"Love, death and robots", una aventura diversa

"Love, death and robots", una aventura diversa
Por:
  • luciana wainer

Love, death and robots es una antología animada de ciencia ficción compuesta por 18 cortometrajes que contiene mucho de muerte, bastante de robots y casi nada de amor. Ahora bien, si cambiamos la palabra “amor” por “sexo”, y a eso le agregamos una cucharada de sexismo, dos tazas de disparos y naves voladoras y un virtuosismo técnico admirable, seguramente tengamos una aproximación mucho más certera de la producción de Netflix cuyas cabezas son Tim Miller (Deadpool) y David Fincher (El club de la pelea, La chica del dragón tatuado, entre otras).

Otra palabra clave para pensar en Love, death and robots es “heterogénea”. A pesar de los rasgos característicos que atraviesan todas y cada una de las producciones, la convocatoria mundial que reunió a múltiples directores y artistas de la animación da como resultado un conjunto de cortos de entre cinco y 15 minutos que no tienen demasiado en común. En el plano técnico la animación recorre desde el hiperrealismo hasta el anime. En el ámbito retórico, nos vamos a encontrar el clásico género de aventuras, algunas comedias, otras que lindan con el absurdo (por ejemplo, Yogurt al poder, que cuenta la historia de cómo un lácteo fermentado acaba por gobernar el mundo) y hasta unas pocas que entremezclan lo simbólico y lo filosófico como en Zima blue. La heterogénea mezcla de estilos, géneros y directores no sería un problema si el resultado no fuera, a su vez, tan irregular. Mientras que algunos cortos son un deleite visual y nos mantendrán atrapados frente a la pantalla (Los tres robots, Buena cacería, Necesito una mano, Noche de pesca, Piezas únicas), otros serán intrascendentes.

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Pero a este amplio catálogo de rarezas es imposible negarle parte de su encanto: la duración exacta que responde a las necesidades actuales de potente adrenalina de uso inmediato y duración acotada, y la creación de escenarios que oscilan entre el futurismo tecnológico y la creación de mundos paralelos oníricos o viajes por el espacio que tanto goce generan en nuestro empobrecido plano estético.

La ciencia ficción, en conjunto con la literatura fantástica y el cine, nos ha abierto la posibilidad de imaginar más allá de nuestra propia experiencia, creando realidades —aunque momentáneas— con nuestras fantasías, deseos y temores. Desde Huxley hasta Margaret Atwood, nos hemos visto confrontados ante posibles futuros más o menos apocalípticos. Lo importante aquí es reconocer que dichas hipótesis futuristas no son más que un evidente reflejo de nuestro presente y la pregunta queda en el aire… si no somos alcanzados por un meteorito fortuito o vengador, ¿qué mundo tendremos mañana? ¿Y dentro de 10 años? ¿Y dentro de cien?

Cortos destacados

De las entregas resaltan:

Buena cacería: Aborda la historia del hijo de un cazador de espíritus que se hace amigo de una criatura mitológica.

Piezas únicas: Relata la vida de un artista que está por develar su obra final.

Three Robots: Tres amigos robots que recorren un mundo sin humanos.

Noche de pesca: Una avería del auto los deja varados en el desierto donde experimentan un onírico y letal viaje al pasado