Cae Juanito; sobran relevos

Por Nayeli Gómez

Como llegó, así salió. El 27 de noviembre pasado Rafael Acosta, Juanito, entró por la puerta trasera a la sede delegacional en Iztapalapa para reasumir el cargo como delegado, tras una licencia de 59 días que solicitó el 1 de octubre.

Ése día, en la oscuridad, Acosta abrió las rejas del edificio central e ingresó con su equipo de colaboradores para tomar posesión. Ayer su salida fue similar, por la puerta de atrás.

Durante todo el día la atención del Gobierno capitalino, los diputados locales y los líderes de las tribus perredistas se centraron en Iztapalapa, luego de que se dio a conocer que Juanito no continuará protagonizando el conflicto político que desde junio pasado mantiene en la mira de la opinión pública a esa zona del oriente de la ciudad.

El silencio en Acosta Ángeles —pocas veces visto en él— evidenció que esta vez no había marcha atrás y que se despediría de los reflectores y de la administración delegacional con el mayor presupuesto y número de habitantes del Distrito Federal.

La oficina, que por 14 días ocupó el ex petista, fue un bunker por el que desfilaban sus colaboradores, visiblemente nerviosos. La mudanza comenzó al mediodía de ayer: cajas salieron del primer piso del edificio central para ser depositadas en una camioneta.

Fue a las 5 de la tarde cuando una camioneta Van, placas 428 WGB, salió del estacionamiento de la delegación hacia la avenida Ermita Iztapalapa.

A bordo, el ahora ex delegado salió acompañado de su equipo cercano y su hijo Carlos Acosta, quien por unos días asumió la dirección de Comunicación Social de la demarcación. En otra camioneta, con las placas 156 VMO, también dejaron las oficinas directores generales, territoriales y sus “incondicionales”.

Luego de que abandonó el edificio delegacional no hubo forma de localizar a Rafael Acosta.

Por la mañana, Juanito designó a Aarón Josué Ramos Miranda —integrante de la tribu Izquierda Democrática Nacional (IDN) encabezada por René Bejarano— como el encargado de despacho de la delegación.

agp