Diversa cultural

Diversa cultural Foto: Especial y Creative Commons

EL TATUAJE EN AUSCHWITZ

A PARTIR DE COMIENZOS de 1942, en Auschwitz y los Lager que dependían de él (en 1944 eran alrededor de cuarenta), el número de matrícula de los prisioneros no sólo se cosía en las ropas, sino que se tatuaba en el antebrazo izquierdo. […] La operación era poco dolorosa y no duraba más de un minuto, pero era traumática. Su significado simbólico estaba claro para todos: es un signo indeleble, no saldrán nunca de aquí. Es la marca que se imprime a los esclavos y a las bestias destinadas al matadero, y es en lo que se han convertido. Ya no tienen nombre. Este es su nombre. […] Cuarenta años después, mi tatuaje forma parte de mi cuerpo. No me vanaglorio de él, ni me avergüenzo, no lo exhibo ni lo escondo. Lo enseño de mala gana a quien quiere verlo por curiosidad; lo hago enseguida y con ira a quien se declara incrédulo. Muchas veces los jóvenes me preguntan por qué no me lo borro, y es una cosa que me crispa: ¿por qué iba a borrármelo? No somos muchos en el mundo los que somos portadores de tal testimonio.

Primo Levi, Los hundidos y los salvados (fragmento), trad. del italiano de Pilar Gómez Bedate, en Cinco miradas sobre el olvido, sel. y pres. Margo Glantz, Gris tormenta, 2024.

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El individuo y la masa ı Foto: Fuente> Especial

EL INDIVIDUO Y LA MASA

EN UNA SOCIEDAD de individuos, todos deben ser individuos; en ese sentido, al menos, los miembros de dicha sociedad son cualquier cosa, menos individuales, distintos o únicos. Todo lo contrario: son asombrosamente parecidos, ya que deben seguir la misma estrategia vital y utilizar señas compartidas (comúnmente reconocibles y legibles) para convencer a otras personas de que así lo hacen. […]

Paradójicamente, la “individualidad” está relacionada con el “espíritu de la masa”, al tratarse de una exigencia cuya observancia está vigilada por el colectivo. Ser un individuo significa ser como todos los demás del grupo (en realidad, idéntico a todos los demás). En esas circunstancias, cuando la individualidad es un “deber universal” y un problema de todos, la única acción que haría a alguien diferente y auténticamente individual sería que intentase —ante el desconcierto general— no ser un individuo, suponiendo, claro está, que alguien pueda lograr tal gesta y que se resigne a enfrentarse a sus (muy desagradables) consecuencias…

Zygmunt Bauman, Vida líquida, trad. Albino Santos Mosquera, Paidós, 2015.

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Un instante de valor ı Foto: Fuente> Especial

UN INSTANTE DE VALOR

A LA HORA DE COMER, él había llamado para anunciar que no iba a pasar por casa. He quedado a cenar con Fernando, ya sabes que está muy deprimido, como le acaban de despedir y… y que te quiero mucho, cariño, muchísimo, más que a nada en el mundo, ya lo sabes, perdóname porque te quiero… Ella ya estaba acostumbrada a esas llamadas, las explosiones de amor que sucedían a las otras, el tono de voz meloso, compungido, que casi la hería tanto como los golpes de la noche anterior. […] Lo había pensado centenares de veces, pero siempre había creído que sería incapaz. […] Durante un instante pensó que estaba renunciando a su vida, a toda su vida, su memoria, sus aficiones, sus pequeños placeres. Quizás no vuelva a tener una casa como ésta nunca más, quizá no vuelva a ser feliz, quizás esté sola el resto de mi vida. Durante un instante estuvo a punto de volverse atrás, de echarse a llorar sin hacer ruido, y desandar el camino, y volverse a la cama, y dormir y volver a vivir como antes, como todos esos días en los que lo único que quería era morirse. […] Antes de darse cuenta, estaba en la calle.

Almudena Grandes, “El instante decisivo”, Escalera interior, Tusquets, 2025.

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NOMBRAR POR CONVENCIÓN

POR CONVENCIÓN EL COLOR, por convención el color, por convención lo dulce, por convención lo salado, pero en realidad existen sólo átomos y vacío, dice Demócrito, pues cree que, respecto de nosotros, que las percibimos, todas las cualidades sensibles provienen de la reunión de los átomos, dado que por naturaliza no existe lo blanco, ni lo negro, ni lo amarillo, ni lo rojo, ni lo dulce, ni lo amargo. Cuando dice “por convención” quiere decir algo semejante a “según la opinión” y “respecto de nosotros”, y no alude a la naturaleza de las cosas en sí mismas, para referirse a las cuales utiliza la expresión “en realidad”, derivada de “real”, que significa “verdadero”. El alcance de esta afirmación podría ser el siguiente: los hombres opinan que existe lo blanco y lo negro, lo dulce y lo amargo, y otras cosas por el estilo, pero todas las cosas son, en verdad, algo y nada; éstos son, por cierto, sus propios términos, pues denomina “algo” a los átomos y “nada” al vacío.

Galeno, “Leucipo y Demócrito” en Los filósofos presocráticos, trad. Armando Poratti, Conrado Eggers Lan, María Isabel Santa Cruz de Prunes y Néstor Luis Cordero, Gredos, 2008.

Nombrar por convención ı Foto: Fuente> Especial

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CINE DE LA “ANSIEDAD MORAL”

LAS PELÍCULAS de Krzysztof Kieślowski, uno de los directores europeos más venerados, son ambiciosas y líricas exploraciones de las relaciones y la interconexión entre los seres. Nació en Polonia durante la segunda guerra mundial y asistió a la escuela de cine de Lodz. A finales de la década de 1970, junto con Roman Polanski y Andrzej Wajda, fue figura clave del movimiento del cine polaco de la “ansiedad moral” —corriente realista que se centraba en cuestiones sociales— y produjo inteligentes sátiras políticas como Amator (1979) y la trilogía Tres colores. Rojo [la tercera de la serie, 1994] con Irène Jacob y Jean Louis Trintignant sigue la relación entre una modelo y un solitario juez, cuyas vidas se entrelazan por casualidad. […] En la cinta aparecen muchas imágenes recurrentes y un uso simbólico del color, y fue el último trabajo de Kieślowski.

Daniel Borden, Florian Duijsens, et al., La historia del cine, trad. Teresa Jarrín Rodríguez, Blume, 2009.

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Pintura rajput ı Foto: Fuente> Creative Commons

PINTURA RAJPUT

DESDE MEDIADOS del siglo XVI hasta principios del siglo XVIII, la riqueza y el poder de la dinastía Mogol, cuya capital era Delhi, hicieron que las influencias islámicas dominaran el arte y la arquitectura de buena parte del norte del subcontinente indio. […] Los rajput, aunque eran dependientes de los mogoles, eran pequeños estados independientes de Rajastán y el centro-norte de la India; cada uno de ellos convirtió con éxito una tradición hindú, que consistía en la pintura de cubiertas para manuscritos, en una basada en la producción de pinturas sacras en miniatura.

La pintura rajput es una mezcla de elementos hindúes e islámicos. Ilustra relatos religiosos, poemas épicos, canciones de amor y la majestuosidad cortesana del pasado romántico de la India. Las imágenes de los textos religiosos y literarios encuentran su origen en el bhakti hindú (“movimiento devocionario”); la pintura de retratos rajput, en cambio, estaba más influenciada por la cultura mogol. Muchas pinturas rajput aplican la teoría estética india de la rasa (“sentimiento” o “emoción”), una teoría que ponía énfasis en el papel del observador en la experiencia artística. […] La emoción más comúnmente representada en la pintura rajput es el amor, y se expresa tanto de forma romántica como de forma divina. […] Asavari Ragini retrata el sentimiento de la sringara rasa o “amor erótico”: una muchacha de la tribu está suspirando por su amado y canta melancólicas canciones de amor. Pertenece a una serie de pinturas ragamala (guirnalda de melodías) y pretende representar versos visualmente con la intención de capturar la esencia de una raga (melodía).

Roda Ahluwalia, “Pintura Rajput” en Arte. Toda la historia, trad. Cristóbal Barber Casasnovas y Remedios Diéguez Diéguez, Blume, 2016.