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Lucía Vega permaneció aislada de sus familiares y amigos alrededor de dos semanas en el centro de detención de inmigración del Aeropuerto Internacional de Vancouver, tras ser detenida el pasado 19 de diciembre de 2013, afirmó el sacerdote de Nuestra Señora de los Dolores, Eduardo Quintero.
Indicó a La Razón que la mujer originaria del Estado de México fue detenida en una estación del Metro, debido a que no pudo comprobar su estancia legal. El sacerdote mencionó que las causas de la muerte de Vega aún no se precisan. “Presumen que Lucía se colgó”, pero nadie lo ha hecho oficial, señaló.
Quintero, quien le dio la extremaunción, comentó en entrevista telefónica, que de acuerdo a comentarios hechos por sus familiares, Lucía se la pasaba en su celda llorando debido a su inminente deportación. Mencionó que él se enteró del caso de la mujer de 42 años a través de una trabajadora social del hospital de “Saint Joseph”, donde Lucía pasó sus últimos días.
“Fui al hospital y al entrar a la habitación en que se encontraba Lucía, me encontré con su hermana Martha. Recuerdo que me comentó que (el gobierno canadiense) le hizo firmar una orden de confidencialidad para evitar que la noticia se expandiera”, destacó el también misionero de la orden de los Scalabrinianos.
Cuestionado sobre si Lucía sufría de depresión, el sacerdote comentó que cuando ella se encontraba detenida en “Génesis”—compañía de Seguridad a la cual la Agencia de Servicios Fronterizos ha contratado las celdas ubicadas en el Aeropuerto— le pidió a un supuesto novio de nacionalidad guatemalteca que pagara la fianza de cuatro mil dólares, para que iniciara su proceso para evitar la deportación.
“Ella le pidió a su compañero de trabajo que fuera al departamento donde tenía el dinero para pagar la fianza. El hombre tomó los dólares y se desapareció.
Esa fue otra derrota más”, apuntó.
El sacerdote remarcó que organizaciones no gubernamentales están exigiendo al gobierno canadiense que se realice una investigación, para que este caso no quede impune y evitar que situaciones como esta se repitan.
Asociación asegura que hay más casos
Por Néstor Jiménez
La asociación civil Justice for Migrant Workers, con sede en Canadá, denunció que el caso de la mexicana Lucía Vega Jiménez no es aislado. Afirmó que el servicio migratorio canadiense tiene deficiencias, lo que ha generado suicidios de personas a punto de ser deportadas en los años 2009, 2010, 2012 y 2013.
Tras darse a conocer el caso de la mexicana Vega Jiménez, quien falleció una semana después de intentar suicidarse bajo custodia de las autoridades migratorias de ese país, Adriana Paz, vocera de la asociación, indicó: “los centros de deportación que tienen las autoridades canadienses en los aeropuertos carecen de apoyos para los detenidos”.
Afirmó que es deficiente la atención tanto legal, psicológico, de traducción a su idioma o incluso atención espiritual.