El Premio Nobel de Literatura, Orhan Pamuk presentó su última novela La mujer de pelo rojo, obra que empezó a cocinar al mismo tiempo que escribía El libro negro, hace veinticinco años.
El libro publicado por Literatura Random House en español, nos traslada hasta 1985, a las afueras de Estambul, con la historia de un maestro pocero y su joven aprendiz.
Pamuk narró que conoció a dicho maestro y su aprendiz cerca de su estudio y fue observando día a día “cómo trabajaban con dureza, se preparaban la comida y se iban al pueblo a cenar o a tomar una copa” como relata en la novela.
[caption id="attachment_724049" align="alignleft" width="137"] Gráfico: La Razón de México[/caption]
“Ambos personajes son contratados para encontrar agua en una llanura estéril; mientras excavan sin suerte metro a metro, nace entre ellos un vínculo casi paterno-filial, una dependencia mutua que se verá alterada cuando el adolescente se enamora perdidamente de una misteriosa mujer de pelo rojo: un primer amor que marcará el resto de sus días”, reza la introducción.
El viaje de este joven hacia la edad adulta se acompasa al de una Turquía que ha ido transformándose de forma irreversible, y le sirve a Orhan Pamuk para regresar a los temas que han dominado su obra.
En esta mezcla de fábula, relato mitológico y tragedia contemporánea, el autor vuelve a poner frente a frente las culturas de Occidente y Oriente explorando dos de sus mitos fundacionales: el Edipo Rey de Sófocles y la historia de Rostam y Sohrab, inmortalizada por el poeta persa Ferdousí en la epopeya del Shahname o Libro de los Reyes.
“Creo que una de las magias de la vida es el encuentro, y el retrato, en definitiva, no es otra cosa que eso. Reconozco que me gustan mucho los personajes complejos, urbanos y literarios, seres llenos de matices”
Orhan Pamuk
Escritor
El escritor turco decidió convertir esta historia en una novela “viendo los derroteros autoritarios por los que estaba deambulando” su país. Y en ese sentido, interpretó La mujer del pelo rojo como “una novela política, pero a nivel antropológico, experimental, a nivel de jugar con las ideas”, comentó.
Publicada poco antes del fallido golpe de Estado contra Erdogan y la reacción autoritaria posterior de su gobierno, Pamuk señala que “las buenas novelas y los buenos novelistas son premonitorios, pero son profetas sin saberlo”.
[caption id="attachment_724048" align="alignnone" width="733"] Gráfico: La Razón de México[/caption]
Volviendo a la historia de la novela, dijo que le llamaba la atención la relación entre el maestro pocero y su joven aprendiz, pues “el primero chillaba al segundo y mantenía una relación de dominación y sometimiento de gritos y regaños por la mañana, mientras que por la noche el maestro se convertía en una persona afable, cariñosa e incluso tierna con el aprendiz”, explicó.
El propio Pamuk confesó que nunca vivió en primera persona esa relación paternal que sí descubrió entre ese maestro y su aprendiz, pero, lejos de mostrar tristeza, el autor de La maleta de mi padre aseguró que la ausencia de su padre le permitió no ser aplastado por el autoritarismo. El Premio Nobel reconoció que le faltó la ternura, pero, “a cambio de recibir mucha libertad”, que le permitió ser escritor y artista.

