Dicen que no son vacaciones, sino un tiempo “para la reflexión”. Aunque, nos comentan, curiosamente los pasillos del Senado se vacían como si sí lo fueran. Mientras el país se adentra en la Semana Santa y la mayoría de mortales tienen pocos días para reflexionar, los senadores ayer pusieron los pies en polvorosa para disfrutar de los 11 días que se concedieron. Por eso ayer las escenas relevantes de la Cámara alta ya no ocurrieron adentro del edificio senatorial sino afuera, donde madres buscadoras protestaron contra el senador Gerardo Fernández Noroña, a quien acusan de actuar con insensibilidad y revictimizarlas. También, para reprochar que se lanzara con todo contra el presidente del Comité de Desaparición Forzada de la ONU —instancia que abrió un procedimiento contra México— con tal de negar, dijeron, el problema de las desapariciones. Ayer llamó también la atención el fuerte despliegue de trabajadores de limpieza del Senado que acudió con la instrucción de borrar toda huella de la clausura simbólica del sitio que las colectivas llevaron a cabo. Uf.