Ver bailar a Tongolele era quedar hipnotizados ante ese baile salvaje en el que no solamente destacaba el movimiento de sus caderas, sino esa manera de encontrar en todo su escultural cuerpo una herramienta para expresarse y ser provocativa ante una sociedad conservadora, ya sea sólo acostada en el piso con sutiles movimientos o descalza moviéndose sobre el escenario de forma frenética. Así era Yolanda Montes, la “diosa pantera”, quien falleció el pasado domingo en Puebla a causa de un infarto fulminante, pero hasta ayer se dio a conocer su deceso.
“La Asociación Nacional de Actores lamenta profundamente el fallecimiento de nuestra compañera Yolanda Montes Farrington, Tongolele”, dio a conocer la institución a través de sus redes sociales. En 2015 se había retirado de la vida pública, pues se le diagnosticó Alzheimer.
Tras difundirse la noticia vinieron las despedidas. La Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) destacó que Tongolele “conquistó al público mexicano con sus bailes, personalidad y belleza durante la Época de Oro del cine nacional”. Mientras que la Cineteca Nacional resaltó su “impresionante talento para la danza”.
- El Dato: La actriz, quien fue parte de la revolución sexual de la historia del cine mexicano, a menudo se relacionaba de manera artística y amistosa con la población LGBT+.
Por su parte, la Secretaría de Cultura federal destacó: “Su estilo exótico y sensual cautivó al público nacional, convirtiéndola en un símbolo de la época. Sus movimientos llenos de energía y gracia eran inigualables y dejaron una huella imborrable en la cultura popular”.
Y es que Tongolele, quien nació en Washington, Estados Unidos, en 1932, se diferenció de las artistas de su época porque convirtió su baile en todo un arte, no fue sólo ejecutante sino que legó toda una creatividad. Tal como lo recordó el reconocido crítico de danza mexicano Alberto Dallal en el texto Inhabitual Tongolele, publicado en la Revista de la Universidad de México.
“Tengo para mí que el conocimiento pleno, profundo, de las habilidades de su propio cuerpo (no sólo de sus evidentes armonías y proporciones) la llevaron a ir perfeccionando los ámbitos de la elasticidad y forma que, en la aplicación del movimiento y del ritmo, la hicieron famosa”, puntualizó.
Dichos aspectos hicieron que Tongolele revolucionara en ese estilo dancístico, tal como también lo reconoció el investigador de cine Rafael Aviña en una biografía que escribió sobre la artista para el Festival Internacional de Cine de Morelia.
“Triunfó en los escenarios nacionales, no sólo por el realce de sus evoluciones dancísticas, sino por su sensualidad animal que descansaba en unas sólidas caderas, piernas torneadas, bellos ojos y por supuesto, su larga cabellera adornada con su característico mechón blanco”.
Es recordado su famoso baile con Tin Tan en la película El Rey del Barrio, pues Tongolele además de triunfar en los teatros y cabarets, conquistó el cine, donde debutó con Nocturno de amor.
- El Tip: Elmer Sven Montes —de origen mexicano— y Edna Pearl Farrington —estadounidense—, dieron vida a la famosa vedette.
En esa célebre escena de El Rey el Barrio se le ve moviendo sensualmente las caderas y lanzando el pie cada que Tin Tan se acerca a ella. También alza los brazos y gira al compás de las percusiones. En un momento se tira al piso y sigue bailando en un movimiento como de embrujo en el que conjuga la danza afrocubana y el tahitiano.
Ésa no fue la única película con la que cautivó. En su trayectoria actuó en cerca de 26 películas entre ellas Han matado a Tongolele, Chucho el remendado, Amor de locura, Ahí vienen los gorrones y Amor a ritmo a go-gó. Compartió créditos con Germán Valdés Tin Tan y Emilio El Indio Fernández. Además fue dirigida por célebres cineastas como Roberto Gavaldón e Ismael Rodríguez.
Mientras con sus bailes en el teatro, cabaret y cine era ovacionada por las masas, también había un sector que se oponía a ella, pues no seguía el estereotipo femenino que el conservadurismo quería. En la televisión llegó a ser censurada.
“Se ha desatado el tongolelismo y en un inútil esfuerzo para contrarrestarlo, las autoridades eclesiásticas reparten volantes a las puertas de los teatros o los arrojan desde una avioneta sobre la ciudad para advertir: será excomulgado todo aquel que cometa el mortal pecado de ver y aplaudir a Tongolele”, se señaló en el libro No han matado a Tongolele (1998), una biografía de la artista escrita por Arturo García Hernández.
En la década de los años 80 formó parte del elenco de Las fabulosas del reventón y Las noches del blanquita. En los años 2000 participó en El fantástico mundo de Juan Orol, de Sebastián del Amo y en el documental Tin Tan, de Francesco Taboada Tabone.
Yolanda Montes no sólo fue un referente en el mundo del entretenimiento, también supo ganarse un lugar en la cultura de nuestro país. Llegó a convivir con José Luis Cuevas, José Sacal, Carlos Monsiváis y Francisco Toledo.
En un homenaje que le rindieron en 2012 en la CDMX, el pintor José
Luis Cuevas destacó que Tongolele bailaba “todos los días por las mañanas, es por eso que hasta hoy conserva ese cuerpo tan maravilloso que desde joven lucía cuando se presentaban con sus exóticos bailes”. No por nada Alberto Dallal remarcaba que Tongolele es “única



