DOS SITUACIONES han logrado sacudir al respetable y abrirle los ojos, los oídos, las redes y los medios para decir ya estuvo: la cancelación del concierto de Morrissey por “cansancio” rompió más ilusiones que una telenovela y reveló el pésimo desempeño del foro Indie Rocks! y su producción (es un decir) del festival Hipnosis, que a sus 11 años no saben sonorizar ni una “feria de pueblo”, dicen los asistentes, hartos de pagar desde meses y hasta un año antes para que el artista cancele a la mera hora o para asistir a un festival de fallas técnicas mal sonorizado a un precio exorbitante.
Morrissey canceló por cuarta ocasión en México horas antes del show, luego le dio cuello a toda su Gira de la Fatiga por Latinoamérica. Desde que se lanzó como solista (es un decir) ha cancelado 399 de mil 704 conciertos. Lo increíble aquí era que todavía quedaran seguidores que pagaron por no verlo y el costal vegano les volvió a cancelar. Pero obró un milagro: ya ni sus fans migajeros quieren saber de él, en venganza le rellenaron sus redes con recetas de carnicería.
FUIMOS A BRIAN JONESTOWN MASSACRE en el Indie Rocks!
El boletaje: 830 morlacos para verlos en una de sus dos salas en La Roma. Pero sufrimos en oídos propios la mierda de sonido, un cagadero emplastado en las canciones más inmersivas de los Brayan. Tuve que imaginar los instrumentos. Y la seguridad ni sus luces cuando un imbécil se subió al escenario a gritar en mitad de una canción; nadie del Indie intervino para controlarlo cuando se puso agresivo.
El siguiente fin de semana, los del Indie improvisaron dos días de festival Hipnosis en el estadio Fray Nano.
El boletaje en su etapa “pánico” osciló entre 2,900 y 6,400 morlacos. Desde el primer día les cayó una tormenta de quejas por la pésima sonorización, las constantes fallas técnicas y el robo de los grilletes cashless. Algo nunca visto, tanto descontento manifestándose durante semanas en las redes con llamados a demandar ante la Profeco (es un decir). Está por verse que esa inconformidad les alcance hasta el siguiente concierto.
Días después sucedió el rifirrafe en el concierto de la rapera israelí Noga Erez. Se lanzaron llamados antisionistas y advertencias de no realizar el concierto de la cantante, ex miembro de una banda militar que es criticada por no denunciar el genocidio palestino, y lo llevaron a cabo sin considerar la seguridad de los
asistentes y la artista. Tenían derecho, pero no se prepararon para la protesta pro Palestina a la entrada que, tras el jaloneo con los fantoches de la seguridad, fue reprimida por los granaderos de la Ciudad de México que llegaron al rescate del Indie Rocks! Los vecinos de la zona se unieron con pancartas para exigir el cierre del foro por el exceso de ruido, vibraciones y microsismos. También se unieron en las redes ex trabajadores, promotores y colaboradores, entonces salieron a flote los cerotes:
abusos laborales, comerciales y fiscales. Si esto sucede en la superficie, no imaginamos lo que hay en el fondo de los espectáculos musicales.


