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La poeta Elena Tamargo falleció la madrugada del domingo en un hospital de la ciudad de Miami. Manny López, promotor cultural, difundió la noticia en un breve comunicado de Facebook. Nazim Navarro —único hijo, producto del matrimonio con el también poeta Osvaldo Navarro— estaba con ella en el trágico momento.
La escritora de 57 años ejerció el oficio de poeta con resuelta muestra de talento que la llevó —1987— a ganar el Premio Nacional de Poesía Julián del Casal de la Unión Nacional de Escritores y Artistas Cubanos. Un cáncer la aquejaba desde hacía varios años, luchó contra él con intrepidez cabal:
nunca detuvo su periplo creativo ni la actividad como pedagoga, crítica teatral y promotora de la poesía cubana en EU, México y España.
Elena Tamargo nació en La Habana, Cuba (1954), y se naturalizó mexicana en el año 2000. Germanista, filóloga, académica, traductora, doctora en letras modernas y ensayista, era muy respetada y querida en el medio literario del exilio cubano. Ente sus libros destacan Sobre un papel mis trenos, Habana Tú, El caballo de la palabra, El año del alma y Bolero, clave del corazón.
El domingo estaba programada —Feria Internacional del Libro de Miami— la lectura de versos que serían parte de Días ya vacios (Bluebird Editions hará una edición póstuma): 16 horas, Salón 6100, Recinto Walfson. Manny López, amigo cercano, la sustituyó y leyó poemas inéditos de la autora. Los restos de la traductora de Hölderlin fueron cremados, no se realizaron servicios funerarios.
“El poeta camina cargado de dolores / suavemente murmura: no me olviden”, escribió en una de sus coplas. “Imposible olvidar a una mujer de tanta ternura en cada uno de sus gestos: la palabra poética estaba escrita en sus pupilas”, comenta el narrador y poeta Raúl Ortega Alfonso.