Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos?
¿Con qué cuerpo vendrán? Necio, lo que tú siembras
no se vivifica, si no muere antes.

Tres encuentros en la playa
—CORINTIOS
Una experiencia peculiar que siempre cuento es la vez que me topé con el locutor Juan Ramón Sáenz en una boda. El hombre estaba sentado en una mesa cercana a la de los novios y se hallaba solo, viendo tranquilamente cómo la gente se acomodaba en el resto de las mesas. Uno de mis tíos, ya fallecido, era un verdadero seguidor de su famoso programa de radio La mano peluda, del que era el conductor. Gracias a mi tío fue que supe quién era.
La emisión, como mucha de la radio más popular, propiciaba la interacción con el público, sólo que ésta se especializaba en relatos de supuestos encuentros paranormales, principalmente fantasmas. Para ese momento Sáenz era una verdadera estrella. Su programa, si bien era nocturno, comenzaba pasadas las diez de la noche y consistía, como he dicho antes, en atender llamadas telefónicas con un fondo de música de terror, lo cual lo convirtió en un verdadero éxito, al grado de que se convirtió en toda una estrella. La transmisión era en gran parte de la República Mexicana a través de repetidoras, y además en radios de California y Las Vegas, en Estados Unidos.
Sáenz incluso hizo giras con su programa y había escrito cinco libros de temática sobrenatural.
Lo verdaderamente interesante de esto es que, no solamente mi tío y yo sabíamos quién era, sino que a media fiesta, la gente se levantaba de su mesa y lo buscaba para sacarse una foto con él, como si se tratara de un cantante o actor célebre. Pese a ser una voz detrás de un micrófono había más de una persona que lo reconocía.

MUERTES MISTERIOSAS
Sáenz murió muy joven, a los 48 años. La leyenda urbana dictaba que sucedió debido a una maldición sobrenatural. La verdad es que fue una terrible bacteria gastrointestinal lo que le arrebató la vida. El locutor y su círculo cercano intentaron sacar jugo al programa, llevándolo a la televisión y dando conferencias, todo sin éxito. No entendían qué era lo que en verdad hacía que funcionara la emisión: el relato oral y la capacidad para poderlo transmitir sin cortapisas.
Sáenz no era un comunicólogo, sino un hombre que llegó a la radio para pagar las cuentas. Aunque era abogado de formación, por su hablar elegante y pausado acabó siendo locutor y voz institucional de diversos medios. No estaba relacionado con el mundo paranormal que, según sus propias palabras, desconocía del todo antes de conducir La mano peluda. De esto me enteré en la mencionada fiesta, cuando, además de pedirle una foto, decidí hacerle una entrevista informal. El sentirse en un medio fresco, sin prejuicios, hizo que su personalidad de locutor quedara a un lado y permitiera que un invitado común tomara el micrófono, brindándole respeto y tiempo.
La mano peluda tuvo éxito, no porque tuviera excelentes historias; el programa solía ser repetitivo, con relatos que se cuentan una y otra vez, ruidos, aparecidos y supuestos encuentros con demonios. Pero sí hubo algunas de esas historias que se volvieron míticas (Caso Josué, Casa Fidel, la posesión en vivo). La gente que lo escuchaba en aquellos tiempos las intercambiaba en casets grabados. Hoy muchas de ellas pueden encontrarse en YouTube. El éxito consistió en que la gente podía oírse y reconocerse en dichos relatos.
Nadie veía en Juan Ramón Sáenz a un cazafantasma o a un verdadero investigador paranormal. Lo interesante era que guardaba silencio cuando resultaba necesario y llevaba la charla hacia lugares interesantes.
CONSPIRACIONES GUBERNAMENTALES
Algo similar sucedió con el estadunidense Art Bell, todo un icono dentro de los temas paranormales y de conspiración, que murió en 2018, en su casa de Pahrump. Su principal gusto era la radio, y fue por eso que comenzó a trabajar en California en diversas estaciones radiofónicas. Programaba rock y hablaba. Fue en 1978, ya en Las Vegas, a pocas horas de Los Ángeles, que iniciaría un programa en la frecuencia de la KDWN, llamado West Coast. En ella hablaba de temas políticos de actualidad con invitados en vivo o contestando llamadas. Se podría decir que su línea era de centro derecha.
Sería diez años después, en 1988, que Bell y su coproductor, Alan Corberth decidieron hacer un cambio total, dejar la política dura y pura para virar hacia las teorías de la conspiración y los temas paranormales. Cambiaron el nombre del programa al más nacional, Coast to Coast y abandonaron el Plaza Hotel & Casino desde donde transmitían, para pasarse a un estudio improvisado en la casa de Bell, en Pahrump, dentro del mismo estado de Nevada.
UNA DE LAS HISTORIAS QUE MÁS SE REPITEN EN EL MUNDO ES LA DE LA MUJER DE LA CARRETERA; EN ELLA, UN VIAJERO AVANZA DURANTE LA NOCHE Y EN UN RECOVECO DEL CAMINO SE TOPA CON UNA MUJER QUE LE PIDE AYUDA
CONSPIRACIONES Y FRAUDES PARANORMALES
La teoría de la conspiración es un tema muy gustado por una gran parte de la ciudadanía estadunidense que ve en el gobierno a un enemigo más que a un Estado que ofrezca bienestar. Este afortunado giro hizo que comenzara a ganar audiencia rápidamente. El programa ya duraba cinco horas, tenía el teléfono abierto, aceptaba con gusto a cualquier participante y debido a esto Coast to Coast comenzó a sindicarse. En Estados Unidos no hay radios nacionales como tal, defienden mucho las audiencias locales pero, pese a eso, hay ciertos programas comprados por estaciones de otros estados, lo que sucedió con el de Bell, por eso en cosa de poco tiempo comenzó a escucharse más allá de Nevada.
Luego de los atentados terroristas en la ciudad de Oklahoma en 1995, se decantaría por los temas paranormales abandonando las teorías de la conspiración de corte político. Bell quería evitar que lo consideraran un instigador de milicias paramilitares, ya que era simpatizante de la portación de armas y en su programa se había discutido muchas veces el control sobre ellas. El giro fue afortunado, en menos de dos años su programa se emitía en 328 estaciones en todo Estados Unidos, luego, en tan solo unos meses, llegó a estar en 500 estaciones, a tener quince millones de escuchas cada noche, y a ser el tercer locutor más escuchado del país.
El éxito de su emisión era la voz de fumador de Bell y el tono de seriedad y respeto con el que trataba a la gente. Sin importar la disparatada historia que le contaran, Bell hacía preguntas y esperaba que su público se explicara. Sabía mantener un buen timing, mezclaba historias breves durante el kilométrico programa, con una historia más larga que abarcaba muchas más emisiones. De vez en vez descubría una trama que le permitía mantener a su auditorio atento durante días.
Los puntos en común de las historias de Bell eran la gran conspiración del gobierno estadunidense, esa que implicaba que siempre ocultaban algo, como si fuera un grupo monolítico sin fisuras. Otra constante era el inminente Apocalipsis; cada historia de largo aliento implicaba la desaparición de la humanidad.

EL FANTASMA DE LA CARRETERA
Una de las historias que más se repiten en el mundo es la de la mujer de la carretera; en ella, un viajero avanza durante la noche y en un recoveco del camino se topa con una mujer que le pide ayuda. Sube al vehículo, habla con ella y finalmente desaparece para revelarse como simplemente un espectro. A veces es un taxista, otra veces un trailero, pero mucho antes fue un carruaje y hasta un sujeto a caballo.
Este relato se ha contado de diversas formas, las más viejas, de antiguas fuentes romanas, pasando por las medievales, y por las del siglo XIX, que se volvieron las más numerosas, y finalmente, las más recientes, relatadas en podcasts. Los elementos y direcciones cambian con el tiempo, pero persisten, un viajero, alguien perdido en medio de la noche y la constatación de que es un fantasma. A veces pasan por un cementerio y ahí desaparecen, otras más llegan a su casa y posteriormente se revela que aquella mujer (a veces es un hombre), murió hace tiempo.
El hecho de nombrar a los fantasmas les da cuerpo. En Estados Unidos se difundió la historia de “Resurrection Mary”, supuestamente una chica rubia, vestida de blanco, pero con atavíos de los años treinta. Los viajeros se detenían en una curva donde ella está pidiendo aventón, la invitan subir, y justo cuando pasan por el cementerio Resurrection ella desaparece. La historia más aceptada es que fue asesinada al salir de una fiesta y su cuerpo está enterrado en dicho sitio.
Tal como he dicho, parece ser que los fantasmas disfrutan de los autos porque con una historia similar existe el Walhalla Hitchhiker de Carolina del Sur, el autoestopista fantasma de Bedfordshire en Gran Bretaña y hasta en Quezón City, Filipinas.
Pero es en España donde la aparición ha tomado verdadera fuerza. La llamada “chica de la curva” es ya un chiste recurrente, el nombre de una productora de cine e incluso de una canción. En España se difundió un falso video transmitido en TikTok, que ha exportado el nombre de Teresa Fidalgo, una chica que murió en un accidente de auto al tomar una curva cerrada en una carretera de Portugal.
En el video se ve cómo tres chicos le dan un aventón a una mujer, quien les cuenta que murió en ese sitio años antes, lo que causa que pierdan el control y se accidenten.

LA LLORONA
El mexicano tiende al melodrama, y por eso la mayoría de las historias que nos cuentan sigue esa tendencia: radionovelas, telenovelas y ahora las series-telenovela. Incluso el cine negro que se llegó a hacer en el país eran melodramas (La noche avanza, La diosa arrodillada). Por eso no es de extrañar que nuestro fantasma nacional, “La Llorona”, posteriormente apropiado por algunos países de Latinoamérica, tenga un pasado tan melodramático.
A diferencia de los fantasmas vengativos japoneses, los yokais, llenos de odio, o los espectros condenados a repetir una y otra vez una acción, como los espectros de la Santa Compaña de Galicia, España, o los soldados de Edgehill, Warwickshire, en Inglaterra, la Llorona se lamenta eternamente de haber asesinado a sus hijos por la infidelidad de su amante.
Nuestro fantasma, más que causar miedo, acaba dando lástima por su larga condena. Incluso, en algunas películas, más allá de ser un espectro maligno, acaba siendo benigno, como en la película guatemalteca, La Llorona, de Jayro Bustamante, donde el personaje ayuda a un grupo de mujeres a vengarse de un antiguo militar.
FANTASMAS DE LA ANTIGÜEDAD
Los fantasmas no siempre han sido percibidos como lo hacemos actualmente, con esa carga narrativa tan fuerte. Anteriormente eran sólo seres que se aparecían y desaparecían de manera aleatoria, antiguos ecos de nuestros familiares muertos, pero sin el desarrollo narrativo que les damos hoy día. Por ejemplo, en una de sus cartas, Plinio El Joven cuenta cómo un filósofo, Atenodoro, se adentra en una casa en Atenas que, según todos, está embrujada. Ahí el filósofo tiene un encuentro con el fantasma de un hombre viejo, encadenado, que le señala un sitio. Al día siguiente, Atenodoro avisa a las auto-
ridades del lugar para que caven en el lugar que el fantasma le indicó, encontrando el cadáver encadenado del anciano muerto. Como se ve, una historia ya bastante moderna.
SESIONES ESPÍRITAS
No sería hasta el siglo XIX que el espiritismo, una doctrina que devino en entretenimiento de burgueses aburridos, naciera en Francia a mediados del siglo XIX de la mano de Allan Kardec. En esa doctrina se mezclaban infinidad de influencias que iban desde las religiones animistas americanas y africanas, con los desarrollos más recientes de la época, es decir, el mesmerismo y los experimentos con las corrientes eléctricas.
Con esa mezcolanza se creó la idea de que existía un Más Allá a donde llegaban los fantasmas de las personas fallecidas sin importar su religión, y que utilizando técnicas modernas, las personas interesadas podían contactar con ellas. Muchos de los llamados médiums aportaban supuestas pruebas paracientíficas de sus poderes, como traer cosas desde el Más Allá o aparecer ectoplasma, una sustancia supuestamente producida en dichas sesiones y de orígenes paranormales.
Gran parte de los médiums, sino es que todos, se revelaron como simples defraudadores, que ayudados por trucos de magia, claras de huevo y papeles regurgitados, lograban convencer a gente deseosa de contactar con sus familiares muertos.
El famoso mago Harry Houdini se volvió uno de sus más acérrimos perseguidores, al grado que terminó de pleito con su gran amigo Arthur Conan Doyle, ya que éste aseguraba que su esposa Jean Elizabeth Leckie podía contactarlo con la madre muerta del ilusionista. En la sesión, Leckie dijo estar poseída por la mujer muerta, pero hablando en inglés, idioma que la madre de Houdini nunca dominó al ser muy fiel a su lengua, la húngara.
EL MEXICANO TIENDE AL MELODRAMA, Y POR ESO LA MAYORÍA DE LAS HISTORIAS QUE NOS CUENTAN SIGUE ESA TENDENCIA: RADIONOVELAS, TELENOVELAS Y AHORA LAS SERIES-TELENOVELA.
QUIERO CREER
Si bien vivimos en una época plena de avances tecnológicos, con cada vez más personas que se declaran ateas, y donde es muy sencillo encontrar información para desmentir ciertas invenciones, la gente decide seguir escuchando historias de terror, principalmente de fantasmas.
Sin dejar de lado la radio, el medio más socorrido para esto porque permite imaginar de mejor manera la situación, la fantasmagoría se ha trasladado a los podcasts, ya sea en video o por medio de audios en los celulares. Muchos de los llamados creadores de contenido más exitosos narran historias que aportan sus propios oyentes, algunos mezclándolos con otro género muy en boga hoy en día, el true crime, es decir, casos policiales basados en hechos reales.
Quiero finalizar con una reflexión de las antropólogas Kassandra Spooner-Lockyer y Katie Kilroy-Marac, de la Universidad de Toronto, Canadá:
Los fantasmas hacen vacilar el presente, pero también se manifiestan en momentos en los que el presente vacila. Los fantasmas se manifiestan en tiempos
y lugares donde se está produciendo un cambio radical. La inquietud ocurre cuando el presente se siente inexplicable o insatisfactorio o cuando perfora el presente con una pérdida que no ha sido debidamente llorada. También puede ocurrir cuando algo ha desaparecido en la agitación de las cosas, pero no se notó o no se reemplazó. Pero también la aparición del fantasma hace que el presente vacile de manera material e inmediata, por medio de una carga atmosférica, una falla, una presencia, un sentimiento que antecede al (re)conocimiento. Este sentimiento de perturbación es algo a seguir. Nos apunta hacia un presente fracturado. (https://antropourbana.com/diez-verdades-antropologicas-sobre-los-fantasmas/).
