Coloridas callejuelas coloniales, ciudades llenas de vida, templos barrocos y un legado histórico innegable hacen de Guanajuato uno de los estados más fascinantes de nuestro país. Sus sitios turísticos comparten un espíritu cálido y creativo que te envolverá desde el primer momento y te permitirán disfrutar de momentos inolvidables.
1. Entre túneles e identidad. Patrimonio de la Humanidad y cuna de la Independencia, Guanajuato capital es un laberinto encantador de túneles, callejones y plazas vibrantes. Recorre el famoso Callejón del Beso, súbete al funicular hacia el Monumento al Pípila y admira la ciudad desde las alturas. El Teatro Juárez, la Universidad y la Alhóndiga de Granaditas son imperdibles en tu visita.

- El Tip: No te pierdas de los dulces típicos de Guanajuato: las charamuscas, los jamoncillos y las obleas con cajeta.
Por la tarde, deja que una estudiantina te lleve serenata en una tradicional callejoneada y prueba unas enchiladas mineras o visita el Mercado Hidalgo para tomar un café con pan de horno.
2. Arte y elegancia. Considerada una de las ciudades más bellas del mundo, San Miguel de Allende es sinónimo de arte, diseño y calidez. Destaca la icónica Parroquia de San Miguel Arcángel, cuya fachada neogótica domina el centro histórico. En sus galerías, talleres artesanales y cafés puedes tomar un descanso tras un paseo por sus callejones. Aquí, la gastronomía va del mole tradicional en sus mercados hasta propuestas gourmet en terrazas con vistas espectaculares. No dejes de visitar el Jardín Botánico o relajarte en alguno de sus baños termales cercanos.

3. Moda y vida moderna. León, la capital económica del estado, ofrece una experiencia urbana sorprendente. Reconocida por su industria del calzado, en esta ciudad puedes encontrar desde fábricas tradicionales hasta centros de diseño contemporáneo. No pierdas la oportunidad de ir al Distrito León MX, que concentra cultura y arquitectura moderna o a la catedral de Santa María de Regla.
Disfruta tranquilamente de una buena “guacamaya” —bolillo relleno de chicharrón, salsa y aguacate— en algún puesto callejero y explora su conocida ruta de cafés y cervecerías artesanales.

4. Devoción Y armonía. Famosa por su cajeta, Celaya ofrece mucho más que este delicioso manjar, pues dentro de su centro histórico encontrarás joyas arquitectónicas, como el Templo del Carmen, obra del célebre Francisco Eduardo Tresguerras, y la Alameda Central, ideal para una tranquila caminata a la sombra de los árboles.
Los mercados locales son el mejor lugar para probar las populares enchiladas celayenses, gorditas de migaja y, por supuesto, el tradicional dulce de leche artesanal en sus múltiples variantes.

5. Historia y color. Irapuato es sinónimo de fresas, y en temporada, los campos que rodean la ciudad se llenan de color y un aroma inigualable. Da un tour por la Plaza de los Fundadores y no olvides entrar a la Catedral; en el Museo de la Ciudad podrás dar un repaso visual del pasado irapuatense.
La oferta gastronómica va más allá de sus famosas fresas con crema —aunque en definitiva no te las puedes perder—: los tacos dorados estilo Irapuato y el tradicional pozole guanajuatense son típicos de aquí. Si vas en invierno, la Feria de las Fresas es una experiencia completa de música y celebración.

6. Fiesta y más fiesta. Guanajuato no es sólo un destino de paso, es un viaje al alma de México; en cada uno de sus sitios encontrarás una combinación única de sabor, cultura y hospitalidad. Ya sea entre deliciosos platillos, túneles coloniales o arquitectura sorprendente, este estado ofrece experiencias memorables y, además, es sede de varios eventos culturales a lo largo del año, como la celebración del Día de Muertos, el Festival Internacional Cervantino o el GIFF, uno de los más concurridos eventos cinematográficos en México. Lo difícil no es decidir ir, sino decidir cuándo volver.

