Realizaba “actividades ilícitas”: fiscal de Oaxaca

Crimen de Sandra, por ajuste contra su esposo

Bernardo Rodríguez señala que el cónyuge de la activista mixe peleaba por el liderazgo de un grupo delictivo; la defensora de indígenas “estuvo en el lugar equivocado”, dice

Elementos del orden custodian los accesos al rancho El Capricho, cateado el pasado 29 de enero, como parte de la búsqueda de Sandra Domínguez.
Elementos del orden custodian los accesos al rancho El Capricho, cateado el pasado 29 de enero, como parte de la búsqueda de Sandra Domínguez. Foto|Captura de video

El titular de la Fiscalía General del Estado de Oaxaca, Bernardo Rodríguez Alamilla, reveló que la principal línea de investigación sobre la desaparición y asesinato de la activista Sandra Domínguez Martínez y de su esposo, Alexander Hernández Hernández, apunta a “actividades ilícitas” y delictivas de este último.

En entrevista con La Razón, el funcionario afirmó que, como resultado de las pesquisas, se supo que Alexander Hernández se dedicaba a “actos de extorsión, tráfico de personas y de armas y era parte de un grupo delictivo” que operaba en Veracruz.

  • El Dato: El pasado 29 de enero se registró un enfrentamiento en el rancho El Capricho, en Veracruz, en el que perdieron la vida dos delincuentes y un agente federal.

Añadió que el líder de esa célula criminal fue asesinado meses antes de que el matrimonio fuera reportado como desaparecido, y el esposo de la defensora de los derechos humanos de la comunidad mixe buscaba ser la nueva cabeza de la organización.

“Supimos que Alexander se dedicaba a actos de extorsión, tráfico de personas y de armas y era parte de un grupo delictivo local, en el que el líder fue identificado como El Cuate Viveros y fue asesinado en junio del año pasado.

“Queda este grupo sin líder y entonces comienza una serie de conflictos al interior del grupo, por hacerse del liderazgo; una de las personas que quería ser el jefe era Alexander y el otro era Artemio García Torres”, explicó.

Artemio García Torres era el dueño del rancho El Capricho, cateado por fuerzas estatales y federales el pasado 29 de enero, y fue abatido ese día al oponer resistencia al cumplimiento de una orden de aprehensión en su contra.

Ese día se suscitó un enfrentamiento, tras el cual perdieron la vida cuatro personas: Artemio García, dos de sus acompañantes y un agente de la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana del Gobierno federal.

Ayer, el fiscal Bernardo Rodríguez Alamilla dijo que a raíz de este cateo, la institución a su cargo empezó a identificar las propiedades de Artemio y encontró datos que apuntaban a que probablemente los cuerpos de Sandra y Alexander estaban en una de ellas.

  • 6 meses estuvieron desaparecidos Sandra y su esposo

“A partir de ese momento se hicieron visitas de estos lugares y la última fue el jueves 24 de abril en un inmueble ubicado en el camino de terracería que conduce de La Ceiba a Unión Progreso, en Santiago Sochiapan, dentro del estado de Veracruz, del que era también dueño Artemio; ahí fueron localizados los cuerpos de los desaparecidos, en una fosa clandestina”, dijo el fiscal.

Rodríguez Alamilla aseveró: “Tenemos claro que la desaparición de Sandra Domínguez y Alexander Hernández tiene que ver con un tema de conflictos de células delictivas por hacerse del poder, en lo cual consideramos que Sandra no tenía nada que ver, quizás estuvo en el momento y lugar equivocado, era más bien un tema de Alexander”.

Precisó que el esposo de la activista no tenía orden de aprehensión en Oaxaca, pero a partir de las investigaciones y de las entrevistas realizadas a ciertas personas, “se supo de situaciones en las que estuvo involucrado”.

Comentó: “Incluso, por unos videos supimos que meses atrás Alexander había llegado a un bar y tuvo algunos problemas con otras personas, incluso disparó contra otra persona que se encontraba ahí; entonces, nosotros fuimos a entrevistar a esa persona y a preguntarle por qué no había presentado una denuncia y él lo que nos manifestó fue que porque tenía temor”.

El fiscal general de Oaxaca reiteró que, a pesar de las denuncias que había presentado Sandra contra funcionarios del estado y de su actividad como defensora de los derechos humanos, la principal línea de investigación tiene que ver con la actividad ilícita de su esposo, ya que “en términos técnicos científicos y objetivos, hasta la fecha no hay ningún dato que vincule su actividad con su muerte”.

Desde el 8 de octubre del año pasado, Sandra Domínguez Martínez y su esposo, Alexander Hernández, fueron reportados como desaparecidos por sus familiares, quienes señalaron que el matrimonio fue visto por última vez en la comunidad de María Lombardo de Caso, perteneciente al municipio de San Juan Cotzocón, en la región mixe.

Tras seis meses de búsqueda, el pasado lunes la FGE-Oaxaca dio a conocer que los cuerpos de Sandra y de su marido fueron localizados en una fosa clandestina ubicada dentro de un predio en el municipio de Santiago Sochiapan, en el estado de Veracruz.

Ese mismo día, la madre y la hermana de la activista, así como integrantes de los colectivos Consorcio Oaxaca y Sol Rojo, manifestaron su tranquilidad por el hecho de saber que Sandra ya está descansando, aunque lamentaron que no fue encontrada como ellos esperaban, es decir, con vida.

Ayer, el cuerpo de la defensora de la comunidad mixe fue velado en la funeraria Núñez Banuet y se prevé que este miércoles se realice un homenaje póstumo de cuerpo presente en su memoria.

SENTENCIA EJEMPLAR. Por otra parte, la FGE-Oaxaca informó ayer que obtuvo una sentencia condenatoria de 300 años de prisión en contra del exsecretario general del Ayuntamiento de San Francisco Jayacaxtepec, a quien sólo se refirió como HMG, por su responsabilidad en el delito de desaparición forzada agravada en perjuicio de cinco personas.

De acuerdo con la carpeta de investigación, el 28 de enero de 2017 las víctimas fueron detenidas y trasladadas a la cárcel municipal por autoridades locales, entre quienes se encontraba la persona que ayer fue sentenciada.

Poco más de dos meses después, el 3 de abril de ese año, los cuerpos sin vida de quienes habían sido encarcelados fueron encontrados en un paraje de la demarcación.