búsqueda de Monserrat, externó que el primer día se localizaron 10 objetos balísticos de nueve milímetros, el segundo un casquillo de grueso calibre y ayer hubo seis casquillos más.
Martes 28


En los tres días, explicó, los participantes encontraron huesos de animales, ropa y credenciales, los cuales fueron levantados por la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México para realizar los registros correspondientes.
“Si de por sí el encontrar a una persona desaparecida es prácticamente un milagro, el Ajusco es mucho más complicado; esto no se termina hoy, vamos a continuar hasta que descartemos lo que tengamos que descartar.
“Los indicios nos dan la idea de que es un lugar complicado, que pasan situaciones que no deberían de suceder, el Ajusco es una zona roja, de riesgo y de depósito clandestino de nuestros familiares”, asentó desde el lugar donde sólo de vez en cuando pasan pipas de agua o coches.
Miércoles 29


Bajo el intenso sol decembrino y la tierra volando por la remoción de pastizales, por las caminatas para explorar un espacio, entre otras actividades, cada persona tuvo un trabajo: unos escarbaban, otros llenaban cubetas con materiales que pudieran ser algún hueso humano, otros examinaban este material en cribas... En estos días incluso algunos reporteros también laboraron.
Previo al inicio de cada jornada, los participantes rezaron colectivamente para pedir a su Dios que tuvieran éxito. Luego, los colectivos instruían a los participantes dónde sería su sitio de trabajo: en la parte media de la colina estaban los elementos de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural, de la Fiscalía General de Justicia capitalina, Marabunta, Secretaría de Seguridad Ciudadana y Bomberos.
Los servidores públicos llenaron cubetas con tierra, ramas y piedras, las cuales las subían por medio de cadenas humanas o poleas para que otras personas, con un marco de madera en mano, el cual tiene una malla fina, cribaban con cuidado, pues la zona es piedrosa y empinada.
Tenemos muchos desaparecidos en el Ajusco y muchos desaparecidos de allá abajo que los vienen a dejar aquí. Espero que esto sea un precedente para que el Gobierno se dé cuenta que tiene que actuar, no sólo hablar de una estrategia política. Sin las familias noJaqueline Palmeros, Madre buscadora
Otro grupo laboró en la zona baja, donde se encontraron los primeros restos. Ahí retiró maleza, basura y escarbó cuidadosamente para revisar que no hubiera más indicios, como los encontrados en noviembre pasado y que, de acuerdo con la Fiscalía local, sí pertenecían a Monserrat.
“¡Por qué los buscamos? ¡Porque les amamos!”, “¡Hasta cuándo? ¡Hasta encontrarlos!”, “¡Monse venimos por ti!”, “¡Monse, escucha, tu madre está en la lucha!”, gritaron los colectivos en distintas ocasiones.
Además de las autoridades, también acudieron integrantes de los colectivos Una Luz en el Camino, Hasta Encontrarles, Camino Esperanza y otros, así como voluntarios de Sonora, Querétaro, Tamaulipas, Veracruz, Guerrero, Morelos, Estado de México y escuelas, como la UNAM, la Universidad Iberoamericana, La Salle y un eje de Iglesias.
También había madres y padres, quienes tienen algún o algunos familiares desaparecidos o no localizados. Portaban los rostros de esas personas en unas impresiones que colgaban con unos lazos sobre sus hombros y las fotografías quedaban en sus pechos y espaldas. Otros traían playeras blancas con los rostros impresos. “Te estoy buscando” era la primera línea que se leía en ellas y enseguida nombre y foto.
A lo largo de los tres días, las brigadas hallaron no sólo huesos de animales, también prendas, pero un error ocurrido el martes causó molestia al día siguiente.
Esto fue, por el hallazgo de un pantalón de mujer, el cual revisó una antropóloga, pero no se notificó a las autoridades correspondientes, lo que provocó que el sitio donde fue encontrado no se revisara de manera exhaustiva, lo que causó disgusto entre algunas madres buscadoras.
Al día siguiente hubo dificultades para hallar el lugar, pues a algunas familias no se les contó que fuera el punto correcto. Pese a ello, todos seguían unidos y esperanzados con encontrar algún indicio importante. Siempre hubo solidaridad.

ESPERAN A AUTORIDADES. En esta jornada, Jaqueline Palmeros expresó a La Razón su descontento por la falta de personal de las autoridades capitalinas para este tipo de labores.
Al respecto, el martes la Jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, reiteró que tiene el compromiso de entregar a los colectivos un plan para reforzar las acciones de búsqueda de personas desaparecidas. También anunció que mañana será instalado un Gabinete de Coordinación Interinstitucional que los atenderá cada semana.
“En un mes le haremos entrega a las organizaciones de propuestas que parten de muchas que ellos han presentado y consensuarlas, y después hacerlas públicas para mejorar, por supuesto, fortalecer la Comisión de Búsqueda, tener el personal suficiente y los recursos que sean necesarios para mejorar la búsqueda de las personas desaparecidas”, dijo la mandataria.
Jaqueline Palmeros, cabizbaja, mencionó que espera que la administración capitalina preste atención y tome cartas en el asunto de las personas desaparecidas y no localizadas en la Ciudad de México.
De acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, de la Secretaría de Gobernación federal, entre 2019 y 2024 las autoridades reportaron el hallazgo de al menos 500 personas que tenían alguno de esos dos estatus y que se les localizó sin vida.
Los datos muestran que 420 eran hombres, 76 mujeres y cuatro más indeterminados. Además, el número de personas halladas ha disminuido al pasar de 130 en 2019 a 36 en 2024.
“Tenemos muchos desaparecidos en el Ajusco y muchos desaparecidos de allá abajo que los vienen a dejar aquí, espero que esto sea un precedente para que el Gobierno se dé cuenta que tiene que actuar, no sólo hablar de una estrategia política, sin las familias no”, expresó.
Con la búsqueda concluida y sin más restos de Monserrat, Jaqueline Palmeros encabezará un encuentro mañana, a las 11:00 horas, en la Glorieta de las Mujeres que Luchan y a las 14:00 horas, en Iztapalapa, un velorio para su hija.


