Skadi, La Reina de los Lobos, hoy en día es una luchadora reconocida en las filas del Consejo Mundial de Lucha Libre, pero para llegar a este punto ha tenido que batallar, no solo arriba del ring, con constantes señalamiento hacia su físico, pues confesó en entrevista exclusiva con La Razón que estuvo muy cerca de retirarse del deporte por una dura lesión.
Una lesión, sumado a sus propias exigencias, la llevaron a pensar en dejar la lucha libre, pues no quería denigrar la profesión, ni mucho menos a las amazonas, que año con años reivindican su valor dentro del negocio, lo que generó que Skadi estuviera a nada de abandonar su sueño.
El retiro estuvo muy cerca para Skadi por una lesión
“(El retiro) Estuvo muy cerca, muy cerca de verdad, lo que menos quería era mostrar algo que no me gustara ver en alguien más, no quería denigrar la lucha no tomándolo en serio. No quería que este legado se fuera, pensaba un montón de cosas, pero la verdad es que lo principal era no denigrar la lucha libre femenil, en especial la carrera de mi mamá”, comentó para La Razón.

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Y es que la madre de Skadi no es cualquier persona, se trata de Marcela, una de las amazonas más importantes en la historia, pues fue pieza clave para que el trato entre hombres y mujeres fuera el mismo en el pancracio, además de abrir el camino para las generaciones futuras, aunque para La Reina de los Lobos se trató de una maestra complicada.
“Mi mamá fue más dura como profesora que como mamá. Fue bastante complicado convencerla (para que pudiera luchar). También hubo mucho desconfianza de mi parte, porque no podía entender qué es lo que ella quería, la gente también ha sido hasta la fecha muy cruel en ese aspecto, de que creen que por ser hija de Marcela voy a tener lo mismo que ella y completamente están equivocados porque no somos la mismas personas, no tenemos los mismos años, somos completamente diferentes”, se sinceró.
No solo en la lucha libre, sino en el deporte en general es normal que los aficionados piensen que los hijos de atletas consumados consiguen todo más fácil por el simple hecho de ser descendientes de determinadas personas, nada más alejado de la realidad para Skadi, quien tuvo que sufrir incluso de traspiés de su madre, quien intentó alejarla del arte de los costalazos, porque no quería que se enfrentara a una profesión tan dura.
“Ella ha sido la persona que más me ha puesto el pie en mi carrera, para que yo decida hacer otra cosa, porque ella sabe lo difícil que es estar aquí. Tiene como unos tres años que ya le gusta verme, que me dice que está orgullosa de mí”, explica Sakadi, quien por una lesión en el hombro estuvo a nada de decir adiós.
“La lesión que más me ha marcado es la del hombro, fue una luxación, me tuvieron que operar. Fue la más complicada porque fue muy doloroso el dormir, el tener que ir a terapia. Todo estuvo muy complicado y esa fue la lesión que siento que sí marcó algo distinto, porque no podía permitirme una vez más estar fuera, me di un ultimátum, que si no funcionaba, si regresaba de la lesión y no lograba lo que quería, era para mi mejor decir hasta aquí llegó esta historia porque mi mamá Marcela siempre fue como tienes que hacer las cosas bien”, dijo.
Al final, la historia para Skadi salió bien, pues tomó una desición arriesgada, pero su amor por la lucha libre y pasión por el deporte la hizo salir adelante, al igual que su sueño de “ser un nuevo molde de una persona grande, de talla grande”.
“Yo quería que me vieran fuerte, que me vieran ruda, pero que también puedo brincar, que puedo saltar, que puedo hacer cosas… Mientras yo lo siga intentando estoy segura que va a haber alguien que diga: ‘Wow, si ella puede estar ahí yo también puedo’”, finalizó.
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