Marisela Morales recuerda que recién había asumido el cargo como procuradora General de la República cuando le llegó un anónimo en el que la amenazaban de muerte. Acababa de hacer un fuerte pronunciamiento tras el asesinato de la entonces subdelegada de la dependencia en Durango.
“Entonces fui a reunirme con el presidente y le dije: ‘Mire, me llegó esto’. Y entonces me comentó: ‘¿Qué quieres que hagamos?‘. Yo le dije: ‘Ir por ellos, no podemos doblarnos o que nos dé miedo’”.
Morales Ibáñez, quien fuera la primera mujer en encabezar la entonces PGR, es hoy candidata a ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y tiene asignado en la boleta el número 20.

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En entrevista con La Razón, considera que ante la percepción de corrupción que existe sobre el sistema de justicia éste debe transformarse a partir de escuchar a la gente, reconstruir la confianza en las instituciones, hacer que los procesos de justicia sean ágiles y también a los malos funcionarios aplicarles sanciones con dureza. “Hay que construir un sistema con mirada social, que se haga una realidad para la gente, que la gente lo sienta”, señala.
Tras la postulación
La exfuncionaria, desde su retorno de Italia —donde fungió como cónsul—, en 2018, se ha desempeñado en asesoría jurídica. En la conversación, destaca la posibilidad que su trayectoria puede representar para llevar a cabo ajustes al modelo de justicia.
En ese sentido, Morales Ibáñez cuenta que su llegada a la titularidad de la PGR fue resultado del trabajo previo que hizo como subprocuradora de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada, donde tuvo que enfrentar una crisis de corrupción.
Más tarde, algunos de los resultados que ahí obtuvo fueron reconocidos con el Premio Internacional al Valor de la Mujer en Estados Unidos, galardón que le fue entregado por Hillary Clinton, entonces secretaria de Estado, y por Michelle Obama, esposa del entonces presidente Barack Obama.
“Fue el 8 de marzo del 2011, y en ese mismo mes, pero a finales, me hacen la propuesta de ser procuradora”.
Recuerda que durante su proceso de ratificación al cargo de procuradora por parte del Senado —en donde la oposición era mayoría—, se destacó el hecho de que no tuviera partido político.
“El ser de carrera de procuración de justicia también fue muy importante para lograr esa aceptación y el voto de todos. Nunca había habido una persona que desde el Ministerio Público llegara a ser titular de la PGR. Había que demostrar que podíamos llegar a ser titulares de esa institución tan importante en México”, afirma. Pero también tuvo relevancia entre los legisladores el que fuera mujer, “porque fui la primera y romper el techo de cristal en esa época fue muy bueno para las mujeres”.
Recuerda como resultados importantes que hubo en su tiempo el traer la alerta AMBER, gracias a la coordinación con el gobierno de Estados Unidos; también, el rescate de mujeres mexicanas que estaban en Atlanta siendo explotadas mientras en Tlaxcala se habían quedado sus hijos, con quienes al final pudieron reencontrarse y luego reencauzar sus vidas, mientras los victimarios fueron sentenciados a 37 años de cárcel.
Señala que, si bien el de la titularidad de la PGR es un cargo de mucho riesgo y en el que se duermen pocas horas, “uno acepta una responsabilidad y hay que saber que eso no tiene horarios; en temas de justicia es importante esa claridad”.
En esa época también le tocó atender a las víctimas que se movilizaron en una protesta aún muy recordada en la que las personas marcharon vestidas de blanco.
“Estuvimos dando siempre la cara a las víctimas… sentábamos a los ministerios públicos que llevaban los casos y veíamos que pudiera darse un resultado, pero, sobre todo, atención humana”.
Recuerda que despidió a muchas personas que mostraron falta de empatía. “Desde que fui defensora de oficio en el Reclusorio Oriente y defendí a las personas que no tenían dinero para pagar un abogado, me di cuenta de la necesidad que tiene la gente de ser escuchada, atendida y asesorada, para que se le haga justicia. Por eso fui muy enérgica en el tema de la atención a la gente”.
¿Cuáles son los grandes pendientes de la justicia en México?
Hay una percepción de corrupción en el sistema de justicia mexicano y eso no lo digo yo, lo dice la ciudadanía y eso es importante. Y esta nueva transformación, este cambio que se está viendo al Poder Judicial, con la reforma que se dio, obedece justo a eso, a que es el reclamo de la sociedad para que cambie. Tiene que transformarse.
Debe haber personas preparadas para el cargo en la cuestión curricular, de conocimientos y experiencia, pero también en el sentido social, para que sean bien atendidas las personas.
Yo tuve la fortuna de hacer un camino en el sistema de justicia y eso me permite conocer las deficiencias y cómo se puede mejorar, pero en la situación actual del país es importante siempre escuchar a las personas.
Y también hay que tener procesos ágiles porque la justicia se ha vuelto lenta y esto genera una mala percepción, una mala señal.
Hay cuestionamientos en el sentido de que el Poder Judicial de la Federación se está enfocando mucho a lo formal y está dejando de entrar al fondo de los temas.
Ha habido un abuso de estos amparos para efectos en donde sólo se retarda la justicia y una justicia retardada es una justicia negada. Tenemos que cumplir con lo que dice la Constitución, con una justicia pronta y expedita, y esto es justo lo que se tiene que hacer para poder cambiar la perspectiva.
Ése es uno de los mayores retos ahora de estas nuevas personas que van a integrar el Poder Judicial. Lo que ocurre actualmente no ayuda porque queda una sensación en la gente, que dice: “Bueno, pues para qué voy si no me van a atender, me van a atender mal o se van a tardar y pues mejor lo resuelvo yo”.
La confianza en las instituciones es una de las cosas más importantes que se tiene que reconstruir. También se necesita un Poder Judicial que sea honesto, que sea transparente, porque yo creo que también ha faltado mucha transparencia. Para generar confianza, hay que ser transparente.
La reforma judicial detonó esta elección, pero no marcó más lineamientos en torno a qué hacer.
Es importante quienes lleguen, porque son los que van a marcarlos. Se necesitará una estrategia para abatir el rezago. También va a ser muy importante el Tribunal de Disciplina Judicial, eso es fundamental en este nuevo proceso.
Hay que construir éste con un sistema con mirada social, que se haga una realidad para la gente, que lo sienta. Que esa transformación realmente se traduzca en bienestar para la gente, para la sociedad. La justicia debe ser igual para todas y para todos y que llegue a los lugares más alejados. La justicia digital es vital en este proceso. Ya hay avances, pero se tiene que fortalecer para cortar tiempos y costos. Tenemos ahora esa gran herramienta y creo que ahí es donde va a entrar mucho el fortalecimiento.
Y buscar también el de la defensoría. Yo creo que debería de ser un órgano independiente, autónomo, fortalecido, porque hay mucha gente en el país, en los estados y, sobre todo, en los sitios más olvidados, hay gente que no tiene un abogado de oficio gratuito.
¿Qué opinión tienes de la Corte saliente?
Hubo muchos resultados que se dieron en la Corte. Yo como abogada, y en estos seis años que he estado en la práctica profesional, hay criterios muy interesantes que ayudaron a la población, pero ¿sabes cuál es el problema?, que no se enteró la gente. Creo que le faltó mucha transparencia y dar a conocer, difundir estos criterios.
En materia laboral, en materia agraria, criterios que son obligatorios para todo el país, pero no se difundieron. Y yo creo que eso es un error. Los nuevos integrantes del Poder Judicial tienen que ser transparentes, hacer que la gente conozca esos derechos y esos criterios de la Corte que van a cambiar vidas.
También es importante el combate a la corrupción y estar vigilando y poniendo controles para que se pueda detectar a los malos funcionarios públicos y se pueda actuar en consecuencia. La impunidad genera que se sigan dando las malas conductas. Hay que frenar eso y hay que realmente dar ejemplos de castigo y de dureza.

