La ciudad china de Hangzhou no sólo es conocida por haber celebrado la primera exposición dedicada a robots humanoides o por querer convertirse en un centro de innovación en Inteligencia Artificial, sino por ser un destino con cultura, tradición y naturaleza.

De este lugar, el explorador Marco Polo llegó a afirmar que era la “ciudad más bella y elegante que había visto”. Hasta ahora conserva esa majestuosidad y se ha convertido en la capital turística de China.
Lo primero que atrapa a los visitantes son sus lagos, entre ellos el del Oeste, un símbolo de Hangzhou, por una belleza natural rodeada de vegetación, templos, pagodas, pabellones, jardines, alamedas ornamentales e islas. Ha llegado a cautivar incluso a poetas y artistas, quienes embelesados por el lugar han convertido a este lago en su fuente de inspiración desde el siglo IX, de acuerdo con la UNESCO. Disfrutar ahí los atardeceres se vuelve toda una experiencia.

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- El Dato: El pasado 25 de mayo, en Hangzhou tuvo lugar la primera competencia de combate de robots humanoides. El evento fue considerado un hito en la innovación.
Otro atractivo en esta ciudad china es el histórico Templo de Lingyin, que se caracteriza por sus numerosas pagodas y grutas. Suelen visitarlo lugareños que acuden a rezar y quemar incienso en este sitio que consideran sagrado, pero también es frecuentado por turistas que desean conocer más de la cultura china. Cuenta con cinco salas principales con una decoración que sorprende a quienes la admiran. Además, se pueden ver sus reliquias.

Cerca, también puede recorrerse Fei Lai Feng, famoso por sus peculiares cuevas, sus numerosas estatuas de Buda —470 concebidas desde las Cinco Dinastías hasta la Dinastía Yuan— y el Manantial Leng.

En Hangzhou, el contacto con la naturaleza siempre está presente, por lo que otro de los lugares que se suelen frecuentar es el Parque Nacional de los Humedales de Xixi, ubicado a las afueras de la ciudad. Puede recorrerse en botes para admirar la belleza de sus humedales con una historia de más de mil 800 años, además de la diversidad de su fauna y flora.

Dicho lugar es conocido también porque es la sede del tradicional Festival del Bote del Dragón, que tiene lugar el quinto día del quinto mes del calendario lunar chino. No sólo es una competencia, sino la oportunidad de conocer las tradiciones del país asiático, pues pueden verse presentaciones de sus danzas ancestrales, por tal motivo fue inscrita en la lista de Patrimonio Inmaterial Nacional de aquella nación en 2011.

También está la Pagoda de las Seis Armonías, al pie de la colina de Yuelun, donde se puede disfrutar del paisaje verde. Tiene 59 metros de altura y conserva inscripciones de la dinastía Song.
El recorrido se puede completar en Hangzhou acudiendo a la calle antigua Qinghefang, que conserva los edificios antiguos que se construyeron a finales de las dinastías Ming y Qing. Es el sitio donde los turistas pueden visitar algunos de los museos más importantes, como el de Arte de Escultura de Bronce de Zhubingren o el de Cerámica Antigua.

En dicha calle también se disfruta de la comida tradicional de la ciudad, como la sopa escudo o el pescado del Lago Oeste, el cerdo Dongpo, el pollo del mendigo y los camarones fritos con té de Longjing. Para beber, el Longjing Cha o el vino de arroz amarillo.