Prevén cierre espectacular

Stranger Things arranca su despedida con quinta temporada

Podemos decir que este inicio del final no entra en lo mejor de la franquicia, pero sí es lo suficientemente emocionante y cumple al mantener el interés en la promesa de dar un digno cierre de esta historia

Escena de la quinta temporada de Stranger Things.
Escena de la quinta temporada de Stranger Things. Foto: Especial

Stranger Things, la serie que en su estreno causó tanta expectativa que hizo colapsar el miércoles a Netflix, regresa con la primera parte de su final, y hay que decirlo, sin que sea precisamente brillante, posee la necesaria potencia y fidelidad con la obra original para encaminarse a un cierre que si no llega a ser épico como se esperaría, de menos parece que será más que espectacular.

  • El Tip: La segunda parte, con tres episodios de la temporada final, llegará el próximo 25 de diciembre a través de Netflix.

Desde el preludio mismo de lo que es el primer acto de la temporada, los hermanos Duffer hacen valer que la fórmula la tienen totalmente ensayada al dejar en claro el punto clave y tema principal de la trama, el cual a pesar de las múltiples líneas argumentales y el respectivo cliffhanger, tiene su respectivo planteamiento, desarrollo y culminación, convirtiendo a Will Bayers en el gran reivindicador de los considerados débiles y freaks, al más puro estilo consolidado por las películas de los 80.

Lo anterior tiene mucho que ver Robin, ya que en un principio, a través de su programa de radio, es el vehículo para explicar al espectador lo que ha sucedido en Hawkins, luego de que Vecna abriera una brecha con nuestra realidad en el intento de instaurar el Upside Down, provocando que la población quede confinada por el ejército estadounidense. El personaje tiene una entrañable evolución para darle un peso dramático a los temas de aceptación y diversidad, así como el natural proceso de los adolescentes al convertirse en jóvenes ante la sobreprotección de adultos como Joyce y Hopper, una reacción lógica si tomamos en cuenta todo lo que han vivido los niños.

A ello es que obedece el camino que aquí recorren los protagonistas, dígase Dustin y su nueva actitud confrontativa provocada por la muerte de Eddie Munson, o Eleven que con una orden de captura pesando sobre sus espaldas está obsesionada con entrenar, siempre afectados por la gran amenaza dimensional, además de las elucubraciones científicas y militares que les rodean.

El punto débil en esta primera entrega de cuatro episodios es que dentro de tantas idas y venidas con planes para encontrar y derrotar al gran villano, cuyo punto álgido llega tras la tragedia que precede una nueva desaparición, la tensión del misterio cede ante las secuencias más bien de acción, donde ya el miedo que provocaban los demogorgones y demás se diluye con la espectacularidad. Amén de que algunos aspectos que se dan por entendido, con la intención de que no pierda fuelle el ritmo, se convierten en pequeños cabos sueltos.

Por supuesto, hay respuestas, incluyendo aquellas que esclarecen la condición de Max y lo que ocultan dentro del complejo fortificado del gobierno, múltiples y muy disfrutables referencias a la cultura pop, algunas reinterpretadas más allá de la nostalgia para darles cierto sentido dramático, y conexiones con la extensión en cómic de la franquicia. Todo acompasado por rolas emblemáticas y “Running up that hill”, de Kate Bush, ya convertida en un live motive.

Podemos decir que este inicio del final de Stranger Things no entra en lo mejor de la franquicia, pero sí es lo suficientemente emocionante y cumple al mantener el interés en la promesa de dar un digno cierre de esta historia.

El final se proyectará en más de 350 salas de cine a partir del 31 de diciembre.