Chuchito Valdés, integrante de la dinastía musical conformada por Bebo y Chucho Valdés, sorprende en Zona Maco con una capa en la que se leen palabras, como “experiencia”, “naturaleza”, “arte” y “sueños”. Entra a una vitrina en la que hay un piano en el stand de la Galería Pedro Ávila y comienza a tocar el instrumento. Poco a poco el público se acerca, admirado por la habilidad de sus dedos para recorrer las teclas y entregar una música que invita a quedarse, a hacer una pausa entre las multitudes que visitan las distintas galerías de la feria de arte contemporáneo, que ayer terminó.
Hay en especial una pareja que se acerca a la vitrina para verlo con admiración. A ratos la mujer y el hombre abren más los ojos tratando de descifrar cómo Chuchito Valdés logra esos movimientos ágiles con sus dedos; pero luego también mueven la cabeza al ritmo de los temas. Otras personas más se acercan, algunas lo graban, pero la mayoría se queda a disfrutar de la música. Tal vez eso constata lo que minutos antes el pianista dijo a La Razón: “Ahora es más difícil escuchar buena música, por eso ver actualmente a un pianista tocar en vivo un concierto de jazz es un privilegio”.
Para Chuchito Valdés, varias veces nominado al codiciado Latin Grammy, en la música actual “se están perdiendo muchas cosas importantes, como la melodía, las letras y las cadencias armónicas”, y por lo tanto, hay que “buscar bien” la buena música.
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Como parte de una dinastía que ha sido un referente para el jazz afrocubano, considera que frente a esas propuestas que pierde calidad, lo importante para un artista como él es “seguir por el camino correcto de la buena música, porque es para siempre. Están los boleros, el chachachá, el mambo, el danzón, la zarzuela, el huapango. Un buen mariachi es un buen mariachi. Es preservar la buena música”, dijo en entrevista.
El pianista, quien desde hace 20 años radica en Cancún, Quintana Roo, defiende la técnica, pues además de haber crecido en un hogar no convencional, pues a su casa iban “muchos genios de la música”, su formación comenzó con los compositores clásicos.
“En Cuba, la música clásica sí o sí la tenía que estudiar, porque vino la escuela rusa. La música clásica para el piano y cualquier instrumento es superimportante por el nivel instrumental, el nivel técnico para el que tienes que prepararte. Creo que la técnica hay que agradecérsela siempre a la música clásica”, comentó el pianista, quien en su casa vio desfilar a figuras de la talla de Arturo Sandoval y Paquito D’Rivera.
Dijo respetar a todos los compositores: “Oigo desde Serguéi Prokófiev hasta Sergéi Rachmaninov, Franz Schubert, Wolfgang Amadeus Mozart, Béla Bartók, Felix Mendelssohn, Johannes Brahms, Richard Wagner. Todos para mí son grandes”.
Chuchito Valdés no es ajeno a las artes plásticas y también compartió que se encuentra impresionado por las obras que ha visto en Zona Maco.
“Cada cual tiene su toque especial. Interesante. Cada cual tiene su pensamiento, su modo de ver la vida”, comentó.
Recientemente, el músico compuso una pieza para piano, violonchelo, percusión cubana, batería, contrabajo y clarinete, inspirada en el pintor, escultor y grabador Joan Miró. Se trata de la Suite Mironiana, en la cual refleja la grandeza del artista y de su obra.
“Joan Miró fue un gran genio, tuvo la delicadeza de llamar a Duke Ellington, uno de los grandes del jazz, su majestad, para que fuera a Mallorca a hacer música con base en su obra. Cuando estuve en Mallorca hace dos años, hice una Suite para Picasso. Se interesaron mucho para que hiciera una Suite para Joan Miró con la Fundación Miró Mallorca. De ahí salió la idea, fue un gran éxito, la gente no me dejaba ir; tocamos la pieza, también música cubana, cosas mías y de mi abuelo (Bebo Valdés)”, recordó.
Antes de despedirnos para que ofrezca su concierto en la galería originaria de Metepec se le preguntó: “¿Cómo ve la situación de los migrantes en Estados Unidos con la llegada de Donald Trump?”. Con cautela respondió: “Eso está fuerte. Vamos a ver qué pasa; yo me voy a esperar. La situación está un poco tensa con los migrantes, los cubanos, los venezolanos. Vamos a ver qué pasa”.
