Vecinos del número 102 de la calle Mar Blanco, en la colonia Popotla, denunciaron su desalojo que se dio sin una orden judicial clara y bajo amenazas por un supuesto grupo de cargadores encapuchados, el cual permanece en el lugar a seis días del retiro.
El suceso, ocurrido el pasado 2 de octubre, dejó a 10 familias en la calle y a una más al borde de la desocupación; ésta última logró mantenerse en el inmueble gracias a un amparo, sustentado en que, años atrás, el padre obtuvo una prescripción positiva del predio, pero falleció antes de escriturarlo.
- El Dato: Sólo una de las 10 familias damnificadas por el desalojo del 2 de octubre obtuvo un amparo, por lo cual permanece en su vivienda, mientras que el resto exige justicia.
“Cuando vinieron a sacar, no nos dieron notificación, no nos avisaron, no nos dijeron absolutamente nada. Desde que sacaron a las 10 familias, hubo robos y los que dirigían todo les dieron permiso. Fue ilegal”, comentó Verónica Martínez, nombre usado para salvaguardar su identidad.

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La Razón visitó el predio, que abarca una manzana completa y tiene accesos tanto en la calle Mar Blanco como por Instituto de Higiene, y observó que al menos 10 hombres, con el rostro cubierto, lanzan desde una ventana las pertenencias de los vecinos y las tiran en un camión de basura.
En los seis días que han ocupado el predio, los sujetos colocaron tres hileras de alambre de púas, una baliza naranja que se activa en caso de traspaso y una cámara de videovigilancia.

- 23 personas, indicaron vecinos, participaron en el desalojo del jueves pasado
- 59 años de existencia tiene el predio de Mar Blanco 102, en la colonia Popotla
Verónica Martínez contó a este diario que el sitio está en un limbo legal desde 1999, cuando María Lerma, dueña original, murió, y que, desde ese momento, diversas personas e inmobiliarias interesadas han utilizado amenazas o se han declarado dueñas, pero que ésta es la primera vez que logran sacar a los habitantes.
De acuerdo con el Sistema Abierto de Información Geográfica, el predio fue construido en 1966 y tiene una superficie de terreno de aproximadamente mil 493 metros cuadrados que, sin contar la construcción, tiene un valor estimado de más de 6.8 millones de pesos, según el costo por metro cuadrado en la zona, que asciende a cuatro mil 574 pesos.
El último autoproclamado dueño del predio es un hombre identificado como Mario Shirley, de 85 años, quien, según la afectada, ha engañado tanto a inmobiliarias modestas como a compradores individuales, simulando la venta del inmueble y desapareciendo una vez que comienzan los reclamos.
“Él (Mario Shirley) lo vendió y estafó a personas. Muchas veces venían a reclamar, decían, ‘oigan, ¿y cuándo me van a desalojar y cuándo me va a entregar mi terreno?’ Y él cuando ya empezaba a ver que la gente venía a preguntar, porque ya les había sacado dinero, se desaparecía, se iba de viaje”, señaló.

La mujer recordó que la mañana de la desocupación, un grupo de cinco supuestos policías, que se negó a identificarse, formó parte del grupo de cargadores. Este medio consultó a la Secretaría de Seguridad Ciudadana acerca de este tema e indicó que los elementos participaron sólo en el resguardo perimetral, mas no en el retiro.
“Nunca se quisieron acreditar. Yo les pregunté de qué grupo eran, y sólo se burlaban. Movían rápido las credenciales. Les dije: ‘Cualquiera puede comprar un uniforme y fingir ser policía’”, les reclamó la vecina.
Durante el hecho, Verónica Martínez y sus vecinos reportaron golpes, amenazas con armas de fuego, robos de computadoras, joyas e incluso intentaron robar una camioneta.
También denunciaron que, presuntamente, “para amedrentar aún más”, los cargadores asesinaron con un cuchillo a un perro y el cuerpo lo tiraron a la basura.
Verónica Martínez explicó que uno de los cargadores se le acercó y ella le preguntó quiénes eran y quién les había dado permiso de entrar, y éste le aseguró que, supuestamente, pertenecían a la Unión Tepito.
“Nos dijeron que si no salíamos por las buenas, iba a ser por las malas. Un tipo me torció el brazo y me dijo al oído: ‘¡Ya sabes que te va a cargar la ve***, somos de la Unión Tepito, pendeja!’”, narró aún asustada Verónica Martínez.
Otros vecinos reportaron que el grupo, compuesto por aproximadamente 20 hombres y tres mujeres, llegó en motos y camionetas armados con mazos, cuchillos y armas de fuego.
La vecina dijo que tanto su familia como las otras están asustadas de los cargadores, ya que los han amenazado enseñándoles armas metidas en sus pantalones y gritándoles: “¡Te vamos a quebrar si no te sales!”.
Los habitantes también señalaron que la presunta notaria, identificada como María Elena Burgos, los obligó a firmar bajo presión una serie de hojas en blanco, pero la madre de Verónica Martínez no aceptó.
“Mi mamá hizo una (firma) como un tipo garabato y puso en la hoja ‘Estoy firmando una hoja en blanco’. Cuando vio eso, la notaria le hace: ‘¡Ay, para qué, eso así ya no nos sirve!’”, clarificó Verónica Martínez seis días de la desocupación.
Actualmente, el ambiente en Mar Blanco 102 es de tensión constante, especialmente por las noches, cuando quienes permanecen en el inmueble son amenazados de muerte.
Parte de las familias viven afuera del predio en un campamento improvisado, con lonas donadas por vecinos solidarios y rodeadas de muebles y pertenencias que algunos desalojados ya no pudieron llevarse.
El pasado 6 de octubre, las 10 familias de Mar Blanco 102 cerraron la circulación en la Avenida México-Tacuba para pedir que el Gobierno de la Ciudad de México pusiera atención sobre su caso. Funcionó, pues tendrán un encuentro con autoridades capitalinas.

