Foto Especial
“Algún día veremos que esta mujer se sacará la espina y la herida cicatrizará, pues los indígenas en México todavía son discriminados”, solía decir el pintor y muralista Raúl Anguiano, cuando se refería a su obra cumbre: La espina, la cual ilustró los libros de texto gratuitos, que se distribuían en escuelas de educación básica.
Otorgar una dignidad a los indígenas fue uno de sus legados, destacó la académica del Departamento de Arte de la Universidad Iberoamericana, Luisa Durán. Y es que en sus murales, grabados e ilustraciones, el autor de Nacimiento en la selva o la fecundidad, reflejó el México rural e indígena, así como las tradiciones y la religión.
No sólo en México sino hasta en Estados Unidos, Polonia, China, Suecia, Francia, Argentina e Italia también llegaron sus obras.
El primer mural del pintor, quien nació el 26 de febrero de 1915, fue La educación muralista, fresco que dibujó en la Escuela Carlos A. Carrillo, en la Ciudad de México.
“Raúl Anguiano es un artista muy importante porque formó parte de la segunda generación de muralistas mexicanos, quienes tuvieron como objetivo el rescate del arte nacionalista. La aportaciones de todos los muralistas fue la de proyectar la cultura mexicana a nivel internacional.
“En cualquier parte del mundo conocen la cultura mexicana a través de los murales”, expresó a La Razón, el muralista mexicano Juan Carlos Garcés.
De acuerdo con Luisa Durán, “a diferencia de Diego Rivera, quien es más preciosista en su obra, Anguiano representa a los indígenas de una manera más realista, a él le preocupaba sacar de la pobreza visual al indígena”.
En 1946, el pintor originario de Guadalajara, Jalisco, viajó a la Selva Lacandona cuando se descubrió Bonampak, en Chiapas, para pintar paisajes, ruinas y escenas de la vida cotidiana de la región.
Otra de sus aportaciones fue la creación del Taller de la Gráfica Popular, al lado de Leopoldo Méndez, Alfredo Zalce y Pablo O’Higgins.
Ahí realizó grabados y litografías.
“El legado que nos dejó es una serie de pinturas, murales y grabados que relatan la vida cotidiana y el ser mexicano. Le interesaba mucho la representación de México ante el mundo”, dijo Luisa Durán.
El muralista fue maestro de artistas plásticos de la talla de Vicente Rojo, José Hernández Delgadillo, Fanny Rabel y Enrique Echeverría.
De sus cerca de 50 murales destacan: Ritos Mayas, Bautismo de Cristo y Trilogía de la nacionalidad.
Falleció el 13 de enero de 2006, en la ciudad Ciudad de México.
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