Una fanática de nacionalidad china fue arrestada en Corea del Sur tras intentar ingresar ilegalmente a la casa del cantante Jungkook, integrante del grupo BTS. El incidente se produjo alrededor de las 11:20 pm del pasado 11 de junio del 2025, en el exclusivo distrito de Yongsan, en Seúl, cuando la mujer fue sorprendida manipulando la cerradura de la puerta del domicilio del artista.
Según la agencia Yonhap, la policía local confirmó que la detenida, de aproximadamente 30 años, había viajado a Corea del Sur con el objetivo específico de encontrarse con el ídolo del K-pop, quien recientemente concluyó su servicio militar obligatorio.
Fanática intenta entrar a casa de Jungkook de BTS y es arrestada, ¿qué pasó?
Durante el interrogatorio, la mujer declaró que su única intención era “ver a Jungkook en persona”, lo cual evidencia un patrón de comportamiento obsesivo que encaja con el perfil de los denominados sasaeng fans, conocidos por sus acciones invasivas y acoso constante hacia celebridades. Estos seguidores extremos suelen traspasar los límites legales y personales, como perseguir a sus ídolos, irrumpir en sus espacios privados o enviarles regalos sin consentimiento.
Este no es el primer episodio de este tipo que afecta a Jungkook, quien en diversas ocasiones ha expresado su molestia y preocupación por el acoso que sufre. Entre otras situaciones, el cantante ha revelado que ha recibido comida y obsequios directamente en su domicilio, actos que, aunque pueden parecer inofensivos, representan una clara violación a su privacidad.
En más de una oportunidad, Jungkook ha solicitado públicamente a sus seguidores y seguidoras que respeten su espacio personal y se abstengan de conductas inapropiadas.
Actualmente, la policía de Seúl mantiene abierta una investigación para esclarecer si este intento de allanamiento es un caso aislado o si forma parte de un patrón de acoso reiterado. La situación ha vuelto a encender el debate sobre los límites del fanatismo dentro de la industria del entretenimiento surcoreano, especialmente en el fenómeno del K-pop, donde las figuras públicas están sometidas a un escrutinio constante y muchas veces extremo.
El caso de Jungkook pone de relieve los riesgos a los que están expuestos los artistas, incluso en su vida cotidiana, y la urgente necesidad de reforzar las medidas de seguridad y concientización para proteger su integridad. El fandom, por apasionado que sea, debe entender que el respeto también es parte del amor por un artista.


