El deslizamiento de tierra que provoca severas grietas en casas de la zona norponiente de Chilpancingo sigue avanzando ante la falta de atención, de forma que ha afectado a más de 490 viviendas y ha dejado a otras 117 inhabitables, mientras que otras 80 están en riesgo de colapso.
Según reportes de Protección Civil, el fenómeno ha generado fisuras que se agravan con lluvias y sismos, por lo que se han formado grietas de hasta 1.5 metros de ancho y dos metros de profundidad.
Medios locales de Guerrero han reportado que esta situación ha persistido por varios años, pero que se agravó a finales del año pasado, por lo que, para 2025, son cada vez más las familias que temen perder su hogar.
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De acuerdo con información de Azteca Guerrero, la emergencia ha forzado la evacuación de más de 100 personas, quienes han sido reubicadas en albergues temporales.
Las colonias más afectadas incluyen La Era Uno, Villas Tlameca, 21 de Septiembre, San Rafael Norte y Tlacaélel, entre otras.
Expertos advierten que el deslizamiento avanza sin señales de estabilización y afecta actualmente a un total de 16 colonias, con riesgo de expansión.
Por otro lado, el medio Buzos.com.mx, a través de un reportaje, señala que la problemática ha sido denunciada desde hace varios años sin que las autoridades municipales y estatales ofrezcan soluciones concretas.
Habitantes afectados reportan que, aunque se prometieron apoyos para el pago de rentas a quienes debieron abandonar sus hogares, estos no se han materializado. Además, se han registrado fallas en el suministro de agua potable, aunque los recibos de cobro siguen llegando a los residentes.
El fenómeno ha sido atribuido a un deslizamiento lento de ladera, según un documento emitido por el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred). Es decir, no se trata de una falla geológica, como se ha señalado en diversas ocasiones.
La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil del estado explicó que el origen del deslizamiento se debe a la acumulación de agua derivada de fenómenos meteorológicos, lo que ha debilitado la estabilidad del terreno.
En respuesta, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) y la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi) han iniciado un estudio para evaluar la situación y determinar posibles soluciones.
No obstante, los habitantes expresan su incertidumbre ante la falta de medidas concretas y temen perder definitivamente sus hogares.
Con información de Azteca Guerrero y Buzos.com.mx
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