EL HOMBRE DEL ESPACIO se tropezó en su estudio y debido al mal aterrizaje murió días después, a los 74 años, por un derrame cerebral. El guitarrista y compositor tuvo una carrera espacial como cofundador del grupo Kiss en los 70 y después como solista, cuando pudo explayar su talento con la guitarra. Sus riffs y requintos salvaban al grupo, pero su mayor orgullo era ser un músico empírico que aprendió a tocar a los 13 años, antes de abandonar la secundaria en el Bronx para dedicarse al rock tras ver en vivo a The Who y a Cream. Su personaje estelar alcanzó el nivel de ídolo musical adolescente, súper héroe de cómic y de película B en Kiss in the Attack of the Phantoms. Con todo y la secundaria trunca se convirtió en uno de los rockstars más queridos de la historia.
Además de exacerbar el glam con una teatralidad espectacular y de hacer circo con una música muy básica, el gran mérito de Kiss fue el de iniciar a cientos de miles de chavitos en el rock. Kiss era una etapa, te abría las puertas al universo rockero y ya no había vuelta atrás, siempre los recuerdo como los que me dieron la bienvenida. Ace Frehley fue el mejor de los cuatro, en talento se los llevaba de calle, así como en carisma y brillo.
ÉL CREÓ SU PERSONAJE THE SPACEMAN, además de diseñar su maquillaje y vestuario de ciencia ficción, también creó el logotipo de Kiss con las eses en forma de rayos que fueron vistas como símbolos nazis o como el acróstico Knights In Satan’s Service. Gene Simmons y Paul Stanley lo relegaban todo el tiempo porque los ensombrecía musical y escénicamente. Cada uno tenía su pirotecnia sobre el escenario y la de Frehley era la más deslumbrante: su Gibson Les Paul Custom estaba diseñada para lanzar humo y luz cuando ejecutaba sus solos de requinto. Los otros tampoco superaban que de los cuatro discos solistas el de Frehley fuera el campeón en rock y ventas, ni que “New York Groove” fuera el sencillo que los hiciera universales. La original es de Russ Ballard y también la interpretó el grupo Hello, pero Ace The Space le dio su toque y la hizo tremendamente popular. Lo mismo ocurrió con “Beth” del baterista Peter Criss, la balada que les salvó las nalgas financieras. Hasta que Frehley se cansó, renunció a un contrato de 15 millones de dólares y despegó en solitario en 1982.
Con su sonido energético / melódico que oscilaba entre el hard rock, el heavy metal y el pop, un estilo sin refinar, llevado por la emoción y la intuición más que por la técnica, fundó su Frehley’s Comet para lanzarse a un viaje solista con subidones y bajones. Entre 1996 y 2002 volvió a Kiss, con quienes hizo 16 discos en estudio y en vivo. Por su parte, grabó más de 10 discos y se mantuvo activo tocando en vivo hasta este año, mientras trabajaba en su Origins Vol. 3. Los superhéroes también mueren. Nunca olvidaré sus discos, sus conciertos y aquel incidente de tráfico en 1981, durante su primera visita a México, cuando lo tuve a unos metros de distancia en la euforia de la kissmanía. Murió una auténtica estrella del rock.


