“La filosofía vertebra toda mi creación poética”*: Jaime Labastida

Jaime Labastida
Jaime LabastidaFoto: Especial
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“Más que un descubrimiento, creo que el ejercicio poético es una decisión; es decir, decidí ser poeta y he trabajado desde hace cuarenta años para lograrlo”, así describe el poeta y filósofo Jaime Labastida (Los Mochis, Sinaloa, 1939) su pasión por la poesía. Es uno de los poetas más sólidos y complejos de su generación. Es doctor en filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Entre sus obras poéticas destacan Animal de silencios, 1996; Elogios de la luz y de la sombra, 1999, y La sal me sabría a polvo, 2009. En sus libros de orden filosófico o de crítica literaria e histórica sobresalen Estética del peligro, 1986; La palabra enemiga, 1996; Humboldt: ciudadano universal, 1999, y Cuerpo, territorio, mito, 2000. Formó parte del grupo literario La espiga amotinada; fue director de la revista Plural (segunda época) y actualmente es miembro 1 de la Asociación Filosófica de México, presidente de El Colegio de Sinaloa y director general de Siglo XXI Editores. Ha sido galardonado con diversos premios, entre los que cabe citar el Xavier Villaurrutia 1996, así como el Nacional de Periodismo y el Nacional de Ciencias y Artes 2008. Es doctor honoris causa por las universidades de Michoacán y de Sinaloa. Ha sido distinguido como Caballero de la Orden de las Artes y las Letras por el Gobierno de Francia y con la Cruz al Mérito por el Presidente de la República Federal de Alemania. También ha recibido la Medalla de Oro del Instituto Nacional de Bellas Artes por su trayectoria como escritor. En febrero de 2011 tomó posesión como director de la Academia Mexicana de la Lengua. Además, ha desempeñado los cargos de 12. ° tesorero y director adjunto en esta corporación. Es miembro 2 de la Academia Norteamericana de la Lengua Española y de la Academia Cubana de la Lengua.

En 1996 publicó su poesía reunida en el volumen Animal de silencios, en el cual reúne treinta años de trabajo poético. Es aquí, donde se percibe la escritura del autor como un todo congruente en el que se resuelve un empeño creativo que ha dejado atrás varias décadas Al día de hoy, no procede reducir a Labastida a su condición de representante de una corriente artística, aplaudida o denostada, pero en todo caso dominante en las últimos años. Lo que la aparición de este volumen, propició y exige es aquilatar su entidad como poeta individual, y, ya en segundo término, ponderar su capacidad para abrir diversos senderos “Nunca he intentado escribir de forma clásica – dice el poeta -, mi poesía no es ligera, sino es más complicada; es decir, no permite los versos suaves de ocho o doce sílabas, sino que busca el tono elegíaco, o el que dan los versos de siete, nueve o catorce sílabas, mezclados entre sí. La poesía es una reivindicación de individualidad, pero de una individualidad dialogante, ni egoísta, ni identitaria, ni esencialista”.

Su vida creativa ha estado rodeada de silencios, ¿por qué?

- La concepción poética y el silencio, son dos cosas fundamentales en mi poesía. El silencio es una forma de autorreflexión, es un diálogo con uno mismo. Siempre me ocurre que cuando publico un libro de poesía, tardo mucho en volver a publicar otro. Aunque, esto también me lleva experimentar, se da una búsqueda de las estructuras que considero permanentes, que están en el ritmo de verso. Dejó de escribir poesía, sí, pero nunca abandono el ensayo político o filosófico, pues la escritura es mi forma de vida principal...

Este silencio poético momento se debe ¿a qué le cuesta mucho llenar una hoja?

- No, porque mi trabajo es una escritura reflexiva, y esto mismo me lleva mucho a corregir. El lápiz tiene dos puntas, y una de ellas es para borrar. Me interesa el ritmo del poema, las imágenes, la puntuación. Mi poesía no está programada y puedo decir que no conozco mi pensamiento poético hasta que no me dicen mis propias palabras. La poesía nace de la vida. Se trata de un saber no sabiendo y de un entender no entendiendo. Los poetas son seres de minorías y yo más que ninguno, pues mi discurso es muy complejo.

Jaime Labastida
Jaime Labastida

¿Cuánto hay de mezcla en su poesía entre reflexión y placer?

- La poesía en mi caso está fundamentada en la reflexión, sin embargo, la conversión de ese placer de la cotidianidad en pensamiento poético es una transformación muy profunda de esa modalidad de conciencia y en ese sentido no es una liberación, pero lo parece... La lectura y relectura de los clásicos me hace pensar en estos dos polos de los que hablas, pues en ambos hay que tener un perfecto dominio del idioma y el lenguaje, y de las posibilidades que su significado te abren.

Otro punto que a usted le interesa es la claridad de la poesía. ¿Prefiere lo complejo que lo simple? Se lo pregunto, pues su poesía es en momentos muy compleja.

- Me interesa los poetas con personalidad, y ése escribe siempre desde él y desde su propia realidad o complejidad, ya sea ésta cultural, religiosa o perversa. Incluso cuando se inventa, se inventa desde la realidad. ¿Qué es un animal mitológico? La mezcla de partes de varios animales reales.

Aunque no tenga una intención moral, ¿cree que la poesía tiene un efecto moral?

- La poesía te permite asentir al que tú eres, y ésa es su moral. Cualquiera que se crea sólo una porción de humanidad sabe que uno podría haber sido otro cualquiera. Cuando leemos poesía, si está bien hecha, asentimos al hecho estético, algo que está por encima de la moral de los contenidos. Ésa es la ética de la poesía. Por eso nos emociona la poesía mística sin necesidad de ser religiosos. En los buenos poemas vemos lo que hay de humanidad salvable.

Jaime Labastida
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¿Considera que la poesía debe dejar el aspecto descriptivo y narrativo?

- En mi poesía desde luego, sobre todo si pretendo sostener el aliento no sólo poético, sino de toda la estructura. No me interesa hacer una prosa poética descriptiva ni narrativa. Busco la estructura constantemente, las fallas del lenguaje, que te permiten decir lo que deseas expresar. Es la diferencia entre un buen poema y uno malo. Lo primero, lo hunde. Lo segundo eleva el poema con verso.

¿En qué momento creativo se encuentra?

- En un momento complejo para mi poesía, pues estoy escribiendo un extenso ensayo filosófico, que llamaré La construcción del sujeto científico. La filosofía vértebra toda mi creación. Ahora leo y releo mucha poesía, y quizás con el paso del tiempo vuelva a escribirla; aunque soy consciente de que siempre hay destellos poéticos, pero nada interesante. Y quizás esto responda tu pregunta sobre mi silencio “creativo”, o mejor dicho, poético. Siempre he corregido y hago muchos ajustes, y más cuando hago poesía, pues regreso una y otra vez a revisar el ritmo, las imágenes y los conceptos de los textos.

Una de las constantes de su obra es la reescritura. ¿Por qué volver a los mismos, a los mismos textos?

Porque yo he cambiado. Por mí han pasado muchas cosas. No puedo respirar un poema con la respiración que tenía hace 40 años. Por más que haya aspectos de calidad formal que me estorban, lo que trato es de encontrar el poema vivo, actual, respirable hoy por mí, que pudiera estar dentro de los poemas antiguos, aunque los tenga que estructurar durante mucho tiempo.

**Esta conversación pertenece al libro Elogio de la memoria. Ensayos y conversaciones de próxima aparición en Editorial Praxis.

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