Ayer, la última fecha

Bad Bunny, entre furor, precios exorbitantes y fans desde el puente

La presencia del cantante puertorriqueño ha ocasionado que fans acampen desde un día antes para estar en primera fila o que estén horas buscando boletos; revendedores hacen su agosto con boletos de ocho hasta 16 mil pesos para La Casita

El puertorriqueño, en una de sus presentaciones en la Ciudad de México.
El puertorriqueño, en una de sus presentaciones en la Ciudad de México. Foto: Liliana Estrada/OCESA

Durante ocho noches, el astro puertorriqueño Bad Bunny ofreció conciertos en los que la Ciudad de México fue testigo del furor que causó entre sus fans, quienes hicieron lo imposible por verlo, desde acampar para estar en primera fila, pese a las bajas temperaturas de los últimos días, hasta pasar horas afuera del Estadio GNP Seguros tratando de conseguir un boleto o ya de plano ir al puente que está entre el Palacio de los Deportes y el recinto para disfrutar del show, pues los exorbitantes precios en reventa provocaron que fuera imposible conseguir entradas para verlo, ya que iban desde los ocho mil hasta los 16 mil pesos.

Afuera del Estadio GNP Seguros fue habitual ver a jóvenes con letreros que decían: “Compro General B. Entramos juntos”, “boleto que te sobre en General B. No revendedores” o “busco 1 boleto (ya donde sea)” —acompañado de una carita triste—. Algunos llegaban desde las 10:00 horas y otros a las 15:00, 16:00 o 17:00 horas para buscar a “un alma samaritana” que les obrara el milagro de entrar.

Fanáticos del intérprete, 
durante uno de sus conciertos disfrutando del show desde el puente.
Fanáticos del intérprete, durante uno de sus conciertos disfrutando del show desde el puente. ı Foto: Adriana Góchez ›La Razón
  • El Dato: Durante la estancia del cantante, invitó a La Casita a Danna, Santa Fe Klan, Luis Gerardo Méndez, Salma Hayek, Yerimua y Yalitza Aparicio.

No muchos lo lograban, pues su presupuesto era de máximo tres mil 500 y los revendedores querían hacer su agosto con precios altos, arriba de los 10 mil pesos, incluso en General B, donde originalmente el costo era de dos mil pesos, pero al ser donde está el segundo escenario, La casita, se volvió una zona cotizada.

“Están carísimos, escuchamos un General A y B que 15 mil y 12 mil pesos, cuando un B con cargos costó dos mil y un A, cuatro mil 800. Los revendedores entran en el primer filtro y en el segundo ya no. Te dicen que adentro te esperan y no hay nadie”, dijo a La Razón Elizabeth, de 24 años, quien para evitar fraudes fue enfática en su letrero: “No revendedores”.

Fanáticos del intérprete, 
durante uno de sus conciertos disfrutando del show desde el puente.
Fanáticos del intérprete, durante uno de sus conciertos disfrutando del show desde el puente. ı Foto: Adriana Góchez ›La Razón
  • 520 mil asistentes reunió en ocho días el astro puertorriqueño

Otro joven fue Joshua, de 15 años, quien ya fue víctima de fraude, pero confiaba en que a alguien le sobrara un boleto. “Llegué desde las 10 de la mañana y me han hecho ofertas, pero muchos quieren que les pague y luego me dan el boleto, pero una vez me estafaron en el concierto de Iván Cornejo, pagué dos mil 500, el chavo me dijo que era todo seguro y a la hora de transferirla me bloqueó”, contó el adolescente, quien ahora es precavido, al igual que Arturo, de 16 años: “Nos han llegado ofertas, pero son muy caras; lo más alto, 16 mil, en donde está La Casita”.

El escenario alterno, que en su inicio fue celebrado por los fans del intérprete de “Tití me preguntó”, terminó beneficiando a revendedores y, como daño colateral, provocó que ahora fuera imposible conseguir una entrada a un precio no tan alto. Fue celebrado por fanáticos al considerar que democratizaba los shows, porque quienes habían pagado un ticket más barato podrían verlo de cerca.

“En la zona más barata no se disfrutaba tanto, no se veía bien, entonces incorporó mucho a sus fans para que todos pudieran disfrutar”, celebró Diana, aunque también lamentó que sólo habían encontrado entradas en 12 mil pesos y su presupuesto era de siete mil, pero para entrar ella con su esposo.

Fanáticos del intérprete, 
durante uno de sus conciertos disfrutando del show desde el puente.
Fanáticos del intérprete, durante uno de sus conciertos disfrutando del show desde el puente. ı Foto: Adriana Góchez ›La Razón

Afuera del estadio diversas personas abordaban a la gente para revenderles boletos, una problemática que no se ha podido erradicar, pese a las detenciones, como durante el quinto espectáculo, cuando fueron arrestadas 11 personas por presuntamente revender.

“No estoy de acuerdo con que se les dé prioridad a los revendedores… Se me hace un exceso el costo de los boletos ahora y, como artista, es una grosería que se queden esos lugares, porque no se venden… Mucha gente está afuera con carteles de que buscan y no traes más dinero, ahorras, pero no hay más”, comentó Elizabeth, de 38 años.

Ante la imposibilidad de conseguir boletos para Bad Bunny, para muchos la alternativa fue irlo a disfrutar desde el puente, donde el fenómeno del astro puertorriqueño también logró furor, baile, risas y mostró el ingenio mexicano. También se convirtió en una frase de Chava Flores: “¿A qué le tiras cuando sueñas, soñador?”, porque había quienes con ilusión le preguntaban a sus amigos: “¿Tú cómo gritarías ‘Acho, PR es otra cosa?’”, entre risas y bromas pensaban cómo sería estar adentro y tener esa suerte de que Benito les pasara el micrófono para el intro de “VOY A LLeVARTE PA PR”.

Público gozando dentro del Estadio GNP Seguros.
Público gozando dentro del Estadio GNP Seguros. ı Foto: Adriana Góchez ›La Razón

También se cruzó la “cuarta pared” al reaccionar a cada interacción que hacía el cantante como si estuviera dedicada a ellos, a los del puente: “Quiero a todo el mundo cantando hasta arriba”, decía Bad Bunny y los jóvenes gritaban con entusiasmo: “Uuuuuu, General P”. Y es que los mexicanos parece que estamos hechos para eso; basta recordar la transmisión del concierto de Juan Gabriel en el Zócalo de la Ciudad de México, que se vivió como si el Divo de Juárez hubiera estado ahí realmente y reunió a 170 mil fans.

En esa zona ya bautizada como General P, los fanáticos comenzaron a tomar su lugar en “primera fila” para disfrutar y, conforme avanzaron los minutos, fue imposible bajar o subir, así que no faltaron las bromas para pedirle a la gente que se solidarizara con ellos: “No se enojen”, y ya mientras sonaba “Safaera” decían: “Si quieres bajar, tienes que perrear”, y otros secundaban: “¡Que perree, que perree, que perree!”. O cuando llegaban más personas para ver el show soltaban: “Boleto en mano, por favor”, y las risas estallaban.

Fans portaron atuendos que aluden a Puerto Rico.
Fans portaron atuendos que aluden a Puerto Rico. ı Foto: Adriana Góchez ›La Razón

Cuando dos güeros los quisieron criticar diciéndoles despectivamente “ésta es la zona Pitbull”, ellos les respondieron: “Dame tu boleto si no sabes ni cómo entrar”, y los jóvenes apenados reconocieron: “No tenemos boletos, estamos buscando”. Los del puente soltaron carcajadas y les dijeron: “Ahhh, entonces vas para General R (reventa)” y los chicos comentaron: “Creo es General E (estafa)”.

Había quienes querían cantar a todo pulmón aunque no vieran nada, y otros, por lo menos ver un poquito de la presentación; entonces desde unos agujeros que hay en las vallas grises que tapan el puente, se asomaban para observar o grabar lo que alcanzaban a mirar. Por lo menos dos jóvenes fueron cargados por sus papás para que vieran por un momento, pues como este puente ha sido la alternativa, ahora ya se encuentra tapado para impedir que observen gratis los espectáculos.

Incluso los carros pitaban celebrando que estaban ahí disfrutando desde el puente, porque era una fiesta: en “Baile inolvidable”, dos amigas sacaron sus mejores pasos y cantaron; en “NUEVAYoL” hubo gritos infinitos de emoción y un gran perreo con “Me porto bonito” y “Safaera”. En esta última Bad Bunny dijo: “Quiero verlos bailar hasta allá atrás”, y un joven replicó: “Sí, hasta acá atrás” y lo celebraron.

ACHO, EL CONEJO MALO ES OTRA COSA. Lo que ha generado Bad Bunny en estas noches sólo lo pueden explicar sus fans, para quienes el cantante es un remanso ante sucesos trágicos, una dosis de felicidad, una unión entre familias, un puente generacional, una fuente de inspiración, un artista que se atreve a hablar cuestiones sociales o un astro que les enseña a sentirse orgullosos de sus raíces y de ser latinos, dijeron a La Razón.

“Mi hermano tuvo cáncer; en las quimioterapias cantaba ‘Estamos bien’. Se nos quedó marcada a todos… Él ya está bien, tiene cinco años que salió de eso”, contó Leonardo, de 20 años, quien esperaba disfrutar del show con su hermano.

Para él, la historia de Bad Bunny es una fuente de inspiración, porque pasó de ser un empacador a convertirse en uno de los artistas más importantes.

Fans portaron atuendos que aluden a Puerto Rico.
Fans portaron atuendos que aluden a Puerto Rico. ı Foto: Adriana Góchez ›La Razón

“Admiro de Bad Bunny que empezó de muy abajo. Soy de Puebla, fue en 2018 a la feria y muy pocas personas fueron a verlo y hoy logró ocho fechas en el estadio; es de mucha admiración. Me sirve de inspiración para estar todos los días mejorando y buscar siempre más. Juego futbol profesional y quiero mantenerme en Primera División. Es un trabajo de todos los días, pero es muy bonito porque haces lo que más te gusta, como lo que hace él”, dijo el joven.

Para Norberto, de 21 años, Bad Bunny es una especie de resistencia y un artista que se atreve a cantar problemáticas sociales. “Para mí es muy importante el mensaje actual que está dando, porque muchos cantantes se enfocan en cosas muy banales: mujeres, drogas, dinero; eso pega, vende, está perfecto, pero que un artista muy importante se atreva a decir una problemática social me parece muy justo. Está defendiendo a sus connacionales; me parece un mensaje muy importante. Al menos en Latinoamérica nos pega bastante, porque la gentrificación es algo que sufrimos todos, aquí en la Ciudad de México, en Oaxaca”, expresó. Al mismo tiempo, celebró que la gira DeBÍ TiRAR MáS FOToS tenga como mensaje la unión entre latinoamericanos.

Hay fans para quienes el disco DeBÍ TiRAR MáS FOToS les ha ayudado a entender la importancia de disfrutar de la vida y de demostrar amor a sus seres queridos. “Está muy presente la representación de la familia, cuidar a los tuyos cuando los tienes vivos; es la parte con la que me identifico, vivir los momentos como si fuera el último día, porque no sabemos si vamos a estar al siguiente día”, dijo Elizabeth, de 38 años, quien acudió con su hijo de 17 años.

Bad Bunny les ayuda a desestresarse, pero también a sentir emociones con canciones que “pegan en el corazón”. Para otros es “alegría, paz, entretenimiento”, como dijo Joshua, de 15 años.

“Bad Bunny ha logrado conectar con la gente; por ejemplo, Un verano sin ti fue un buen álbum porque lo sacó en pandemia, cuando los ánimos estaban muy abajo. Tenía una vibra muy alzada, para que te movieras un poquito; tenía ritmos muy pegadizos y eso a mucha gente la animó. Luego sacar este álbum, DeBÍ TiRAR MáS FOToS, que conecta con el lado latino, es regresar a la salsa; ha podido conectar más con la gente. Es un artista muy del pueblo”, comentó Ismael, de 19 años.

El fenómeno Bad Bunny es global y tiene a sus fieles fanáricos, para quienes es más allá de su música; es un ídolo al que admiran en todo.