Comedia negra

El Esquema Fenicio, la ambiciosa cinta de Wes Anderson

La película cuenta con un gran elenco que se complementa con Tom Hanks, Scarlett Johansson y Willem Dafoe, entre otros.

Benicio del Toro, en el papel de Anatole Zsa-Zsa Korda. Foto›Especial

En El Esquema Fenicio, el director Wes Anderson idealiza y disecciona la condición humana, valiéndose de la extravagancia de colores pastel contenida por el meticuloso manejo de la simetría, en composiciones con planos estáticos por los que deambulan personajes impávidos que encarnan la contradicción de sus deseos y la fatalidad del destino.

La cinta encuentra todo el sentido a través de una comedia negra tan divertida como desencantada, en la que seguimos los pasos de un magnate europeo que, junto con su hija —una monja a la que ha nombrado como su única heredera—, se ve envuelto en un entramado de espionaje mientras busca perpetrar un proyecto que habrá de revolucionar la zona más pobre del ficticio país donde se desarrolla la historia, proyecto que, por cierto, implica el uso de esclavos.

Se trata del encuentro entre la normalizada ejecución de la autocracia y la añeja encarnación de la megalomanía que camina al borde de una retorcida e improbable redención, con la búsqueda de hacer cosas buenas según lo dicta la moral institucionalizada y aludiendo para ello al sentido común, aunque éstas parezcan malas y conlleve involucrarse en actos cuestionables.

Las situaciones, que incluyen desde atentados en aviones hasta negociaciones que se deciden con tiros de baloncesto e intrigas en las altas cúpulas de poder, dan pie a algunas escenas salpicadas de sangre poco usuales en el director estadounidense, pero igual de irónicas en su tratamiento, por más insólitas que parezcan renuncian a los aspavientos para abrazar la implosión y generar así una sensación de vacío existencial, sólo convulsionada por el eco de la risa que provoca al evidenciar el absurdo de la vida misma.

Las transiciones con gráficos en pantalla que indican cómo se van modificando los porcentajes con los que participan los implicados no sólo buscan provocar la sonrisa que otorgue un respiro de ligereza dentro de un relato que apunta hacia el lado escabroso del hombre, sino que son también la herramienta para hacer consciente del artificio al espectador y de lo incómodo que puede resultar empatizar con un oscuro personaje como el interpretado por Benicio del Toro, quien hace gala de todo el genial descaro que le permite el oficio y recibe la réplica exacta de una calculadora Mía Threapleton.

La mezcla de pesimismo y humor del tono, quizás no sea para todos los gustos, pero con El Esquema Fenicio estamos ante un director que cuando deja de lado los regodeos y el enamoramiento, de su propio estilo, se posiciona en pleno estado de gracia y deja en claro su maestría a la hora de hacer que parezca sencillo lo complicado, ofreciendo una estimulante experiencia cinematográfica tan encantadora como retorcida e inteligente. La película ya se encuentra en los cines de México.