Luego de la detención de la activista mexicana Jeanette Vizguerra en Estados Unidos, organizaciones civiles consideraron que se deben tomar medidas decisivas para tener una estrategia binacional que abogue por las mujeres migrantes.
Frente a las crecientes violaciones de derechos humanos y laborales en contra de dicho sector, las directoras de Justicia para Mujeres Migrantes (J4MW, por sus siglas en inglés) y el Instituto para las Mujeres en la Migración (Imumi), Mónica Ramírez y Gretchen Kuhner, respectivamente, consideraron que es necesario que en la creación de la agenda migratoria sea prioridad el caso de las personas indocumentadas que son madres.
- El Dato: De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones, las mujeres representan entre 48 y 50 por ciento de las personas migrantes en el mundo
Mónica Ramírez, de J4MW; Claudia de la Rocha, directora de programas en Central Ohio Worker Center; Laura Cortés Ladino, representante de la organización Caminantas; Librada Paz, activista, y Rossy Antúnez, responsable de Familias Transnacionales de Imumi, señalaron que “no venimos sólo con la queja, nosotras tenemos las propuestas basadas en realidad”.

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“Se deben tomar medidas más decisivas para crear una estrategia binacional que abogue por y junto a las mujeres migrantes y sus familias. Las migrantes deben liderar esta estrategia porque son mujeres poderosas y sabias, aunque se encuentren en un estado vulnerable debido a la migración, la pobreza y la violencia”, recalcó Mónica Ramírez.
Sin importar de dónde vienen y a qué organización pertenecen, todas ellas buscan crear una agenda conjunta dirigida a los gobiernos de México y Estados Unidos con la intención de sentar bases para una protección más amplia que garantice una vida libre de violencias.
La Comisión Mexicana de Ayuda para Refugiados (Comar) reporta que, desde hace más de una década, cuatro de cada 10 solicitudes de asilo son de mujeres.
“Este es nuestro posicionamiento ante las políticas migratorias ejercidas en México y Estados Unidos hacia las mujeres migrantes mexicanas deportadas, mujeres refugiadas y mujeres en situación migratoria irregular; es trabajar y dar soluciones”, dijo Rossy Antúnez, mujer mixe retornada a México.
Agregó que la negativa de acceso a derechos repercute en la salud mental de las personas, especialmente en las mujeres, porque son ellas las encargadas de poder reinsertar a sus familias a la vida en México, por lo que se ve afectada toda la estructura familiar.
En opinión de Gretchen Kuhner, los sucesos recientes son una oportunidad para visibilizar la lucha y el poder transformador de las mujeres migrantes y refugiadas que viven en México y Estados Unidos; su contribución es clave en la construcción de una sociedad más justa y equitativa en ambos lados de la frontera.
Además, Claudia de la Rocha, directora de programas en el Central Ohio Workers Center, expuso que “es el momento de hablar, de que denunciemos todos los abusos que sufrimos porque sigue habiendo mucha discriminación contra las mujeres migrantes, a pesar de que son las que más trabajan”.
“Hoy más que nunca, tenemos que unirnos porque en Estados Unidos las cosas están cambiando y se ha incrementado la violación de los derechos humanos y laborales, especialmente de las mujeres y la comunidad migrante”, advirtió.

