EL HALLAZGO del Mexidracon Longimanus, una especie de terópodo descubierta este año en Coahuila, revela parte del pasado y confirma la extraordinaria diversidad cretácica del territorio nacional.
Su nombre significa “dragón mexicano de brazos largos”, en referencia a la gran extensión de sus extremidades, adaptadas para capturar su alimento.
Sus restos se hallaron en sedimentos marinos, lo que sugiere que paseaba por mares poco profundos en busca de presas, como antiguos peces.