Con el grito “nadie nos va a detener”, el artista Fabián Cháirez se manifestó ayer afuera de la Academia de San Carlos, recinto donde se suspendió su exposición “La Venida del Señor” por una orden judicial que respondió a un proceso de amparo, promovido por la organización Abogados Cristianos.
Entre atuendos con sotanas y cofias, máscaras y banderas LGBTQ+, lo acompañaron al menos 300 manifestantes, según constató La Razón, que también portaron carteles con los mensajes: “Si tu fe te da permiso de odiar, te hace falta Dios” o “No a la censura. El arte no crea pederastas, la Iglesia sí” .
El artista reiteró su condena contra toda forma de censura y llamó a defender la libertad de expresión.

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“Agradezco a las personas que, aunque no les guste mi arte, me han apoyado. Estamos demostrando que al unirnos somos más fuertes, porque si hoy atentan contra nuestra libertad, como lo han hecho los Abogados Católicos, esto abre la puerta para que limiten la suya”, dijo durante su intervención, quien acudió con un atuendo negro y una máscara de látex del mismo color, además de unas vendas y manchas rojas que representaban las huellas de una persona crucificada, porque siente “crucificado”.

“El hecho de que la exposición haya cerrado antes de tiempo me afecta. Una vez sabiendo qué procede después del juicio, haré frente a esta censura”, expresó el artista ante medios de comunicación, y anunció que está en pláticas para llevar la muestra a otro espacio, para que el público que no la apreció por la suspensión, la admire, ahora se llamará “La Segunda Venida del Señor”.
Durante la protesta y cierre simbólico de la muestra, Fray Julián Cruzalta, cofundador de Católicas por el Derecho a Decidir, destacó que el “Estado debe ser imparcial” y “no es su función dar catecismo”. Condenó al juez Javier Francisco Rebolledo Peña al considerar que la resolución se basó en “posturas moralinas”.
“Esta exposición no estaba dentro de un centro religioso. Si esta gente se sintió ofendida, se asustó, ¿para qué viene...? Una cosa es la fe y otra los fundamentalísimos”, comentó entre aplausos.
Aunque la manifestación fue pacífica, hubo molestia entre los presentes cuando una señora llegó con una manta expresando su desacuerdo. Cuando la mujer alzó la voz, para interrumpir a los ponentes, comenzaron a gritarle: “Fuera, fuera, fuera” o “váyase a rezar a su casa”.
Durante la manifestación se reiteró: “No a la censura, sí a la libertad de ser y existir”, al tiempo que se alertó que la suspensión de la muestra no es un hecho aislado, pues en todo el mundo grupos de extrema derecha y conservadores buscan callar a las voces disidentes.
Tras la protesta, los manifestantes hicieron una procesión hacia La Purísima, antro LGBTQ+ que cuenta con obras de Cháirez, donde gritó: “Nadie nos va a detener”, entre aplausos de los asistentes. Luego, se dispuso a bailar y disfrutar de la compañía de sus amigos, porque como lo planteaba en su obra, que fue censuradas, es importante “la libertad de gozar”.

