El arte del mobiliario virreinal en el Franz Mayer

El arte del mobiliario virreinal en el Franz Mayer
Por:
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Ernesto Lozano

Arte y Erudición en el mobiliario virreinal de la Villa Alta, Oaxaca, es el título de la exposición que se inauguró el pasado jueves en el Museo Franz Mayer, para celebrar el 25 aniversario de esa institución cultural.

La muestra incluye una gran variedad de muebles de uso civil: escritorios, papeleras, escribanías, bufetillos, baúles y cajas, realizados con una técnica de marquetería única en su tipo y realizada exclusivamente en la zona serrana de Oaxaca, en la Villa Alta de San Ildefonso. Estos muebles que son testimonios históricos y artísticos de la sociedad que los encargó, creó, adquirió y utilizó como obras de lujo extremo en casas y palacios, reflejan variados mensajes del erudito saber humanista.

Con una museografía que incluye hermosos brocados, como los que seguramente enmarcaron y contrastaron a piezas en los palacios en que habitaron.

La Villa Alta de San Ildefonso fue fundada en 1526 por Diego de Figueroa en uno de los terrenos más escarpados y montañosos de la Sierra Norte de Oaxaca, llamada también de “los zapotecas”. En este primer asentamiento funcionó un presidio español que sirvió como resguardo militar para la conquista armada de la región; con ello se pretendió apaciguar los constantes enfrentamientos que había entre mixes, zapotecos y españoles.

Un año más tarde por orden del cabildo se traslada y funda formalmente el pueblo de la Villalta a su sitio actual.

La Razón comparte este testimonio de los curadores Carla Aymes, Gustavo Curiel, Hilda Urréchaga y Alejandra Quintanar.

¿Por qué destaca la greca escalonada? ¿Son estos muebles de los más antiguos y complejos de los

exhibidos? Un grupo de muebles de gran calidad incluye en las tapas, cubiertas y laterales un motivo geométrico de enorme interés. Se trata de una cenefa que se ha bautizado aquí como “la greca escalonada”. Esta lista, formada la mayoría de las veces por maderas oscuras, genera un espacio en donde se colocaron las escenas historiadas. El genio creativo de los artistas de la Villa Alta consistió en combinar este diseño escalonado con grutescos, cartelas y animales. Los muebles que comparten este diseño ornamental debieron salir de un mismo taller y sus cronologías estar cercanas a 1671.

¿En qué consisten los grutescos que aquí se muestran? Debe recordarse que se conocen como grutescos a las formas ornamentales que derivan de los frescos encontrados en la Domus Aurea (Casa de Oro) y la Domus Transitoria neronianas, descubiertas a finales del siglo XV en Roma. Para la segunda mitad del siglo XVII el grutesco, como componente de los grandes programas artísticos, religiosos y civiles, del ámbito culto novohispano, había desaparecido. La pintura mural de los conventos del siglo XVI, con sus frisos llenos de hojas de acanto y seres fantásticos, era ya “memoria pasada”. El mobiliario que salió de los talleres del barrio de Analco en la Villa Alta de San Ildefonso fue el receptor y continuador de este género ornamental durante un largo periodo de tiempo, que abarca desde la segunda mitad del siglo XVII y hasta la primera del siglo XVIII.

¿Qué elementos de la Fauna aparece en los muebles? Figuras de elefantes, leones, conejos, sierpes, tortugas, garzas, camellos, ciervos, monos, guajolotes, langostas, pavos reales, garzas y patos pueblan las superficies del mobiliario. Vía la fauna, América, Europa, Asia y África se dan cita y entrecruzan en la sierra de Oaxaca para ofrecer al espectador una naturaleza armónica, ya domeñada, donde todos y cada uno de los animales son partes de un hortus amenus. Orfeo toca para ellos, al tiempo que da vigencia —vía el sentido del oído— a la rara “animalia” que trepó a la Sierra Norte de Oaxaca, a través de los grabados europeos. Cabe advertir que las representaciones de aves con gestos fieros que picotean flores y frutos fue un motivo que se repite en muchos casos. En otros muebles hay figuras de ocelotes, propios de la zona de la Villa Alta, y monos aherrojados —sometimiento de la lascivia y otros pecados carnales—.

También aparecen representadas escenas de caza, también llamadas de montería, como la caza del ciervo, que es el alma que huye por los bosques asechada por fieros animales que encarnan los vicios y pecados. El ciervo se vincula con el agua de vida al través de fuentes, riachuelos y cántaros. Después de sortear a los animales, que tratan de devorarlo, el ciervo se rinde, sediento y exhausto, para beber de la fuente que le proporciona la salvación eterna.

¿Eran muebles utilitarios, qué nos cuentan de los escritorios? Dentro de las casas y palacios de personajes con alto poder adquisitivo había numerosos escritorios, escribanías y cajas de escribir de varios tipos. Al interior de las cajas de escritura se guardaban los recados de escribir: plumas, escribanías, tinteros, papeles, cajas de arena, sellos y lacres. Una gran mayoría de los muebles de la Villa Alta son muebles ligados al arte de escribir. Estos muebles se apilaban unos sobre otros, pues su posesión era ante todo una cuestión de prestigio social. Los más lujosos y pequeños (bufetillos) estaban dispuestos en los estrados de las casas.

¿El color se hace presente en algunos muebles? En los muebles de la Villa Alta hay un gusto por construir escenas que semejan grabados, mediante el uso de maderas contrastantes y esgrafiados rellenos por una pasta negra.

En otros casos hay un rico colorido. Se perciben verdes, rojos, guindas, cafés, amarillos, naranjas y azules, pero también se aprecian notas de color aplicadas a punta de pincel. Es posible que el rojo sea grana cochinilla. Algunos ejemplares han perdido su policromía original y, en consecuencia, la intencionalidad artística primigenia.

¿Los discursos siempre son civiles en las representaciones de los muebles? Algunos muebles llevan escudos de armas, propios de la composición heráldica hispana. Estos escudos o blasones son algunos de los signos externos con los que las familias expresaban su condición de nobleza y el prestigio social. Dada su naturaleza, los temas y las figuras que aparecen representados en los muebles del ajuar doméstico de la Villa Alta están relacionados, en su gran mayoría, con el mundo civil. Cabe advertir, sin embargo, que hay mensajes o lecturas dobles subyacentes, que ligan a los símbolos con los fines del cristianismo y la salvación del alma.

¿Son importantes los hierros de estos muebles? En los escritorios, contadores, cajas, baúles, bufetillos y papeleras, los hierros tienen una doble función. Por una parte, sirven a usos prácticos específicos, como lo es el resguardar y dar cohesión a los diversos componentes de las obras, sobre todo aquellas partes que son movibles, como las cubiertas y las tapas abatibles (bisagras). Se han encontrado pocos ejemplos de cantoneras —resguardos metálicos en las esquinas o aristas artistas—. Asimismo las bocallaves, cerraduras, tiradores y agarraderas, son elementos que sirven para abrir, cerrar o transportar a las piezas.

Pero también es cierto, por otra parte, que estos objetos de metal —si bien funcionales— tuvieron una intencionalidad estética muy clara; los hierros fueron calados, cincelados, recortados y posteriormente dorados a fuego para otorgarles ciertas cualidades artísticas.

¿En qué consistió la técnica de los esgrafiados? ¿Cómo se preparaba la pasta de relleno de zulaque? Las maderas sobrepuestas contienen figuras y formas geométricas con rellenos que dan la apariencia de grabados. En la gran mayoría de los casos, pequeños trozos de madera con figuras fueron embutidos, cual si se tratara de un rompecabezas, pero también hay tiras o paneles de rítmicas geometrías. En ambos casos se hicieron multitud de trazos incisos en las maderas, a manera de esgrafiados. Cabe advertir que no se trata de pirograbados, como se ha dicho. Los huecos resultantes —a veces profundos, a veces no tanto— se rellenaron con una pasta negra o un relleno de colores. A esta pasta se le ha llamado zulaque, debido a su similitud con una pasta renegrida del mismo nombre, utilizada para recubrir caños de barro o arcaduces. Jorge Loyzaga recogió una receta del zulaque que obtuvo en Oaxaca el coleccionista Hans Behrens. Ésta indica que se trata de una “pasta hecha de pelo de chivo, cal, carbón vegetal y aceite de linaza, con la cual se forman hilos que se insertan a presión en las ranuras de la madera taraceada […] se sustituye el carbón vegetal con materiales colorantes, en el caso que dichos motivos lo requieran”. Con algunas variantes esta receta del zulaque está presente en los muebles de la Villa Alta.

Arte y Erudición en el mobiliario virreinal de la Villa Alta, Oaxaca es una exposición en la que nos encontraremos con lo mejor del legado heredado de nuestros antepasados, reunido por el discurso curatorial inteligente de sus curadores.

http://ernestolozano.artelista.com

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