Chimal y el poder de la fantasía
La narrativa de la imaginación no ha tenido gran relevancia en América Latina, a pesar del referente
de la Antología de la literatura fantástica, recopilada en 1940 por Bioy Casares, Ocampo y Borges. Pero eso
no significa que carezca de representantes notables en el género. Como prueba de ello, BEF glosa
una recopilación del género, realizada por Ann y Jeff Vandermeer, que acaba de aparecer en Estados Unidos.
El libro incluye dos cuentos del mexicano Alberto Chimal, al lado de autores como Nabokov y Calvino.
Que Borges haya escrito relatos claramente ubicados en el terreno de lo imaginativo no ha dotado de más prestigio a la literatura fantástica en nuestro idioma. No es coincidencia la devota anglofilia del argentino, siendo el idioma inglés en el que la semilla literaria de lo fantástico germina con más vigor. Los ejemplos abundan y es posible elaborar una lista somera de autores sin mucho esfuerzo: Mary W. Shelley, Edgar Allan Poe, Bram Stoker, H. G. Wells, H. P. Lovecraft, Ray Bradbury, Philip K. Dick, Ursula K. Le Guin, Richard Matheson, Stephen King, Clive Barker, Neil Gaiman, Margaret Atwood y J. K. Rowling, entre muchos otros.
Estos nombres son conocidos por el gran público lector, más allá de los devotos del género, entre otras razones gracias a las adaptaciones audiovisuales de sus obras. Imposible componer una lista similar de narradores hispanoamericanos con la misma facilidad. Así, para los norteamericanos no es noticia la constante edición de antologías de cuentos de todas las vertientes del género fantástico. Docenas de compilaciones de cada ramificación de la fantasía se editan anualmente para un mercado ávido de asombro.
Lo que sí sorprende dentro y fuera del ghetto de los subgéneros son las antologías editadas desde hace varios años por Ann y Jeff Vandermeer, ella, editora1 y él, uno de los más importantes —e inquietantes— narradores de su generación.2 Sorprenden no sólo por su extensión, sino porque incluyen a numerosos autores no anglosajones.
EN UN ESFUERZO TITÁNICO, los Vandermeer han publicado al alimón ya una docena de volúmenes. Los libros resultantes denotan un conocimiento enciclopédico de la literatura fantástica, pero también una curiosidad insaciable por tradiciones ajenas a la suya, algo poco común en autores estadunidenses. Esta vez me ocupa el último de ellos (los autores anunciaron que éste culmina sus colaboraciones): The Big Book of Modern Fantasy, publicado en julio de este 2020.
En el prólogo, Ann y Jeff definen fantasía como cualquier historia en la que un elemento irreal permea en el mundo cotidiano o bien aquella que sucede en un mundo que claramente no es un retrato realista del nuestro. Como bien señalan en la primera frase del libro, es una categoría tan amplia que por un lado puede incluir un dragón que escupe fuego o ser tan sutil como un hombre que encuentra una planta extraña. Ello permite al matrimonio tener un amplísimo margen de maniobra; las historias incluidas en este volumen, que acaba de aparecer, están ordenadas cronológicamente y fueron publicadas entre 1945 (fecha con la que cerraban su colección anterior, dedicada a la fantasía clásica) y 2010.
[En la antología] sorprende la inclusión no sólo de narradores de los cinco continentes, sino de tradiciones que parecerían antagónicas
Los Vandermeer no respetan fronteras de ningún tipo. Si bien advierten en el prólogo que se trata de su libro con menor representación internacional, sorprende la inclusión no sólo de narradores de los cinco continentes, sino de tradiciones que parecerían antagónicas: aquí hay voces de ambos polos del espectro cultural, tanto de la mal llamada alta cultura como de la literatura popular. Por ejemplo, entre los primeros cuentos aparecen historias tanto de Paul Bowles como de Vladimir Nabokov, ninguno de los cuales es famoso como autor de fantasía.
Desde luego, desfilan por estas páginas luminarias del fantástico anglosajón como Karen Jay Fowler, Angela Carter, Stephen King, Joe Hill y George R. R. Martin, al igual que celebridades internacionales de la talla de Haruki Murakami, Antonio Tabucchi e Italo Calvino. Pero también aparecen nombres soslayados más allá del nicho, como Jack Vance, Michael Moorcock, Greg Bear y Terry Pratchett. Es notable la ausencia de Neil Gaiman y alegra el rescate de autores injustamente olvidados, como es el caso del deslumbrante R. A. Lafferty, así como tres narradoras notables: Zenna Henderson, Margaret St. Clair y Rachel Pollack.
EN LA SELECCIÓN INTERNACIONAL es donde el libro guarda sus mejores sorpresas. Figuran el nigeriano Amos Tutuola y la finlandesa Tove Jansson, creadora de los Moomins, de los cuales se incluye un cuento. Jorge Luis Borges aparece con “El Zahir”, mientras que Julio Cortázar lo hace con una selección de textos de “Historias de cronopios y de famas”. De Gabriel García Márquez, cuya obra marcó a toda una generación de escritores fantásticos en Estados Unidos (en palabras de Kim Stanley Robinson, “nos enseñó que hay otras maneras de imaginar”), se incluye “Un señor muy viejo con unas alas enormes”. “La torre sin fin”, de Silvina Ocampo, y “Un cuento mexicano”, de Leonora Carrington, completan la selección de este ejemplar.
Orgullosamente, el más joven de los latinoamericanos elegidos para aparecer es Alberto Chimal y lo hace con ¡dos cuentos! Se trata de “Mogo” y “Mesa con océano”. El asunto no es menor, pues el propio Jeff Vandermeer declaró que la narrativa de Chimal está entre los descubrimientos más luminosos de la antología. Es un logro notable para un autor menor de cincuenta años y proveniente de una tradición literaria tan poco dada a la imaginación como la nacional.
LA ANTOLOGÍA ESTÁ DESTINADA —lo digo sin temor al lugar común ni al exceso— a convertirse, junto con su complementario The Big Book of Classic Fantasy, en un referente obligado del cuento fantástico mundial, al lado de la Antología de la literatura fantástica de Bioy, Ocampo y Borges o Dangerous Visions, de Harlan Ellison.
The Big Book of Modern Fantasy, Ann y Jeff Vandermeer (antologadores), Vintage Books, Nueva York, 2020, 896 pp.
Notas
1 Publisher y editor: en inglés hay una palabra específica para cada actividad, siendo la primera más bien relativa a la factura del libro, mientras la segunda se enfoca en el trabajo sobre el texto. Ann Vandermeer ejerce ambas funciones.
2 Recientemente, su novela Annihilation fue adaptada por Netflix. Es autor de más de treinta libros, muchos de ellos premiados.
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