Diversa cultural

Diversa Cultural Foto: Fuente > Lyon International; Unsplash; Superprof; Fuente > Cinescopia

FRAGILIDAD DE LAS UÑAS

LAS UÑAS TESTIMONIAN la antigua existencia de las garras. Tras los brincos y maromas de la evolución, han perdido en nosotros casi por completo su connotación agresiva […]. El ámbito de su aspecto funcional se reduce, en los mamíferos, al rascado oportuno y en el orbe humano constituyen un auxilio para la apertura difícil de algunas latas. Son también aquello que más mordemos en situación de angustia, y cuando la manía toma ribetes de tragedia, los psicólogos alzan la voz y dicen onicofagia. Acaso para recordarnos que la palabra uña viene de la voz latina ónix […].

En un cuerpo tan blando, como el que calzamos, las uñas son una errata: duras e insensibles –sentimos sólo la carne donde se insertan– coronan los extremos de nuestra realidad: la parte más alta si alzamos los brazos, o la más baja en la prolongación de los dedos de nuestros pies.

Contrastadas con las garras de los felinos, las uñas de los humanos son muy frágiles y constituyen un bastión estético para las mujeres, que casi siempre prefieren pintárselas de rojo, acaso para devolverles la vida y recordar que es el color que viste nuestra sangre.

Gilberto Prado Galán, Fragmentos del asombro, Ediciones sin nombre / Conaculta, 2006.

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EL ESCULTOR DEL AIRE

El escultor del aire ı Foto: Fuente > Lyon International

LA FORMA DE MIS TRABAJOS se basa siempre en el sistema cósmico. Con un accionamiento mecánico se puede controlar la cosa como coreografía de un ballet. Cada elemento puede moverse, trasladarseu oscilar de un lado a otro y modificar su relación con cada uno de los otros elementos de este universo. De este modo se manifiestan no sólo momentos aislados, sino leyes físicas o variaciones, de acuerdo con los acontecimientos de la vida. No extracción, sino abstracción.

Considero que un artista debería comenzar su trabajo con un gran respeto por sus materiales. Un móvil es una cosa muy modesta. Las esculturas deberían parecer ingrávidas y estar en condiciones de moverse; las formas esculturales fijas pueden ser planas, pero todas las esculturas deberían estar pintadas; ya sean muy divertidas o solemnes, siempre han de alegrar la vista. ¿Por qué no poner formas plásticas en movimiento? No sencillamente un movimiento traducido o rotativo, sino la combinación de diferentes movimientos de distinto tipo, velocidad y alcance para producir algo completo. Del mismo modo que se puede componer colores o formas, también se pueden componer movimientos.

Alexander Calder, Calder, Jacob Baal-Teshuva (ed.), trad. P.L. Green, Taschen, 2003.

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El escultor del aire ı Foto: Fuente > Unsplash

ENSEÑANZA BUKOWSKIANA

LOS HIPÓDROMOS CONFUNDEN a la gente. Tienen a dos tipos en la tele que salen antes de cada carrera y hablan de los que creen que van a ganar. Se equivocan todas las veces. Como todos los que hacen los folletos de pronósticos y los servicios de apuestas hípicas. Ni los ordenadores aciertan con los jamelgos, por mucha información que se les suministre. Desde el momento en que pagas a alguien para que te diga qué tienes que hacer, eres un perdedor. Y eso incluye a tu psiquiatra, a tu psicólogo, a tu agente de negocios, a tu profesor de pintura y a tu etc.

Nada te enseña más que reorganizarte después de cada fracaso y seguir avanzando. Sin embargo, la mayoría de la gente cae víctima del miedo. Temen tanto el fracaso que fracasan. Están demasiado condicionados, demasiado acostumbrados a que les digan lo que tienen que hacer. Empieza con la familia, sigue en el colegio y se extiende al mundo de los negocios.

Bueno, ya veis: un par de días de suerte en el hipódromo y ya me creo que lo sé todo.

Charles Bukowski, El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco, ilustrado por Robert Crub, trad. Roger Wolfe, Anagrama, 2016.

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La montaña del loto y el abanico ı Foto: Fuente > Superprof

LA MONTAÑA DEL LOTO Y EL ABANICO

EL MONTE FUJI o Fuji-yama (“La montaña sin fin”) se ha convertido en un símbolo de Japón. Su gran cono nevado parece un enorme abanico invertido y las finas rayas de su pendiente parecen los pliegues del abanico. Un japonés lo ha descrito como sigue: “El Fuji domina la vida con su belleza silenciosa: la pena se silencia, anhelante sosiego, la paz emana de esa inmutable fuente de tranquilidad, cumbre del loto blanco”. Tanto la referencia del loto como la del abanico abierto son acertadas. El caso de la imagen del loto en particular tiene un significado místico, pues se trata de la flor sagrada del Señor Buda y sus ocho puntos simbolizan las ocho inteligencias de Percepción, Propósito, Discurso, Conducta, Vida, Esfuerzo, Conciencia y Contemplación. El efecto en general del Fuji sugiere, pues, por un lado religión y, por otro, un vasto y hermoso abanico que coquetea con las estrellas y mueve las nubes. Los poetas y los artistas han rendido homenaje a esta incomparable montaña… […] se ha convertido en lugar de peregrinación desde hace muchos siglos; Lafcadio Hearn ha definido su cima como “el Altar Supremo del Sol”. […] El Fuji fue hace tiempo un volcán muy activo. […] El término “Fuji” probablemente procede de Huchi, la diosa ainu del fuego.

Frederick Hadland Davis, Mitos y leyendas de Japón, trad. Marián Bango Amorín, Satori, 2024.

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AUMENTO Y DISMINUCIÓN

LA NATURALEZA se mueve en impulsos circulares y rítmicos de aumento y decrecimiento. Heráclito, la influencia presocrática de Platón, apuntó: “El camino hacia arriba y el camino hacia abajo son uno y el mismo”. Observemos la luna creciente y menguante, el círculo anual, el interludio entre día y noche, el aliento de las mareas, la sístole y la diástole de los latidos del corazón y la expansión y contracción de los pulmones. El nacimiento explosivo de una estrella suele estar seguido de una implosión y la entropía negativa en la organización ordenada de la vida está en equilibrio con la entropía positiva del desorden y la muerte.

En la teoría del caos, la proporción áurea gobierna el borde del caos, donde el orden se filtra y emerge a partir del desorden. Demandando simpleza y economía, la naturaleza parece requerir un proceso de acrecentamiento y disminución que es, simultáneamente, aditivo y multiplicativo, sustractivo y divisional. Esta demanda se satisface perfectamente sólo con los poderes de la proporción áurea y, en la práctica, con las aproximaciones de Fibonacci y Lucas. […] Como en Alicia en el país de las maravillas, la naturaleza crece y decrece simultáneamente hasta sus límites relativos.

Scott Olsen, La proporción áurea. El secreto más grande de la naturaleza, trad. Luisa María Botella, Librero, 2021.

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El silencio: Desafío para los cineastas ı Foto: Fuente > Cinescopia

EL SILENCIO: DESAFÍO PARA LOS CINEASTAS

EL CINE MUDO fue capaz de expresar, con extraordinaria fuerza, las emociones y los sentimientos. Esto lo sabe todo el mundo, y piensa en las silenciosas apariciones de Drácula o del monstruo de Frankenstein en las películas mudas de Murnau, en el rostro tan expresivo de la Juana de Dreyer, sin olvidar la fascinación de los enamorados en las películas de Charlie Chaplin. El cuerpo parlante del cine mudo ha sido objeto de numerosas obras. El grito de Fay Wray en la mano de King Kong es el más silencioso de la historia del cine. Prueba que el silencio, en el cine mudo, es una materia, un dato sensible.

Aun así, en estas películas, como se ha hecho notar, tienen la palabra los cuerpos más que el silencio; y los cuerpos se expresan de una manera enfática gracias al maquillaje, a la exagerada gesticulación, a cuanto procede del mimo. Con la llegada del cine hablado, los cuerpos se separan en parte de la palabra. No olvidemos, además, que las películas mudas solían ir acompañadas de una música ilustrativa y de intertítulos. Lo cual lleva a Paul Vecchiali a afirmar que los verdaderos silencios están en las películas habladas; sin olvidar que la música de película está estrechamente vinculada al silencio que la condiciona […].

La escritura cinematográfica del silencio estaba llena de sutileza, y el espectador actual ha dejado por lo general de apreciarla.

Alain Corbin, “La palabra del silencio”, Historia del silencio. Del Renacimiento a nuestros días, trad. Jordi Bayod, Acantilado, 2019.