Detrás de filmes de Emilio El Indio Fernández y Roberto Gavaldón existió una dupla artística que aportó tanto al mundo del cine como al de la gráfica nacional. El grabador Leopoldo Méndez y el cinematógrafo Gabriel Figueroa colaboraron durante 20 años en diversas películas que son emblema de la Época de Oro del Cine Mexicano. El primero recibía los guiones de las cintas para crear grabados a partir de éstos y luego el segundo llevaba estas imágenes a la pantalla grande, desde Río Escondido hasta Un dorado de Pancho Villa.
Lo anterior se revela en la exposición Leopoldo Méndez: De la estampa al mural en movimiento, que se conforma por 48 grabados originales del acervo del Museo Nacional de la Estampa (Munae), que el artista concibió para siete proyectos fílmicos: Río Escondido (1948), Pueblerina (1949), Un día de vida (1950), El rebozo de Soledad (1952), La rebelión de los colgados (1954), La rosa blanca (1961) y Un dorado de Pancho Villa (1966). Éstos se muestran en diálogo con fotogramas de dichas películas.
- El Dato: La única obra mural que concibió el grabador fue La maternidad, junto con Pablo O’Higgins en Centro Médico. Sin embargo, el original fue destruido.

“A diferencia de otros tantos proyectos artísticos en los que Gabriel Figueroa retomaba aspectos de la vida plástica de los artistas, no sólo nacionales, sino internacionales. En el caso de Leopoldo Méndez, se sabe que muchas de estas piezas se realizaron antes de la producción de la película. Es un precedente, ya que a Leopoldo se le otorgaba primero el guion de la cinta para realizar algunas estampas que, posteriormente, Figueroa iba a retomar para algunas de las escenas”, destacó ayer durante un recorrido por la exposición David García, quien, junto con Caroline Montenat y Tamara González, se encargó de la curaduría.

El público podrá ver, por ejemplo, cómo una de las escenas más importantes de Río Escondido, primero fue plasmada por Leopoldo Méndez y luego se trasladó al cine: la maestra, interpretada por María Félix, caminando y a su alrededor un paisaje solitario. O la estampa que concibió de Emiliano Zapata, que luego aparece en una pintura de la cinta Un día de vida; o Emilio Fernández con sombrero y vestimenta de revolucionario en Un dorado de Pancho Villa, al lado del grabado en el que Méndez retrató a un hombre con esas mismas características.

Dichos grabados no sólo dan cuenta de los aportes que hizo Leopoldo Méndez al cine mexicano, sino que también muestran su interés por plasmar lo que llamaba “murales en movimiento”, inquietud creativa que llegó a compartir con Gabriel Figueroa.

“Los grabados tienen una composición de murales totalmente”, destacó la curadora Caroline Montenat, quien añadió: “En una entrevista que le hacen a Gabriel Figueroa, él recuerda que Leopoldo decía que su sueño era hacer murales que fueran en movimiento, pues podrían alcanzar más públicos y tener otra difusión que un mural, en un edificio, en una institución gubernamental”.
Los curadores también destacaron la manera en que compaginaron los talentos de ambos artistas.

“Además de ser dos especialistas en la luz y las sombras, en términos de técnica y de composición. Evidentemente, también estaba el tema ideológico. Gabriel Figueroa, en alguna de las entrevistas que le hacen, dice que se sentía muy cómodo trabajando con Leopoldo Méndez, porque se entendían estéticamente y artísticamente; visualmente, podían llegar a los mismos resultados con técnicas completamente diferentes”, explicó el curador David García.
En total, Leopoldo Méndez participó en 10 películas, por lo que se estima que existen entre 80 o 90 piezas que se derivan de estos trabajos.
La muestra, que se exhibe desde mañana hasta el 2 de noviembre en el Museo Nacional de la Estampa, se complementa con correspondencia entre ambos artistas, bocetos y recibos de pago. En una de las cartas, el cinefotógrafo Gabriel Figueroa le escribe a Leopoldo Méndez sobre la película La rosa blanca.
Leopoldo Méndez…
Cuándo: del
16 de agosto al 2 de noviembre
Dónde: Museo Nacional de la Estampa (Av.Hidalgo 39,
colonia Centro, CDMX)
Horarios: martes a domingo de 10:00 a 18:00 horas
Costo del boleto: $70


