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Así se creó El Chavo del 8, según ‘Chespirito: Sin querer queriendo’

El capítulo 4 de la serie de Max ya se estrenó; conoce el nacimiento de un fenómeno cultural que trascendería generaciones

El Chavo del 8 Foto: X @StreamMaxLA

En el cuarto capítulo de Chespirito: Sin querer queriendo, disponible desde el 26 de junio en Max, se profundiza en la creación del icónico personaje El Chavo del 8, así como en las rupturas —tanto personales como profesionales— que moldearon al icónico Roberto Gómez Bolaños Chespirito. Dirigido por Julián de Tavira y David Ruiz (junto a Rodrigo Santos), y escrito por Roberto y Paulina Gómez Fernández, este episodio se titula “Es que no me tienen paciencia”.

La narrativa se centra primero en una emotiva separación en la infancia de Roberto Gómez Bolaños: su temprana despedida de su madre y hermanos al trasladarse con sus tíos en Guadalajara. Aquel desarraigo se convirtió en un dolor imborrable, aunque también en un motor creativo que influiría en su mirada nostálgica y profunda sobre la vida cotidiana.

Así se creó El Chavo del 8, según Chespirito: Sin querer queriendo

La historia avanza hasta su etapa en Canal 8, tras el éxito de El Chapulín Colorado, donde enfrenta presiones intensas de ejecutivos y tensiones con directores como Enrique Segoviano y su propia esposa, Graciela Fernández. Lo que en un principio fue un obstáculo se convierte en un impulso creativo: la exigencia de crear algo nuevo lo lleva a concebir El Chavo del 8, inspirado en anécdotas de su familia, observaciones de niños en el parque y la famosa torta de jamón, sugerida por Graciela.

El episodio también revela la tensión emocional al perder a colaboradores clave como Rubén Aguirre y Sergio Peña, lo cual transforma su visión y fortalece su determinación. La búsqueda de un elenco adecuado es otro eje narrativo: a través de audiciones aparecen personajes cruciales, encarnados por talentos como Miguel Islas (Don Ramón), Paola Montes de Oca (La Chilindrina), Juan Lecanda (Quico) y Eugenio Bartilotti (Señor Barriga y Ñoño). Se nota también la figura de Margarita Ruíz, papel de Florinda Meza, y la incorporación de Angelines Fernández (La Bruja del 71).

Un momento estelar es el montaje de la escenografía de la vecindad: la icónica casa, el barril y los juegos infantiles. Se recrean memorias personales como el cobrador de la renta y el viejo gorro de niño, evidenciando cómo lo autobiográfico cobró vida en televisión.

Finalmente, el capítulo culmina con el primer día de grabación de El Chavo del 8, señalando el inicio de un legado que perdura hasta hoy. Esta etapa marca el nacimiento de un fenómeno cultural que trascendería generaciones.

El elenco estelar incluye a Pablo Cruz Guerrero como Roberto Gómez Bolaños, acompañado por Paulina Dávila (Graciela), Bárbara López (Margarita Ruíz), Arturo Barba (Rubén Aguirre), Andrea Noli (Angelines Fernández), Miguel Islas, Juan Lecanda, Eugenio Bartilotti, Paola Montes de Oca y Karina Gidi como Elsa Bolaños.

Este cuarto episodio, parte de una temporada de ocho capítulos que se emiten cada jueves desde el 5 de junio, se perfila como una pieza clave en la bioserie, porque muestra cómo las experiencias dolorosas y los desafíos profesionales de “sin querer queriendo” alumbraron la creación de El Chavo del 8, uno de los productos más entrañables de la comedia latinoamericana

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