Este fin de semana

Lina González-Granados debuta aquí en la OSM

Para la directora, tener la oportunidad de estar en una de las orquestas más importantes de EU, y explorar repertorios y estilos diferentes, ha nutrido su carrera y es algo que mostrará en su próxima presentación en México

La directora  Lina González-Granados, quien se presentará en la CDMX.
La directora Lina González-Granados, quien se presentará en la CDMX. Foto› Cortesía OSM

La directora colombiana de la Orquesta de Ópera de Los Ángeles, Lina González-Granados, dirigirá el Programa 3 de la Temporada de verano de la Orquesta Sinfónica de Minería (OSM) este fin de semana en la Sala Nezahualcóyotl de Ciudad de México. Presentará Cuadros de una exposición, de Modest Músorgski; Sensemayá, de José Revueltas; y Canciones de Neruda, de Peter Liberson.

Para la directora, tener la oportunidad de estar en una de las orquestas más importantes de Estados Unidos, y el explorar repertorios y estilos diferentes, ha nutrido su carrera y es algo que mostrará en su próxima presentación en México.

  • El Tip: La directora ganó el Concurso Internacional de Dirección Sir Georg Solti y la Medalla a la Excelencia Sphinx en el año 2021.

“Pude trabajar con el maestro Riccardo Muti, fui su asistente en Chicago, con él hice mucha ópera y me empapó de toda esa información que también traigo con Cuadros de una exposición, él me la enseñó y yo la monté varias veces; vivo en la ópera y me gusta poder complementarlo con mi carrera como directora orquestal”, dijo en charla con La Razón.

La colombiana lleva tres años como directora de la Orquesta de Ópera de Los Ángeles y recientemente fue renovado su contrato por tres años más, lo que para ella significa tener la oportunidad de, como latinoamericana, seguir contando historias diferentes.

“En EU tenemos una gran cantidad de latinoamericanos, somos como 50 millones, son 50 millones de oportunidades de contar historias diferentes. Se trata de que los escenarios vean esa diversidad; nosotros estamos despertando, estamos más conectados con nuestras raíces. En los escenarios en donde hay latinoamericanos, inevitablemente van a querer escuchar obras latinoamericanas”, explicó.

“Lo más importante de todo es la identidad, es la visibilidad, y además eso hace que el escenario sea más emocionante, porque escuchar las mismas historias es como si a uno le contara el mismo cuento, llega un momento que te cansas, o por lo menos yo como artista tengo esa necesidad de siempre escuchar una historia diferente. Incluso a veces son las mismas obras pero que otra persona me la cuente, eso para mí es indispensable”, confesó.

Sobre el repertorio que presentará en este fin de semana en la Sala Nezahualcóyotl, destacó que, para ella, las tres piezas dialogan entre sí, pero presentan un reto en común. “El gran reto es tratar que todas las obras tengan el mundo sonoro de donde provienen, en Canciones de Neruda, que es una obra extremadamente transparente, un poco desnuda, con una muy eficiente orquestación, pero no una orquestación que soporte por completo la voz, sino que la orquestación está sólo acompañando el texto, entonces hay una yuxtaposición de sonidos bien extremos en Liberson y ya después entramos a un sonido mucho más robusto, el de Músorgski”, dijo.

En cuanto a la OSM, Lina González-Granados exaltó la diversidad que ésta presenta y la manera en que puede aprovecharlo bajo su dirección. “Es una orquesta muy diversa en nacionalidades y muy rica, en todo sentido, en color, en rigurosidad; para mí la sala Nezahualcóyotl es una de las salas con mejor acústica en las que he estado, así es muy fácil trabajar, además es un privilegio tener el tiempo para desarrollar las obras, para hacerlas crecer”, comentó.

Por otra parte, señaló que, en EU, ha notando recortes en el ámbito cultural, incluso antes de la implementación de las políticas del presidente Donald Trump. Dijo que las temporadas se han reducido, que repiten artistas y que evitan riesgos. Agregó que quienes más sufren son las organizaciones pequeñas. “Todos estamos en pie de lucha”, comentó, resistiendo a la falta de apoyo para seguir “contando las historias que queremos contar”.