El popular comediante Bun Hay Mean, también conocido como Le Chinois Marrant (El Chino Gracioso) perdió la vida al precipitarse desde el octavo piso de su domicilio. La trágica noticia se confirmó a través de un mensaje oficial. El motivo, lamentablemente, fue un intento fallido por recuperar su teléfono celular. Su estilo se caracterizaba por abordar temas como la migración, el racismo y la identidad cultural desde el humor.
Según el comunicado difundido en sus redes sociales, justo antes de su viaje a Montreal –donde estaba programado para presentarse el 11 de julio–, intentó alcanzar su teléfono que había caído por la canaleta del balcón.
En ese instante, resbaló y se desplomó varios pisos. “…mientras intentaba recuperar su teléfono, que se había caído en la canaleta de su balcón, Bun resbaló y cayó desde varios pisos", se lee en la publicación oficial, que lamenta profundamente el hecho y envía sus condolencias: “Estamos devastados y nuestros pensamientos están con su familia: su madre, su padre, sus hermanos y hermanas”.
En la publicación, sus fans y amistades lo recordaron como un hombre gentil y expresaron su sorpresa por el modo en que perdió la vida Bun Hay Mean. También se ha puesto en marcha una investigación por parte de las autoridades para esclarecer los hechos.
¿Quién era Bun Hay Mean, el comediante que murió al caer de un octavo piso por recuperar su celular?
Bun Hay Mean, de 43 años, era una figura destacada del stand-up en Francia, de origen chino-camboyano, natural de Lormont. Se caracterizaba por su humor incisivo y su capacidad para abordar temas como la migración, el racismo y la identidad cultural, con un estilo provocador y auténtico.
Su despegue fue meteórico: se ganó un lugar en la escena del Jamel Comedy Club alrededor de 2014, pero fue en 2017 cuando empezó a alcanzar reconocimiento masivo. Eso le abrió las puertas al séptimo arte, participando en cintas como De l’huile sur le feu, Comme un chef y el éxito de taquilla Astérix & Obélix: El Imperio del Medio, donde interpretó al villano bajo la dirección de Guillaume Canet.
Su repentina desaparición no sólo ha causado conmoción entre sus seguidores, sino que también ha puesto en marcha una investigación por parte de las autoridades para esclarecer los hechos.
En este momento, la comunidad artística y su círculo cercano recuerdan a Bun Hay Mean como un hombre lleno de energía, con un talento que trascendía únicamente lo cómico y que logró conectar con el público más allá de sus chistes. Se preparaba para volver a los escenarios, algo que lo entusiasmaba profundamente. En palabras de su equipo, estaba “tan feliz de haber encontrado el camino de regreso al escenario y a su público”.
Es desolador cómo una simple distracción terminó en una tragedia que arrebató la vida de uno de los comediantes más prometedores de su generación. Deja un vacío notable en el mundo del humor y del cine francés, con sólo 43 años y una carrera que, a pesar de su corta duración, había comenzado a impactar a nivel internacional.


