EL ROSTRO de una mujer atrapada entre las ruinas de un edificio es uno de los recuerdos que el escritor mexicano Guillermo Arriaga guarda del sismo de 1985, una imagen que lo inspiró para su novela Un dulce olor a muerte (1994).
“Recuerdo la imagen de una mujer muy hermosa, muerta, atrapada entre las ruinas con la mano saliendo. Se ve que se estaba bañando y que apenas alcanzó a ponerse una toalla, porque estaba tapado el cuerpo. Es una imagen que me marcó y de alguna manera influyó en mi novela Un dulce olor a muerte”, cuenta el escritor Guillermo Arriaga.
En Un dulce olor a muerte, el también guionista de Amores perros y 21 gramos cuenta la historia de un adolescente llamado Ramón que descubre en un sembradío el cadáver desnudo y apuñalado de Adela. Cuando la noticia llega a los pobladores, se corre el rumor de que la mujer asesinada era novia del chico.

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El autor de Salvar el fuego y El hombre recuerda que en el 85 tenía 27 años. Vivía en Coyoacán y, como por mucho tiempo tuvo la idea de que iba a haber un golpe de Estado en el país, siempre tenía su pasaporte y sus llaves al lado de su cama. Esa mañana del 19 de septiembre fue así.
“Traía mi pasaporte, mi cartera y mis llaves al lado de la cama. Me puse un pantalón rápido y me salí a la calle. En el 85 murió un amigo muy querido, murieron familiares de personas muy queridas”, comparte el escritor sobre cómo vivió el sismo.

