Eduardo Rabasa (CDMX, 1978) publica El hotel de los corazones rotos (Galaxia Gutenberg, 2025): México, Distrito Federal, inicios de 1999, el personaje Bruno Bolado tiene 21 años de edad y no ha concluido sus estudios de preparatoria. Sus horas transcurren entre un vacío alcohólico, la pretensión de escribir un guion para una radionovela: su vida se reduce a tardes frente al televisor y una devoción absoluta por Elvis Presley. Momento crucial: los estudiantes se movilizan en contra de la amenaza de aumento de cuota en la UNAM.
- El Dato: Su primera novela, La suma de los ceros, fue aclamada por la crítica. Además, se tradujo al inglés.
“La novela está enmarcada en tensiones estudiantiles y descontento social, el protagonista es un joven sin rumbo, a quien presento en una atmósfera de humor y episodios inesperados: recorrido por los últimos años de los 90 en el entonces Distrito Federal. Hace más de diez años que me daba vuelta en la cabeza esta fábula narrativa que nació de mi lectura de Opiniones de un payaso de Heinrich Böll: historia de un joven payaso, alcohólico, perdedor y desorientado en la Alemania Oriental. Mi Bruno Bolado tiene puntos de coincidencia con el payaso alemán”, dijo a La Razón Eduardo Rabasa, también cofundador de Sexto Piso.
¿Por qué la historia de un joven que se mete en una botarga de Elvis Presley? Sí, una botarga de Elvis Presley porque es metáfora del rock, de la cultura pop, de la disidencia, de la provocación y el espíritu agitador de una época. Elvis es la representación del rockstar y los excesos. Me pareció que funcionaba muy bien la confluencia del relato en su figura.

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¿Recreación literaria del habla de la Ciudad de México? El lenguaje es el sustento que justifica el hecho literario; es fundamental la decisión del escritor frente a los desafíos del lenguaje. En este caso, en una narración en primera persona, exploré en el habla de un joven de 20 años en los 90 en un contexto urbano tan diverso, tan envolvente, acuciante y denso como el entonces D.F.
¿Por qué escogió la perspectiva de la primera persona? Una primera versión tenía capítulos en tercera persona con un narrador omnisciente: creía que cuando Bruno se ponía la botarga de Elvis pasaba a ser ‘otro’. Fabio Morábito, quien leyó la primera versión, me dijo que el cambio de perspectiva narrativa a la tercera persona no funcionaba, me recomendó que lo escribiera todo en primera persona. Reescribí y en esa traslación de llevarlo a las resonancias del ‘yo’ encontré la voz genuina de Bruno.
¿Estructura que se apoya en digresiones, en un tejido de circunstancias que brotan de la memoria? Desde un inicio tuve la idea de que fuera una historia estructurada en episodios a partir de los recuerdos más relevantes de Bruno. Son significativas sus fantasías de querer escribir una radionovela bajo el título El hotel de los corazones rotos en remedo de la popular canción de Elvis. Bruno está alcoholizado y no hace nada en la esperanza de que algún día escribirá esa historia. Su obsesión se centra en el enamoramiento por Milena.
¿Milena: complemento de la personalidad de Bruno? Ella es una especie de ‘rebote’ en la vida de Bruno; sí, un complemento: representa un mundo desconocido para él. Ella lo convida al debate de las ideas. Ella escribe una tesis sobre Sylvia Plath, Bruno se impresiona ante la personalidad enigmática de Milena.
Algunos gestos de Bruno se reflejan en acciones de Milena. ¿Juego de espejos? ¿Cuánto hay de usted en Bruno? Alguien que me conoce bien y que leyó la novela me dijo: “Eres un poco Bruno y también Milena”. Me identifico en algunos gestos con Bruno por determinados escenarios, ambientes y acontecimientos coincidentes; pero, quizás la música es el elemento que más nos entronca: temas y melodías con los cuales crecimos.
En su primera novela, La suma de los ceros, apela usted a lo simbólico. ¿Por qué ahora explora en sustentaciones realistas? En aquella primera novela todo funcionaba como alegoría, sin referencias explícitas. Sin embargo, El hotel de los corazones rotos es una novela urbana tanto en los recursos lingüísticos como en las referencias. Hay un homenaje a la Ciudad de México, disfruto su atractivo, complejidad, violencia y caos que me fascinan. Bruno es un prototipo real de la vida de sus millones de habitantes.

El hotel de los corazones rotos
Autor: Eduardo Rabasa
Género: Novela
Editorial: Galaxia Gutenberg, 2025

